Si bien los datos económicos estuvieron por debajo de las expectativas, los inversores mantienen su optimismo en cuanto al soft landing del nivel de actividad y de la inflación que permitirá bajar las tasas de interés. Esto le volvió a dar impulso a las acciones americanas, que alcanzaron nuevos récords, mientras que los bonos no logran despegar. Pese al optimismo, los últimos datos mostraron que la actividad aflojó y que la inflación se aceleró, lo que, en el margen, le complica la tarea a la Fed. En el resto del mundo, la situación es más compleja dado que, si bien la inflación está bajando –con cierto repunte en el margen en Europa–, la actividad se estanca. El dólar se mantiene fuerte, y los commodities subieron por tensiones geopolíticas –en el caso del petróleo– y climáticas –en el caso de los agrícolas–. Las miradas de esta semana estarán en el dato de empleo americano de febrero, que pondrán a prueba el escenario de soft landing.

Aceleró la inflación y cayó el consumo. La última semana trajo malas noticias para la Fed, dado que la inflación repuntó y la actividad mostró signos de desaceleración. Concretamente, el índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) en enero subió 0,3% m/m y 2,4% i.a., con mayor impulso del PCE Core que anotó un alza de 0,4% m/m –la más alta de los últimos 11 meses– y 2,8% i.a. La aceleración de la inflación se dio en un contexto en el que el consumo personal cayó 0,1% m/m debido a la baja de 1,1% m/m en el consumo de bienes –luego de una muy buena performance en diciembre– mientras que el de servicios mantuvo el ritmo de crecimiento de 0,4% m/m. En términos nominales, los ingresos de las familias mantuvieron el ritmo de crecimiento de los últimos meses al subir al 0,3% m/m, mientras que el gasto lo hizo al 0,2% m/m, por lo que la tasa de ahorro subió a 3,8% de los ingresos, 0,6 puntos porcentuales más baja a la de enero del año pasado. A las preocupaciones por la baja del consumo en enero, se sumaron datos de actividad un tanto más débiles en febrero, como el PMI manufacturero de ISM que bajó a 47,8 (vs. 49,1 previo y 49,5 esperado) y un leve repunte en las peticiones iniciales de desempleo en la última semana del mes. Con estos indicadores, la proyección de PBI de la Fed de Atlanta para el 1Q24 bajó a 2,1% t/t, desde 3,0% de la semana previa, de la mano del ajuste en las perspectivas de consumo privado e inversión, lo que sería una moderación respecto al 3,2% t/t del 4Q23.

Leve baja de tasas. A pesar del mayor ritmo de inflación, los inversores priorizaron la desaceleración de la actividad, por lo que los rendimientos de los bonos del Tesoro tuvieron una leve caída en la semana, aunque en el año vienen en alza. Concretamente, la UST2Y cerró en 4,53%, 16 pb por debajo de la semana previa, pero quedando 30 pb por encima que un mes atrás. La misma tendencia marcó la UST10Y, que cerró en 4,18% –en la semana llegó a tocar 4,30%–, lo que implicó una baja de 8 pb en la semana, aunque en el mes subió 22 pb. En cuanto a las perspectivas de recorte de tasas de la Fed, el consenso espera que estos comiencen recién en junio, y sólo se harían tres en el año para cerrar en 4,5% –esto es una notable corrección de las expectativas respecto a los dos meses previos, en los que preveían seis recortes que terminen 2024 por debajo del 4%–.

El dólar fuerte y estable. La mejor performance relativa de la actividad en EE. UU. y la demora en la reversión de la política monetaria sostienen la fortaleza del dólar. En la última semana, el US Dollar Index (DXY) tuvo una ligera caída –apenas 0,1%–, aunque en el último mes subió 0,6% y en el año acumula una apreciación de 2,5%. La fortaleza de la moneda americana es generalizada, aunque se destaca la performance contra el yen japonés, que si bien en la última semana perdió 0,6%, en el mes subió 2,2% y 6,6% en lo que va de 2024. Contra el euro, perdió 0,2% en la semana y en el mes, pero en el año lleva un alza del 1,8%. El real brasileño cerró en BRL 4,95, lo que implicó una baja de 0,8% semanal, aunque en el año acumula un alza de 2,1%.

Commodities en alza. Los precios de los commodities subieron 2,1% en la semana, aunque llevan una caída de 0,2% en el año. Los energéticos ganaron en la semana 4,1%, los metales 1,2% y los granos 0,9%. Impulsado por las tensiones en Medio Oriente, el petróleo fue lo más destacado de la semana con un alza de 4,5% –cerró en USD 80 el WTI– avanzando 5,4% en el último mes y extendiendo la ganancia a 11,6% en lo que va del año. La soja subió 0,9%, aunque en el último mes cayó 6,5% y 12% desde fines del año pasado, presionado por la mejora del clima en Sudamérica. Entre los metales, el cobre perdió 0,7%, ampliando la pérdida en el mes y en el año a 1,2%. Finalmente, a pesar de la fortaleza del dólar, el oro avanzó 2,3% en la semana y en el mes –cerró en USD 2.085 la onza–, acumulando en el año una ganancia de 1,0%.

Otro récord para las acciones. Las acciones americanas concluyeron otra semana en alza y batieron nuevos récords. El S&P 500 subió 1,0% en la semana, ampliando la ganancia en los últimos 30 días a 6,2% y a 7,9% en lo que va del año –y 29% respecto a un año atrás–. El mayor impulso provino del sector tecnológico y de consumo discrecional, que en la semana subieron 2,7% y 2,1%, respectivamente, –se destacaron las subidas de 4,4% de Nvidia y de 5,6% de Tesla– mientras que los sectores defensivos operaron a la baja. A pesar de esta performance, la ganancia del último mes fue generalizada entre los sectores que componen el S&P. Los demás índices también operaron al alza, como el Nasdaq que ganó 1,6% en la semana, 7,4% en el último mes y 8,2% desde fines de 2023, mientras que el Dow tuvo una performance más modesta al no registrar cambios en la semana, aunque en el mes ganó 2,6% y en lo que va del año 3,8%.

Los bonos no despegan. A pesar de la descompresión en los rendimientos de los bonos del Tesoro, los índices de renta fija tuvieron una semana con resultados mixtos, con una suba promedio de 0,2%. Los bonos del Tesoro ganaron 0,3% y redujeron la pérdida en el último mes a 1,4% y a 1,6% en el año, mientras que los corporativos Investment Grade cayeron 0,1% en la semana, 2,0% en el mes y 2,5% en el año. Un poco mejor fue la performance de los High Yield que en el mismo período cayeron 0,2%, 0,4% y 0,3%, respectivamente. Lo mejor de la semana lo tuvieron los bonos emergentes, que ganaron 0,3% y en el último mes acumularon un alza de 0,5%, reduciendo la pérdida del año a 0,7%.

Inflación en Europa, estancamiento en Brasil y recesión en Japón. La coyuntura económica en el resto del mundo sigue siendo más compleja que en EE. UU. En Europa, la primera estimación del IPC de febrero marcó un alza de 0,6% m/m (vs -0,4% previo) y 2,6% i.a., manteniendo un sendero volátil de subas y bajas los últimos cuatro meses. Peor fue el IPC core, que aceleró a 0,7% m/m y la interanual quedó en 3,1%. Estos números aún están lejos del 2% objetivo del BCE, lo que reduce las chances de recortes de tasa en el corto plazo. Referido a datos de la región, el PBI en Brasil repitió la performance del 3Q23 al anotar nulo crecimiento en el 4Q23, quedando 2,1% por arriba del 4Q22 y cerrando el 2023 con un alza de 2,9%, concentrado en el primer semestre. No obstante, indicadores recientes muestran una mejora, como el PMI de servicios que en enero saltó a 53,1 (desde 50,5), marcando la cuarta expansión consecutiva en la actividad de servicios brasileña. En el caso de Japón, el PBI del 4Q23 marcó una caída anualizada de 0,4% t/t, convalidando la caída de 3,3% en el 3Q23, lo que confirma la recesión. A esto se suma que la producción industrial disminuyó un 7,5% m/m en enero y el PMI manufacturero quedó en 47,2 en febrero –noveno mes consecutivo contractivo–. En este contexto, la inflación de enero resultó nula, quedando en 2,2% i.a. -desde el 2,6% previa-.

Mercados globales acompañan. A pesar de los datos económicos recién comentados, el índice de acciones globales avanzó un 0,9%, acumulando un alza del 5,5% en el mes. Un poco más abajo se ubicó el índice si se excluye a EE. UU., que en el mismo período subió 0,4% y 4,2%, respectivamente. Entre los índices destacados está el de Japón, que la semana subió 1,9%, en el mes 6,2% y 9,7% en lo que va del año, siendo el de mejor desempeño global. Del lado opuesto está el índice de China, que en la semana perdió 0,7% –en los últimos 30 días ganó 8,5%– y en lo que va del año cae 2,7%. En cuanto a la región, LATAM avanzó 0,4%, 1,6% en el último mes, aunque en el año acumula una baja de 2,7%, impulsado por la caída de 5,0% en la bolsa de Brasil.

Semana clave para el escenario de soft landing. Los inversores seguirán de cerca el informe laboral de febrero de EE. UU., donde se espera que el empleo no agrícola haya aumentado en 188.000 en febrero, lo que marcaría una fuerte disminución respecto al dato de enero, en el que se había creado 353.000 empleos. Además, se anticipa un enfriamiento en el crecimiento salarial al 0,2% m/m desde el 0,6% del período anterior. A estos se suman otros indicadores, como el PMI de Servicios ISM, las vacantes de empleo JOLTS, los pedidos de fábrica y los datos de comercio exterior. También conoceremos los discursos de varios funcionarios de la Reserva Federal, incluidos los Informes Semestrales de Política Monetaria de Powell al Congreso. En Europa, el foco estará en las decisiones sobre las tasas de interés del Banco Central Europeo, donde se espera que mantenga las tasas sin cambios después de que la inflación superara las expectativas, reforzando su postura de política monetaria cautelosa. Finalmente, en China se conocerá la balanza comercial de los primeros dos meses del año con un ligero repunte tanto en el crecimiento de las exportaciones como de las importaciones y junto al PMI de Servicios de Caixin.