Semana positiva para los mercados globales con ganancias generalizadas. A pesar de la caída en la confianza del consumidor, la confirmación de que el mercado laboral muestra cada vez menos dinamismo y de que la inflación de agosto vino por encima de lo esperado, los inversores se aferran a la expectativa de recortes de tasas de la Fed y a los avances de la inteligencia artificial sobre todos los sectores. Esto quitó presión a los rendimientos de los bonos del Tesoro e impulsó a toda la renta fija, especialmente a los bonos corporativos de mejor calidad. Las acciones siguieron en alza y cerraron en récords, lideradas por las grandes tecnológicas. El dólar operó estable, mientras que el oro volvió a marcar máximos históricos y el resto de los commodities tuvieron muy buena performance, recuperándose de la caída de la semana previa. Las miradas de esta semana estarán en la decisión de la Fed, en la que el mercado espera un recorte de 25 pb y señales sobre el camino hacia fin de año.

Aceleró la inflación. En agosto, el IPC de EE. UU. marcó un alza de 0,4% m/m, superando la expectativa del mercado (0,3% m/m) y anotando la mayor suba desde enero. En los últimos doce meses los precios subieron 2,9%, acelerando respecto a junio y julio (2,7% i.a.). El IPC Core –que excluye alimentos y energía– mostró un incremento de 0,3% m/m, levemente superior al de meses previos, y quedó 3,1% por encima de agosto de 2024. Si bien el consenso esperaba que los precios se alejen del objetivo de la Fed, la dinámica reciente es un nuevo llamado de atención al impacto de las políticas comerciales de Donald Trump, que presionan sobre los costos de los hogares. La aceleración se dio en casi todos los rubros: alimentos 0,5% m/m, energía 0,7% m/m, indumentaria 0,5% m/m, vivienda 0,4% m/m y transporte 1,0%, mientras que salud fue la excepción al caer -0,1% m/m (vs 0,8% m/m en julio). La buena noticia vino de los precios al productor, que retrocedieron -0,1% m/m tras una suba revisada a la baja de 0,7% m/m en julio, primera disminución en cuatro meses, acumulando un alza de 2,6% i.a.

Lenta mejora del resultado fiscal. El resultado fiscal del gobierno nacional de EE. UU. en agosto registró un déficit de USD 345.000 M, lo que representa una caída del 9% respecto al año anterior, mientras que el déficit primario bajó 16% i.a. Esta mejora se explicó por un aumento de 12,3% i.a. en los ingresos, en gran parte por los aranceles aduaneros (USD 29,5 MM vs USD 7 MM un año atrás). Sin este factor, la suba de ingresos se habría reducido a 5,1% i.a. El gasto primario cayó -1,7% i.a., mientras que el gasto total apenas subió 0,4% i.a. por un incremento de 16% i.a. en la carga de intereses. Con este resultado, en los primeros ocho meses del año los ingresos crecieron 10% i.a. y el gasto 4,3% i.a., reduciendo el déficit total en 9% y el déficit primario en 25%. A un mes de cerrar el año fiscal 2025, el déficit acumulado sube 4% y alcanza USD 1.973 MM.

Deterioro en el empleo. Como es habitual, el Bureau of Labour Statistic (BLS) realizó su revisión anual de los datos de empleo del período abril de 2024 a marzo de 2025. La revisión captura la brecha entre dos medidas de empleo compiladas de forma independiente, cada una sujeta a distintas fuentes de error.  Los datos revisados mostraron que la economía estadounidense agregó 911 mil empleos menos de lo informado inicialmente, siendo la mayor revisión a la baja desde al menos el año 2000. Esto representa un ajuste del -0,6%, en comparación con un cambio promedio absoluto del 0,2% en el empleo no agrícola total durante la última década. Un año antes, los datos preliminares mostraron una revisión a la baja de 818 mil empleos, posteriormente ajustada a 598 mil. Las últimas cifras sugieren que el mercado laboral se ha debilitado más de lo que se pensaba anteriormente. Alimentando este escenario y los malos datos conocidos la semana pasada con la publicación de las nóminas no agrícolas de agosto, en la primera semana de septiembre las solicitudes iniciales de subsidio por desempleo aumentaron en 27.000 con respecto a la semana anterior y llegaron a 263.000, la cifra más alta desde octubre de 2021 promediando en las últimas 4 semanas 240.500, su nivel más alto desde junio, lo que marca el mayor aumento semanal desde diciembre de 2020. 

Cae la confianza del consumidor. La primera estimación del índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan de septiembre cayó a 55,4, desde 58 en agosto y muy por debajo de las expectativas del mercado de 58. Esto marcó el segundo descenso mensual consecutivo, llevando la confianza a su nivel más bajo desde mayo, con las caídas más pronunciadas entre los hogares de ingresos bajos y medios. Las condiciones de compra de bienes duraderos mejoraron, pero otros componentes se debilitaron ante la creciente preocupación por las condiciones comerciales, el empleo y la inflación. Las perspectivas sobre finanzas personales cayeron un 8%, mientras que cerca del 60% de los encuestados aún citó los aranceles como un problema clave. El índice de condiciones actuales se deterioró de 61,7 a 61,2, y el indicador de expectativas bajó de 55,9 a 51,8. Mientras tanto, las expectativas de inflación para el año venidero se mantuvieron en 4,8%, mientras que las expectativas a cinco años subieron por segundo mes consecutivo de 3,5% a 3,9%.

Ceden las tasas largas. La mejora en los datos fiscales recientes sumado a la expectativa de que la Fed recorte la tasa de referencia en la reunión de esta semana –95% de probabilidades y  además, se prevén dos recortes más de 25pb en lo que resta del año y otros tres para 2026, proyectando una tasa de referencia en niveles de entre 2,75% - 3,00%– le dieron soporte a los bonos del Tesoro permitiendo que la curva de rendimientos opere con bajas generalizadas, especialmente el tramo largo que venía siendo el más resistente a la baja. La UST2Y avanzó 6 pb en la semana y cerró en un nivel de 3,57%, aunque en septiembre cae 5 pb, mientras que la UST10Y retrocedió 3 pb hasta 4,06% en la semana y en el mes cae 17 pb y la UST30Y cayó 9 pb y cerró en 4,68%, mostrando una baja de 22 pb desde fines de agosto.

Buena semana para la renta fija. En este contexto de rendimientos a la baja, la performance fue positiva para todas las clases de renta fija. El índice agregado ganó 0,4% en la última semana, acumulando en lo que va del mes un alza de 1,1%. Los bonos del tesoro a tasa fija subieron 0,3% en la semana y 0,8% en el mes, mientras que los ajustables por inflación –los Tips– lo hicieron 0,2% y 0,3%, respectivamente. El mejor desempeño lo tuvieron los corporativos de Investment grade que subieron 0,8% en la semana y 2,0% en el mes en tanto que los corporativos de alto rendimiento –que muestran spreads históricamente bajos respecto a la curva soberana– apenas subieron 0,1%.  Los bonos emergentes anotaron una suba semanal de 0,5% y acumulan una ganancia del 1,2% durante septiembre.

Récord tras récord en acciones. Los tres principales índices de renta variable de EE. UU. alcanzaron nuevos máximos. Con expectativas de menores tasas y el impulso de la IA, el Nasdaq subió 2,1% en la semana y acumula 3,3% en septiembre. El S&P 500 ganó 1,6% (2,9% en el mes) y el Dow Jones avanzó 1,0% (0,7%). Las Small Cap perdieron fuerza, con una suba de 0,5% en la semana y 1,3% en el mes, mientras que las Growth lideraron con alzas de 2,6% y 3,6%, respectivamente. El sector tecnológico fue el de mejor desempeño (+3,1%), seguido de utilities (+2,4%) y energía (+2,0%). En el mes, tecnología avanza 3,3%, utilities 1,4% y energía retrocede -1,4%. En el plano internacional, las acciones subieron 1,9%, lideradas por China (+4,1% semanal, +4,2% en el mes). Brasil ganó 1,5% en la semana (+1,9% mensual), Japón avanzó 1,9% (+3,1% en septiembre) y Europa sumó 0,9% en la semana (+1,0% en el mes).

El dólar estable. El dólar cayó levemente a nivel global. El US Dollar Index (DXY) cerró el viernes en 97,6 con una baja de -0,2% semanal, acumulando la misma caída en septiembre. La corrección se explicó por una suba de 0,2% en el euro y 0,4% en la libra, mientras que el yen retrocedió -0,1%. En Brasil, el real se apreció 1,1% en la semana y 1,4% en el mes, llevando al USDBRL a 5,35, su nivel más bajo desde junio de 2024. El oro avanzó 1,7% y cerró en USD 3.646 la onza, nuevo récord histórico, con un alza de 5,8% en el mes.

Commodities al alza. El petróleo WTI cerró la semana con una suba de 1,1%, tras un inicio alcista impulsado por el anuncio de la OPEP+ de un aumento de producción menor al previsto y por crecientes tensiones geopolíticas en Medio Oriente y Ucrania, además de la presión de Trump a la UE para aplicar aranceles de hasta 100% a China e India. También continuaron los ataques ucranianos a centrales rusas, elevando la preocupación por interrupciones en las exportaciones. El crudo finalizó en USD 62,6 el barril y acumula una pérdida de -2,2% en septiembre. La soja subió 3,9% en la semana y 0,9% en el mes, a pesar de que el WASDE de septiembre mostró para 2025/26 mayor producción y procesamiento en EE. UU., pero menores exportaciones, lo que elevó las existencias finales. El cobre ganó 2,3% en la semana hasta máximos de seis semanas, impulsado por la caída en la producción de China y los bajos inventarios globales. La mina Grasberg de Freeport-McMoRan en Indonesia continúa cerrada, aumentando la presión sobre la oferta. En septiembre, el metal acumula un alza de 1,5%.

Lo que viene. La atención estará puesta en la decisión de política monetaria de la Fed, las proyecciones económicas actualizadas y la conferencia de prensa de Jerome Powell, donde se buscarán señales sobre la trayectoria de la política monetaria hacia fin de año. El consenso espera que el FOMC recorte la tasa de fondos federales en 25 pb, llevándola a un rango de 4,00%-4,25%, aunque algunos inversores apuestan por un recorte mayor de 50 pb, que sería el primero desde diciembre y ubicaría la tasa en su nivel más bajo desde noviembre 2022. También se publicarán las ventas minoristas de agosto (+0,3% m/m esperado), que marcarían el tercer incremento mensual consecutivo. Entre los datos relevantes de la semana figuran además los precios del comercio exterior, los inicios y permisos de construcción, los inventarios empresariales, el índice de la NAHB sobre el mercado de la vivienda, los flujos netos de TIC a largo plazo y las encuestas regionales de manufactura de Nueva York y Filadelfia.