Semana negativa para los mercados americanos y globales tras el rally impulsado por el triunfo de Trump y el recorte de tasas de la Fed. Los riesgos se hacen notar, con una inflación que muestra resistencia y un déficit fiscal que continúa en aumento, agravando la herencia económica. Estos factores pesaron más que los buenos indicadores de actividad publicados durante la semana. Aunque las propuestas de bajar impuestos y subir aranceles resultan atractivas para las empresas estadounidenses, también representan un riesgo significativo al profundizar los problemas fiscales, ejercer presión sobre los precios y las tasas de interés, y generar un impacto negativo en la economía global. Esto podría traducirse en menor crecimiento, mayor proteccionismo, competencia entre monedas y precios más bajos de materias primas. A mediano plazo, esta economía, que hasta ahora parece insensible a la suba de tasas de interés, podría empezar a sentir el impacto del encarecimiento del crédito. En este contexto, los mercados registraron caídas generalizadas en bonos y acciones, el dólar continuó fortaleciéndose y los commodities volvieron a retroceder. Se inicia ahora una semana liviana en cuanto a indicadores económicos, destacándose la publicación de los PMI, indicadores del sector inmobiliario y los balances del 3Q24, con especial atención en Nvidia, la gran protagonista de 2024.

 Se detuvo la desinflación. Si bien la Fed comenzó a recortar la tasa de interés de referencia –75 pb desde el pasado 18 de septiembre–, los recientes datos de inflación obligan a mantener la prudencia, ya que muestran una resiliencia mayor a la esperada, retrasando la convergencia al objetivo de política monetaria. Esto quedó aún más evidente con el dato del IPC de octubre: el índice general registró un alza de 0,24% m/m, en línea con las expectativas, aunque en términos interanuales subió a 2,6%, desde el 2,4% de septiembre. Anualizando el resultado de octubre, la suba de precios minoristas fue del 3,0%, la más alta desde abril, y muy por encima del promedio anualizado de 2,1% de los tres meses anteriores. Desagregando por grandes rubros, los precios de los bienes subieron 0,6% anualizado –contra una caída de 1,2% en los tres meses previos–, mientras que los precios de los servicios aumentaron al 4,3% anualizado, en línea con los meses anteriores. Este comportamiento se debió a que los precios de la energía dejaron de caer –pasaron de una baja del 9% anualizado en septiembre a estabilizarse en octubre– y a la aceleración en los precios de vivienda (de 4,5% a 4,9% anualizado) y de salud (de 1,3% a 4,9% anualizado). Con este panorama, el IPC core mostró un alza de 0,3% m/m –equivalente a un 3,4% anualizado–, acumulando en los últimos doce meses un incremento de 3,3%, en línea con los resultados previos y evidenciando una resistencia a quebrar el umbral del 3% anual. Los datos de precios mayoristas también fueron desalentadores: en octubre, el índice general subió 0,2% m/m –acelerando respecto al 0,1% m/m de septiembre– y 2,2% i.a. Por su parte, el índice core mostró una aceleración mayor, con un aumento de 0,3% m/m y 3,5% i.a.

La actividad sigue firme. Los datos de actividad conocidos en la última semana continuaron reflejando el buen momento del consumo y del empleo, aunque con una leve desaceleración en el margen. En este contexto, las expectativas de crecimiento para el último trimestre del año se mantienen favorables. En detalle, las ventas minoristas nominales aumentaron 0,4% m/m en octubre, tras una revisión al alza del dato de septiembre a 0,8% m/m, superando las previsiones del mercado de un crecimiento del 0,3% m/m. Sin embargo, las ventas excluyendo servicios de alimentación, concesionarios de automóviles, tiendas de materiales de construcción y gasolineras –un indicador clave para el cálculo del PBI– registraron una caída del 0,1% m/m, luego de haber alcanzado su mayor incremento desde principios de 2023 en el mes anterior. En cuanto al mercado laboral, las solicitudes iniciales de prestaciones por desempleo disminuyeron en 4.000 respecto a la semana previa, ubicándose en 217.000 en el período finalizado el 9 de noviembre, la cifra más baja desde mayo y significativamente por debajo de las expectativas del mercado, que proyectaban un aumento a 223.000. Con estos resultados, el Nowcast de PBI de la Fed de Atlanta estima un crecimiento del 2,5% t/t anualizado para el 4Q24, reforzando el optimismo sobre el desempeño económico de fin de año.

Aumenta el déficit fiscal. El estado de las finanzas públicas sigue siendo uno de los mayores riesgos para la economía estadounidense, no solo por su situación actual, sino también por el posible deterioro en caso de que Trump avance con sus propuestas de reducción de impuestos. Estas incluyen la disminución de la base imponible, la reducción de las tasas marginales sobre el impuesto a la renta, la exención del impuesto a los patrimonios y el recorte del impuesto a las sociedades al 15% desde el 21% actual. Cabe recordar que en su primera presidencia, Trump ya había reducido este impuesto desde el 35%. Aunque parte de estas medidas estarían compensadas por un alza en los aranceles, se estima que el costo fiscal totalizaría USD 3 billones en 10 años.Concretamente, en octubre, el déficit presupuestario casi se cuadruplicó, alcanzando los USD 257 MM, frente a los USD 67 MM registrados en octubre de 2023. Este aumento se explicó en gran medida por factores excepcionales y ajustes de calendario en los pagos de prestaciones. Excluyendo estos ajustes, el déficit habría sido de USD 47 MM. El deterioro fiscal se produjo en un contexto de caída del 19% i.a. en los ingresos federales, que totalizaron USD 327 MM, mientras que los gastos aumentaron un 24% i.a. hasta USD 584 MM. Este nuevo año fiscal sigue al cierre del año fiscal 2024 bajo la administración de Biden, que concluyó con un déficit de USD 1,83 billones, equivalente al 6,3% del PBI (frente al 6,2% del PBI en el período anterior). Este resultado estuvo compuesto por un déficit primario de 3,3% del PBI y un pago de intereses equivalente al 3,1% del PBI (vs 3,8% y 2,8%, respectivamente, en 2023).

Powell no tiene apuro. En un discurso en la Cámara Regional de Dallas, Jerome Powell destacó que no hay prisa por reducir las tasas de interés, dado que la fortaleza de la economía estadounidense permite a la Fed adoptar un enfoque flexible y cuidadoso. Subrayó que los indicadores económicos no justifican reducciones inmediatas de tasas, resaltando que el crecimiento interno sigue siendo el más sólido entre las principales economías del mundo. Asimismo, enfatizó la resiliencia del mercado laboral, a pesar del menor crecimiento del empleo en octubre, y señaló que la inflación continúa avanzando gradualmente hacia el objetivo del 2% i.a.Aunque los datos recientes de inflación reflejaron ligeros repuntes en los precios al consumidor y al productor, Powell reafirmó el compromiso de la Fed con su objetivo, reconociendo que el camino hacia la estabilidad puede ser desigual. Este mensaje influyó en las expectativas de los inversores, reflejándose en una disminución de las probabilidades de un recorte de 25 pb en la reunión del próximo 18 de diciembre, que pasaron del 65% al 58% en la última semana. A su vez, aumentó la expectativa de un 35% al 42% de que la Fed mantenga las tasas sin cambios.

Tasas en alza golpean a los bonos. La expectativa de que los recortes de tasas de la Fed serán más lentos de lo esperado, debido a las crecientes presiones inflacionarias, continuó presionando los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense, especialmente en el tramo largo, llevándolos a los niveles más altos desde principios de julio. Concretamente, la UST2Y subió 3 pb en la última semana hasta 4,28%, mientras que la UST10Y avanzó 11 pb, alcanzando 4,41%. Un comportamiento similar mostraron los bonos corporativos, con los rendimientos de los Investment Grade (IG) aumentando 16 pb hasta 5,25% –con un incremento de 4 pb en su diferencial, que llegó a los 78 pb–. Por su parte, los High Yield (HY) subieron hasta 7,29%, 17 pb más que la semana anterior, ampliando su diferencial en 10 pb. En este contexto, los índices de renta fija registraron una caída promedio de 0,8% durante la última semana, explicada por las pérdidas del 1,3% en los IG, 0,6% en los bonos del Tesoro y 0,4% en los HY.

Dólar fuerte y commodities en baja. Mientras EE. UU. se debate entre un escenario de reflación y tasas altas por más tiempo, el mundo enfrenta problemas de bajo crecimiento, particularmente en Europa y Japón. Este contexto sigue dando soporte al dólar, impulsado también por las expectativas de que otros países respondan a la propuesta de Trump de elevar aranceles con devaluaciones. En este marco, el DXY subió otro 1,2% durante la semana, con un comportamiento homogéneo frente a las principales monedas, acumulando un alza del 2,2% en noviembre y cerca del 5% en lo que va del año. El fortalecimiento del dólar presionó nuevamente a los commodities, más allá de la recuperación puntual del petróleo ayer lunes (+3%). Entre las caídas más destacadas se encuentran: el cobre, que retrocedió 4,4%; el petróleo, con una baja del 1,7%, cerrando en USD 69 el barril (WTI); y la soja, que perdió 0,7%, ubicándose en USD 371 la tonelada. En cuanto al oro, volvió a alejarse de los máximos de hace un mes, con una pérdida del 2,2%, cerrando en USD 2.612 la onza.

Una pausa en las acciones. Tras el rally posterior a las elecciones, las acciones estadounidenses hicieron una pausa y registraron caídas generalizadas, especialmente entre las de menor capitalización, que habían sido las más beneficiadas tras el triunfo de Trump. El S&P 500 retrocedió 1,7%, el Nasdaq 2,5% y el Dow Jones 1,3%, mientras que el Russell 2000, que agrupa a las empresas más pequeñas, perdió 3,9%. A nivel sectorial, las mayores bajas se observaron en Salud, Tecnología, Industria y Materiales, con retrocesos de entre 2,2% y 5,5%. Esta caída en Wall Street se trasladó a las acciones del resto del mundo, que perdieron un promedio de 1,9% durante la semana, destacándose las bajas en Europa (-2,3%) y China (-2,9%).

Lo que viene. Semana relativamente tranquila en términos de publicaciones económicas, destacándose únicamente los PMI adelantados de noviembre y los indicadores del sector inmobiliario. Sin embargo, todas las miradas estarán puestas en la presentación del balance del 3Q24 de Nvidia, la gran protagonista del mercado este año, con un impresionante aumento del 190% en su cotización acumulado en lo que va de 2024.