Aunque la Fed cumplió con las expectativas del mercado al mantener inalterada la tasa de referencia, el comunicado fue seguido de un ajuste al alza en las proyecciones de tasas para el año 2024. En este contexto de tasas de interés más elevadas y mantenidas por un período prolongado, el mercado experimentó otra semana negativa, profundizando la reversión de tendencia observada desde finales de julio. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. experimentaron un nuevo incremento, el dólar se fortaleció y las acciones sufrieron una de las peores semanas del año, registrando descensos en todos los sectores y países. Por su parte, el precio del petróleo, que había sido motivo de preocupación debido a su fuerte repunte en los meses anteriores, mostró una semana relativamente tranquila. Las expectativas para esta semana se centran en el PBI del 2Q23 y, específicamente, en el informe de ingresos y gastos personales de EE. UU. correspondiente a agosto. En este informe se espera que se destaque la evolución del consumo, el ahorro y los precios implícitos —medidos a través del Índice de Precios de Consumo Excluyendo Alimentos y Energía (PCE)—, que es el indicador de inflación más relevante para la Fed.
Halcones para rato. Conforme a las expectativas, la Fed mantuvo su tasa de referencia en 5,5%, el nivel más alto desde enero de 2001. En un contexto económico de crecimiento sostenido y pleno empleo, pero con una inflación significativamente por encima del objetivo del 2% i.a., Jerome Powell advirtió que se anticipa otra subida de tasas para este año. De los 19 integrantes del comité, 12 estiman que la tasa concluirá el año en 5,75%. Esto sugiere que, en las próximas reuniones programadas para noviembre y diciembre, podríamos ver un aumento de 25 pb —aunque el mercado está comenzando a considerar la posibilidad de que no haya más incrementos, si se produce un nuevo ajuste, sería más probable en la reunión del 13 de diciembre—. Además, la proyección para 2024 indica una disminución de la tasa a 5,25%, una revisión al alza en comparación con la estimación de 4,75% anunciada en la reunión de junio. Para 2025, la tasa proyectada se elevó de 3,50% a 4%. Es relevante señalar los cambios en el escenario base que la Fed anticipa: se ajustó al alza la estimación del PBI para este año a 2,5% y a 1,5% para 2024. Asimismo, redujo la tasa de desempleo a 3,8% para 2023 y a 4,1% para 2024. En cuanto a la inflación, la proyección para este año se ajustó a la baja a 3,7%, manteniendo la estimación para 2024 en 2,6%. Con estos niveles de tasas e inflación esperada, la Fed estima que las tasas de interés reales serán más elevadas, lo cual seguirá ejerciendo presión al alza sobre el dólar y debilitando tanto al oro como a las acciones y bonos.
Suben las tasas y el dólar se fortalece. Frente a una Fed más restrictiva de lo previsto, los rendimientos de los bonos del Tesoro escalaron a los niveles más elevados de los últimos 15 años. La curva de rendimientos sigue invertida, con el tramo corto superando al tramo largo, aunque la brecha se estrechó ligeramente. Específicamente, el rendimiento del bono del Tesoro a dos años (UST2Y) cerró en 5,11%, un incremento de 7 pb respecto a la semana anterior, mientras que el bono a diez años (UST10Y) cerró en 4,43%, aumentando 11 pb en comparación con la semana previa. Este ascenso en los rendimientos propulsó las tasas de los créditos hipotecarios, que avanzaron 4 pb durante la semana, situándose en 7,31% —los niveles más altos en dos décadas. Este contexto puso presión adicional sobre el dólar, que se fortaleció un 0,2% durante la semana y un 2% en el último mes. Resulta particularmente notable el avance del dólar frente a las monedas de países desarrollados: aumentó un 3,8% respecto a la Libra, un 2,0% en relación al Yen y un 1,8% frente al Euro.
Petróleo estable y commodities a la baja. Después de varias semanas de significativos incrementos impulsados por la combinación de una menor oferta —debido a los recortes de producción de la OPEP y Rusia—, niveles bajos de inventarios y un repunte de la demanda en China, el petróleo experimentó una semana relativamente tranquila. El precio del crudo descendió un 0,8% durante la semana, cerrando en USD 90 por barril, lo que representa un aumento del 8% en comparación con fines de agosto. Por su parte, la soja sufrió un marcado revés, cayendo un 3,3% para cotizar en USD 476 por tonelada en Chicago, acumulando una caída del 4,7% en septiembre. El resto de los commodities también vivieron una semana negativa: el cobre retrocedió un 2,6% durante la semana y un 2,8% en el mes, mientras que el oro cerró la semana sin cambios, acumulando una pérdida mensual del 0,8%.
Bonos en baja. En el actual entorno de ajuste de tasas, las mayores rentabilidades que ofrecen los bonos podrían verse como una oportunidad atractiva. No obstante, la contraparte de este escenario es la continua caída en los precios de los bonos, que se extiende ya por más de tres años, un fenómeno sin precedentes en el último siglo. El índice que incluye todos los bonos del Tesoro experimentó una disminución del 0,5% en la última semana y del 1,8% en lo que va del mes. Un comportamiento similar se observa en el agregado de bonos del sector público de EE. UU. En lo que respecta a los bonos corporativos, los clasificados como Investment Grade descendieron un 0,5% durante la semana, acumulando una caída del 2,2% en el mes. Por otro lado, los bonos High Yield resultaron ser los más afectados, registrando una baja del 0,8% en la última semana y del 1,7% en lo que va de septiembre.
Continúa el ajuste en acciones. El mercado de renta variable estadounidense vivió una de las semanas más difíciles del año. El S&P 500 se contrajo un 2,9% durante la semana, sumando una pérdida del 4,5% en lo que va de septiembre. En cuanto al Nasdaq, sufrió un ajuste del 3,4% a lo largo de la semana, y su caída acumulada en el mes alcanzó el 5,2%. Un rendimiento similar mostró el Dow Jones, que cerró la semana con una disminución del 3,0% y acumula un descenso del 4,2% en el mes. La tendencia a la baja fue generalizada en todos los sectores, incluido el energético, que hasta ahora había mostrado cierta resiliencia gracias al alza en los precios del petróleo. Dentro de los sectores más afectados, el de Consumo Discrecional encabezó la lista con una caída del 6,4%, seguido por el sector de Bienes Raíces con una disminución del 6%. Los sectores Financiero, Tecnológico e Industrial experimentaron, en promedio, retrocesos del 3%. Entre las principales acciones del mercado, Tesla registró un fuerte descenso del 10,7%, mientras que Amazon cayó un 8%, y Nvidia y Google cerraron la semana con pérdidas del 5,2% cada una.
Contagio global. La situación fue similar para las acciones globales, que en la última semana experimentaron una disminución del 2,7%, o del 2,1% si se excluye a EE. UU. La caída se manifestó de forma generalizada: LATAM y Europa retrocedieron un 2,6% y un 2,3%, respectivamente. Brasil mostró un peor desempeño, con una pérdida del 3,4%, mientras que China experimentó una leve contracción del 0,5%. El relativo buen rendimiento de China se produjo en un contexto donde los últimos indicadores económicos revelaron signos de mejora. En agosto, las ventas minoristas crecieron un 19% i.a., y la producción industrial aumentó un 4,5% i.a. En relación con la renta fija, los bonos emergentes registraron una caída del 0,7% en la semana y del 2,2% en lo transcurrido del mes.
Lo que viene. Después de una semana cargada de reuniones de bancos centrales, el foco se desplazará nuevamente hacia los datos macroeconómicos. En EE. UU., se aguarda con expectación la publicación de la tercera y última revisión del PBI del 2Q23. Cabe recordar que la primera revisión señaló un crecimiento del 2,4% t/t, mientras que la segunda lo ajustó a la baja al 2,1% t/t. Paralelamente, se revelarán datos sobre la evolución de los ingresos y gastos personales correspondientes al mes de agosto. El indicador adelantado de ventas minoristas encendió una señal de alerta al mostrar un estancamiento en el último mes. De este informe se extraerá el índice de precios al consumo personal (PCE), para el cual se anticipa que los precios se mantendrán estables, con un incremento del 0,2% en agosto, al igual que en julio. A pesar de estas señales, el nowcast de la Fed de Atlanta prevé que el PBI experimentará una expansión del 4,9% t/t durante el 3Q23.