Cuando la guerra comercial entre EE. UU. y China dio señales de distensión, reapareció el riesgo geopolítico con la escalada del conflicto en Medio Oriente. El bombardeo del viernes de Israel a instalaciones militares iraníes disparó el precio del petróleo e interrumpió la buena racha que venían mostrando los mercados, apoyados en buenos datos económicos y en la expectativa de un acuerdo comercial de EE. UU. con sus socios. Entre los datos económicos estadounidenses de la semana –aunque sin perder de vista una dinámica frágil– se destacaron la baja de la inflación, la mejora en el resultado fiscal y el alza en la confianza del consumidor. Esto alivió a los rendimientos de los bonos del Tesoro y le dio impulso a la renta fija, reforzó la suba de las acciones e impulsó los precios de los commodities, mientras que el dólar continuó debilitándose. Sin embargo, la escalada en la tensión en Medio Oriente modificó este panorama, aunque por ahora sin señales de pánico ni sell off global. Así las cosas, la semana terminó con una leve caída de las acciones, un repunte marginal en los bonos, un dólar debilitado y con los commodities como los grandes ganadores gracias a subas generalizadas. Las miradas de esta semana estarán puestas en la evolución del conflicto entre Israel e Irán –es clave que no se extienda– y en la reunión de la Fed, de la cual no se espera un cambio en la tasa de referencia, aunque será importante el mensaje que dejen las autoridades ante un contexto económico que muestra una economía resiliente frente a la incertidumbre.

Buen dato de inflación de mayo. A pesar de la suba de aranceles, hasta el momento no se trasladó a la inflación minorista, que en mayo volvió a sorprender al ubicarse por debajo de lo esperado. Concretamente, el IPC general marcó un alza de 0,1% m/m, por debajo del 0,2% m/m del mes anterior y de lo que estimaba el mercado, acumulando en los últimos doce meses una suba de 2,4%. La baja respecto a abril se explicó por las caídas de 1,0% m/m en los precios de la energía, de 0,4% m/m en ropa y de 0,2% m/m en transporte, mientras que los precios de salud y vivienda subieron 0,2% m/m y 0,3% m/m respectivamente. La menor presión en los precios también se reflejó en el IPC Core –que excluye alimentos y energía–, que subió apenas 0,1% m/m y se ubicó 2,8% por encima del nivel de mayo de 2024. Los precios de los bienes siguen sin reaccionar, sin registrar variaciones en mayo y con una suba de apenas 0,3% en los últimos doce meses. Por su parte, los precios de los servicios subieron 0,2% m/m y 3,5% i.a. También mostraron una buena performance los precios al productor –sin energía–, que durante el mes pasado subieron 0,1% m/m y 2,7% i.a., desacelerando respecto al 2,8% i.a. de abril.

Mejoran las expectativas. La tregua en la guerra comercial, la relativa estabilidad de precios y el buen dinamismo del mercado laboral permitieron una mejora en las expectativas de los consumidores luego del derrumbe registrado en los primeros meses del año. De acuerdo con la Universidad de Michigan, en junio el índice de confianza del consumidor subió a 60,5 pts, desde 50,2 pts en mayo, y volvió a los niveles de marzo. La mejora se explicó por la evaluación de la situación presente, que subió 4 pts, pero sobre todo por la expectativa futura, que avanzó 10 pts. Al mismo tiempo, la expectativa de inflación a 1 año bajó de 6,6% en mayo a 5,1%, mientras que para los próximos 5 años se ubicó en 4,1%. Una tendencia similar mostró la encuesta de expectativas de inflación a 1 año de la Fed de Nueva York, que bajó a 3,2%, desde el 3,6% registrado el mes anterior.

Leve mejora del resultado fiscal. Mientras en el Congreso se negocia el plan fiscal de Trump –ya aprobado por la Cámara de Diputados y que antes del 9 de julio deberá hacer lo propio el Senado–, el resultado fiscal de mayo mostró una leve mejora dentro de un panorama muy frágil de las cuentas públicas. Concretamente, en mayo el resultado fiscal marcó un déficit de USD 316.000 M, 9% más bajo que el de un año atrás. Este resultado obedeció a que los ingresos totales crecieron 15% i.a. –fueron USD 371.200 M, de los cuales USD 27.000 M correspondieron a recaudación por aranceles, por lo que, si se los excluye, el crecimiento total de los ingresos se reduce al 8% i.a.–, en tanto que los gastos totales subieron 2,5% i.a. hasta USD 687.233 M, explicado por un alza del 3,0% i.a. del gasto primario, mientras que la carga por intereses se redujo en 1,3% i.a. Con este resultado, en los primeros cinco meses del año el déficit fiscal total fue de USD 683.800 M, 5,5% más bajo que el del mismo período del año pasado gracias a que los ingresos subieron 10% i.a. –8% i.a. sin aranceles–, mientras el gasto total lo hizo al 6,3% i.a. –la carga de intereses subió 9% i.a., mientras que el gasto primario creció 5% i.a.–. Tomando el año fiscal –que va de octubre a septiembre de cada año–, en lo que va del ejercicio actual el déficit total alcanza los USD 1,3 billones, lo que representa 6,8% del PBI, 0,5 pp por encima del mismo período del ejercicio fiscal anterior.

Aumenta el riesgo geopolítico, con pronóstico reservado. En el marco de una compleja e inestable situación en Medio Oriente, en donde también incide el cambio en la política exterior de EE. UU., el viernes pasado Israel realizó un ataque con aviones y drones a objetivos militares iraníes con el objetivo de frenar su plan nuclear. No es un dato menor, pues ahora el conflicto ya no es con una milicia sino con un país con mayor poderío militar, con la tercera reserva de petróleo global y con parte del control del estratégico estrecho de Ormuz, por donde pasa casi un tercio del consumo global de combustibles, lo cual representa una luz roja para toda la región, con fuerte impacto en el mercado energético y con indudables consecuencias para la economía global. La respuesta de Irán no se hizo esperar y atacó las principales ciudades de Israel. La reacción inmediata del mercado fue el alza del precio del petróleo y, en menor medida, del oro, aunque hasta el momento no generó un sell-off global. No es el primer episodio de crisis en Medio Oriente que padece el mercado, aunque es arriesgado proyectar un desenlace. Por el momento, confiamos en que la diplomacia logre frenar la escalada del conflicto y que el precio del petróleo no se dispare y retorne a los niveles previos a los ataques.

Tasas en baja. Si bien el viernes los bonos del Tesoro no operaron como refugio –los rendimientos subieron 5 pb en todos los tramos–, los buenos datos de inflación y el mejor resultado fiscal de mayo le quitaron presión a la curva de rendimientos, que cerró la semana con bajas generalizadas que compensaron parte de la suba de la semana anterior. La UST2Y terminó en 3,96%, 9 pb por debajo de la semana previa, en tanto que la UST10Y y la UST30Y tuvieron un desempeño similar y cerraron en 4,42% y 4,92%, respectivamente. Esto le dio impulso a la renta fija en general, que en la semana subió 0,7%, lo que le permitió compensar toda la caída de la semana previa, acumulando en lo que va del año un alza de 1,1%. El buen desempeño de la semana fue generalizado, aunque lo más destacado fueron los bonos corporativos Investment Grade, que subieron 0,8%, seguidos por los del Tesoro y Emergentes con ganancias del 0,5%, mientras que los corporativos High Yield cerraron con una ganancia de apenas el 0,1%.

Acciones interrumpieron la racha alcista. Con caídas de entre 1,0% y 2,0% en la rueda del viernes, las acciones interrumpieron la racha ganadora que venían mostrando desde mayo y terminaron retrocediendo. El más golpeado fue el índice Dow Jones, que perdió 1,3%, seguido por el Nasdaq, que bajó 0,6%, mientras que el S&P fue el menos afectado al anotar una caída de 0,4% –con esto, en junio acumula un alza de 1,3% y de 1,9% en lo que va del año–. Entre los sectores que componen el S&P 500, el mejor desempeño lo tuvo el energético, que subió 5,6% en la semana –si bien en la última rueda subió 1,7%, la mayor parte de la ganancia semanal se apoyó en el alza que venía mostrando el precio del petróleo previo a los ataques de Israel–, seguido por el sector salud, que ganó 1,3%, en tanto que el resto de los sectores operaron con bajas acotadas. Similar desempeño tuvo el resto de los índices globales: el índice general sin EE. UU. retrocedió 0,2% –la mejor performance la tuvo Latam, que subió 1,1%–, acumulando en lo que va del mes un alza de 1,6% y de 15,9% en lo que va del año.

Dólar debilitado. Pese a las buenas noticias económicas que llegan desde EE. UU., el dólar a nivel global no encuentra piso y ya cotiza en los niveles más bajos de los últimos tres años. En la última semana, el DXY perdió 1,0%, impulsado por la debilidad frente al euro –contra quien perdió 1,4%–, en tanto que contra el yen retrocedió 0,4%. En lo que va de junio, el DXY perdió 1,2% y está 9,5% por debajo del nivel de fines del año pasado –la depreciación es pareja y generalizada, aunque se destaca la caída de 10% frente al real brasileño y al euro–. El oro sigue aprovechando este contexto y subió 3,7%, cerrando la semana en USD 3.422 la onza –en el año acumula una ganancia de 31%–.

Otra gran semana para los commodities. La escalada de tensión en Medio Oriente le dio un nuevo impulso a los precios de las materias primas y, como comentamos más arriba, al petróleo en particular, que el viernes escaló un 8%. Concretamente, el WTI cerró en USD 73 el barril, el nivel más alto del año, ubicándose 13% por encima de la semana anterior y 20% arriba respecto de fines de mayo, acumulando en el año una ganancia de 1,8%. Aunque con subas más moderadas, también fue una buena semana para la soja, que subió 1,2% –hasta USD 393 la tonelada–, acumulando en junio una ganancia de 2,7% y de 7,2% en lo que va de 2025. El cobre retrocedió 0,6% en la semana, aunque en junio lleva ganado 3,2% y en el año subió 20,5%. 

Lo que viene. Las miradas de esta semana estarán puestas en la situación en Medio Oriente, con la expectativa de que el conflicto no escale. De ello dependerá la evolución del precio del petróleo y, en general, el desempeño de los mercados. En el plano económico, los inversores estarán atentos a la cuarta reunión del año de la Fed. Si bien no se esperan cambios en la tasa de referencia, será clave el mensaje que transmitan las autoridades respecto de cómo evalúan los últimos datos económicos y sus perspectivas. También será relevante la publicación de las ventas minoristas de mayo –se prevé una baja de 0,5% m/m– y de la producción industrial –se espera un repunte de 0,1% m/m–.