Al repunte de la inflación y la desaceleración en la actividad que mostraron los indicadores de enero se sumaron el deterioro de las expectativas de los consumidores, más preocupados por la dinámica de precios. La política de Trump sigue aportando incertidumbre y volatilidad. De insistir con las subas de aranceles –hoy el mercado parece verlas más como una amenaza que como una realidad–, la coyuntura económica se seguirá deteriorando, y sin dudas este será un factor a tener en cuenta para un consenso de mercado que apunta a un 2025 con crecimiento alto y la inflación en baja, aunque con tasas de interés más altas. Insistimos en que la estanflación no es el escenario base, pero, a medida que transcurren las semanas, va ganando probabilidades. Mientras tanto, los malos indicadores golpearon a las acciones, que volvieron a tropezar, con el S&P retrocediendo a los niveles de principios de mes y acortando a la mitad las ganancias en lo que va del año. La debilidad de los últimos indicadores de actividad le dio aire a los rendimientos de los bonos del Tesoro, que operaron a la baja e impulsaron los índices de renta fija. El dólar operó estable, dado que el fortalecimiento frente al euro y la libra fue compensado por la debilidad frente al yen, en tanto que el oro siguió escalando y anotó un nuevo récord histórico. El resto de los commodities registró una ligera caída. La agenda de esta semana vuelve a estar cargada de datos económicos, entre los que se destacan el consumo privado de enero –se espera una caída–, el nivel de ahorro de las familias y el índice de precios PCE, que debería confirmar la aceleración que marcó el IPC semanas atrás. También se publica la segunda estimación del PBI del 4Q24 y culmina la temporada de balances de las empresas del S&P.
Más luces amarillas. Los indicadores siguen mostrando que, si bien la actividad continúa creciendo, lo hace por debajo de las expectativas, evidenciando cierta “fatiga” en algunos sectores. A la desaceleración de la creación de empleos de enero, la semana pasada se sumó el adelanto del PMI de febrero, que marcó el peor resultado desde septiembre de 2023. El PMI de servicios perforó los 50 pts y quedó en 49,7, contra 52,9 de enero, por debajo de las expectativas de 53 y muy alejado de los 57 registrados en diciembre pasado. Esto contrasta con el repunte de la actividad manufacturera, por lo que el PMI Compuesto quedó en 50,4 pts contra 52,7 pts de enero, confirmando que la actividad crece de manera muy moderada. Tampoco trajo buenas noticias el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan, que en febrero marcó 64,7 contra 71,1 de enero, su peor resultado en 14 meses. El deterioro obedeció tanto al retroceso en las condiciones presentes como en las condiciones futuras, mientras que la expectativa de inflación a un año subió a 4,3%, desde 3,3% del mes anterior y 2,6% de noviembre. Para cinco años, pasó de 3,2% a 3,5% –en noviembre era de 3,0%–. De acuerdo con el Nowcast de la Fed de Atlanta, se espera que en el 1Q25 la actividad crezca 2,3% t/t anualizado, lo que confirmaría la desaceleración que sintió el PBI en el 4Q24 –recordemos que creció 2,3% t/t contra 3,1% t/t del 3Q24–.
Mejora la renta fija. Como viene ocurriendo cada vez que los indicadores de actividad resultan menores a los esperados, los rendimientos de los bonos del Tesoro retrocedieron en todos los tramos, con una baja general de 5 pb. Sin embargo, en lo que va del año, las tasas cortas apenas bajaron 5 pb, mientras que las largas lo hicieron en 15 pb, aplanando nuevamente la pendiente de la curva. Concretamente, la UST2Y cerró en 4,20%, mientras que la UST10Y quedó en 4,43%. Esto volvió a impulsar los índices de renta fija, que en la semana registraron una ganancia promedio de 0,3%, destacándose los bonos del Tesoro de tramo largo, que subieron 0,4%, mientras que los corporativos High Yield perdieron 0,1%. En cuanto a los bonos emergentes, en la semana retrocedieron 0,2%, aunque en el mes acumulan subas de 0,3% y en lo que va del año, de 2,0%.
Dólar estable y oro en nuevo récord. Con la tensión latente de la política de aranceles de Trump y la expectativa de que la Fed hará muy pocos recortes de tasas, el dólar se mantiene en niveles elevados. Sin embargo, en el último mes moderó su marcha y retrocedió a los niveles de mediados de diciembre pasado. En la última semana, el DXY cerró prácticamente sin cambios, dado que el fortalecimiento de 0,4% contra el euro y 0,3% contra la libra fueron compensados por el retroceso de 2,0% frente al yen japonés, que terminó en USD/JPY 149 –el IPC nipón de enero marcó un alza de 0,5% m/m y 4,0% i.a., lo que presiona al BoJ a subir nuevamente la tasa de interés de referencia–. El oro, reflejo de la incertidumbre, subió 1,8% en la semana y cerró en otro récord histórico, cotizando en USD 2.936 la onza, acumulando en el mes un alza de 4,8% y de 12% desde fines del año pasado. El resto de los commodities tuvo ligeras caídas: el petróleo perdió 0,5%, ampliando la baja del mes a 2,9% y a 1,8% en lo que va del año –a pesar de la tensión geopolítica y de la demora en recortar la producción por parte de la OPEP, incidió el aumento de los inventarios de crudo en EE. UU.–, cerrando la semana en USD 70 el barril. La soja cerró en USD 382 la tonelada, con una cotización prácticamente igual a la de la semana previa y fines de enero, aunque en lo que va del año subió 4,0%.
Mal clima para las acciones. A pesar de los buenos desempeños que vienen mostrando los balances del 4Q24 –el 85,6% de las compañías del S&P 500 han reportado sus resultados, las ventas subieron 5,0% i.a. y los beneficios 10,8% i.a., aunque con importante dispersión, dado que los sectores de consumo discrecional, comunicaciones, financiero, salud y servicios públicos presentaron importantes tasas de crecimiento, mientras que el sector de energía marcó una contracción cercana al 30% i.a.–, las acciones siguen mostrando una alta volatilidad. Tras la suba que habían mostrado la semana previa, la semana pasada el S&P 500 perdió 1,6% y, con esto, quedó 0,3% arriba en lo que va de febrero y recortó a 2,4% la ganancia en lo que va del año. El mal desempeño también se reflejó en el Nasdaq y en el Dow Jones, que en la última semana perdieron 2,6%, dejando la ganancia en lo que va del año en 1,0% y 2,0%, respectivamente. A nivel sectorial, la caída se concentró en el sector tecnológico, comunicaciones y bancos, con bajas en torno al 2%, y en consumo discrecional, que perdió 3,8%, mientras que el sector energético y los defensivos compensaron al anotar un alza promedio de 1,5%. Vale destacar que las 7M no vienen teniendo una buena performance, destacándose Tesla, que en la semana perdió 5% y en febrero acumula una caída de 16%, y Amazon, que cayó 5,3% en la semana y 9% en el mes, mientras que el resto perdió impulso y, en lo que va del año, muestra una ligera caída.
Mejora el mundo. A diferencia de los años anteriores, en los que, con el impulso de las tecnológicas, las acciones americanas superaban con creces a las del resto del mundo, en lo que va de 2025 la situación parece revertirse debido al muy buen arranque de año de los índices de China –en la semana subió 4,4%, acumulando en febrero un alza de 15% y de 19% en lo que va del año–, Latam, que de la mano de Brasil ocupa el segundo lugar del podio –pese a haber retrocedido 3% la semana pasada, en febrero gana 2,2% y 12% desde fines de 2024–, y Europa –perdió 1% la semana pasada, pero en febrero lleva ganado 4,0% y en lo que va de 2025, 11,4%–. Así las cosas, el índice global de acciones la semana pasada cayó 1,2%, por lo que en febrero lleva ganado apenas 0,8% y en lo que va del año, 3,9%, en tanto que, si se excluye EE. UU., la semana cerró sin cambios, acumulando en el mes un alza de 3,5% y 11,4% en el año.
Lo que viene. La semana estará cargada de datos económicos. Se destaca la publicación del ingreso y gasto de las familias correspondientes a enero, en la que el mercado prevé que modere su marcha al 0,2% m/m –pese a que las ventas minoristas marcaron una mala performance–. En el mismo informe se publica el índice de precios PCE, que debería ratificar la aceleración de precios que marcó el IPC a mediados de mes. También se destaca la publicación de la segunda estimación del PBI del 4Q24, que confirmaría una expansión de 2,3% t/t anualizada. En el frente corporativo, continúa la temporada de balances, entre los que se destacan los de Nvidia, Home Depot y Salesforce. No será un dato menor la agenda de Trump respecto de Ucrania luego de las elecciones en Alemania y el probable impacto en el mercado europeo. Respecto a esto último, en las elecciones federales para renovar 630 bancas de diputados, los demócrata-cristianos CDU/CSU, con Merz como candidato a canciller, ganaron con casi el 28% de los votos, pero esto no les permite alcanzar los 425 escaños necesarios para lograr la mayoría absoluta y deberán buscar una coalición con otras fuerzas, en tanto que el oficialismo de los socialdemócratas SPD de Olaf Scholz apenas cosechó el 16%.