El informe de empleo sorprendió al duplicar las nóminas esperadas por el mercado, y confirma así el menor desempleo de los últimos 50 años. Como paradoja, la solidez del mercado laboral dificulta el camino de la Fed para enfriar la economía y le da mayor margen para continuar con la suba de tasas. A pesar de que Jerome Jay Powell no mostró la postura agresiva de meses anteriores, la preocupación terminó golpeando tanto a bonos como a acciones, mientras que reforzó nuevamente al dólar. Esto se sumó a resultados empresariales débiles que volvieron a hacer retroceder a la tasa de ganancias esperada para el 4Q22, con varias de las FAANG publicando ganancias por debajo de las estimaciones del mercado. Los commodities cerraron mixtos: el oro retrocedió mientras que el petróleo se vio favorecido por los comentarios de Arabia Saudita, su principal productor global. Respecto al resto del mundo, las caídas fueron generalizadas: China aumentó su preocupación con respecto a los contagios mientras Brasil mostró datos débiles de actividad a pesar de la caída en la inflación. Por su parte, Alemania sorprendió con un IPC por debajo del esperado llevando a la Eurozona a moderar su caída. La semana próxima, la atención estará puesta sobre el IPC y las ventas minoristas de Estados Unidos, lo que podría repercutir en una postura más agresiva de la Fed. También se dará a conocer el IPC de China, que se espera que avance como señal de recuperación de su economía.
Desempleo en mínimos de 50 años. El informe de empleo de enero sorprendió al mostrar una creación de 517.000 nóminas no agrícolas. Registra así el mayor monto de los últimos seis meses, muy por encima de las estimaciones de 185.000. Tanto las nóminas estatales de 74.000 como las privadas no agrícolas de 443.000 superaron las expectativas durante el mes. A pesar de que la tasa de participación aumentó levemente (62,4% vs 62,3%), esta creación de puestos llevó a la tasa de desempleo a 3,4%, el menor valor desde mayo de 1969. Estos datos muestran que, si bien la preocupación respecto al nivel de actividad continúa, la creación de empleo se mantiene sólida. Este panorama impulsó a los salarios un 0,3% m/m (4,4% i.a.). A pesar de que esta suba se mantuvo en línea con las expectativas, reavivó la preocupación respecto a la suba de tasas que deberá establecer la Fed para enfriar la economía y llevar la inflación a su nivel objetivo.
Leve mejora en la actividad. Los datos de PMI superaron las expectativas tanto para el índice de servicios (46,8 vs 46,6 esperado) como para el compuesto (46,8 vs 46,6). A pesar de aún ubicarse por debajo de los 50 puntos (señal de contracción), ambos datos mejoraron respecto a diciembre. Por su parte, la balanza comercial arrojó un déficit de USD 67,4 MM vs USD 68,5 MM esperados. El dato fue tomado con optimismo por el mercado dada la suba que registraron las importaciones en relación al mes previo (1,3%). Esto primó por sobre la caída de las exportaciones (0,7%) y es tomado como una mejora, principalmente en la demanda interna.
Fed sin rumbo. Luego del informe de empleo, la atención de los inversores estuvo puesta en la postura de la Fed, especialmente en el discurso de Jerome Powell, quien indicó que “el dato mostró que el proceso de desinflación podría tomar más tiempo de lo esperado”. Sin embargo, también comentó que esperan que 2023 sea un año de retroceso significativo de la inflación. Esto deja sin un rumbo definido a la entidad y con un mercado que estima que las tasas comenzarían a recortarse antes de que termine el año. Concretamente, las tasas implícitas pronostican que la Fed funds rate alcanzará su nivel máximo aproximadamente en junio, lo que augura dos subas más, para luego retroceder en los meses siguientes hasta ubicarse en torno al 4,6% (hoy 4,75%). Aún vemos este escenario como incierto: con el informe de empleo la Fed está mostrando dificultad para enfriar el nivel de actividad, lo que podría llevar a mantener las tasas altas por un mayor período de tiempo.
Golpe a la renta fija. La preocupación respecto a la suba de tasas golpeó a los bonos y llevó a toda la curva de rendimientos a marcar nuevas subas, especialmente en el mediano plazo. La tasa a 10 años registró el máximo del mes (3,61%) vs que la de dos años atrás (4,47%). Se amplía así el spread de ambas hasta 85 pb y se profundiza la señal de una posible recesión. Esto demuestra la preocupación que mantiene el mercado con respecto al nivel de actividad ante tasas altas por un mayor período de tiempo. También se vieron afectados los bonos corporativos: cayeron los investment grade (2,1%) y los high yield (1,6%). Sin embargo, dada la fortaleza del dólar y el retroceso de China, los bonos emergentes fueron los principales detractores: cayeron un 2,7% en la semana, aunque se mantuvieron con una suba de 1,2% en el último mes.
Commodities dispares. El petróleo avanzó un 2,5% luego de que Arabia Saudita, principal productor de crudo del mundo, indicara que espera una fuerte recuperación de la demanda producto de la apertura de China. Esto terminó favoreciendo al commodity, aún cuando la Administración de Información de Energía (EIA) había proyectado un nivel de demanda estable para todo 2023, con aumento recién en 2024. La entidad indicó que a esto se le sumaría un mayor nivel de producción: 590.000 barriles diarios. Esto terminaría llevando al precio del crudo a cerrar en torno a los USD 82. Por otro lado, el oro se vio afectado por la fortaleza del dólar y cayó un 1,4%. Por su parte, los commodities agrarios cerraron dispares: la soja retrocedió un 0,5%, ante menores expectativas de sequía global, y el trigo avanzó un 0,6%.
Comunicaciones arrastra al Nasdaq. El índice de acciones tecnológico retrocedió un 1% afectado principalmente por la caída en el sector de comunicaciones (-3,7%) y en el de consumo discrecional (-2,5%). Por su parte, el S&P moderó su caída (-0,6%), mientras que el Dow Jones logró cerrar en terreno positivo (0,5%). De los once sectores que componen al S&P, sólo tres lograron cerrar la semana al alza: tecnológico (0,7%), financiero (0,8%) y energético (1,8%). Este último se vio favorecido por el repunte que marcó en la semana el petróleo, aunque aún se ubica como uno de los perdedores del último mes. Por su parte, el sector tecnológico tuvo el impulso de Nvidia (6%) y también de Microsoft (5,5%), favorecido por el alcance que comienza a mostrar ChatGPT. A pesar de que el esta inteligencia artificial aún se encuentra en fase de prueba, la firma mostró estar en la punta de la carrera, especialmente luego de que el prototipo de Google, Bard, mostrara fallas en su día de presentación.
Ajustan ganancias de las growth. Con el 59% de los balances de las compañías presentados, la tasa de ganancias esperada para el 4Q22 volvió a retroceder (-2,9% i.a. vs -2,4% i.a. la semana previa). Sin contar al sector energético, la caída se profundiza (-7,1% i.a. vs -6,7% i.a. del último dato). Respecto a los sectores, los mayores ajustes se dieron en tecnológicas, comunicaciones y consumo discrecional, que ahora proyectan tasas de ganancias esperadas negativas de -9,3% i.a, -24,2% i.a. y -17,2% i.a., respectivamente. Por el lado de las empresas, presentaron sus datos tres de las big tech: Apple, Google y Amazon y las tres señalaron ganancias por acción por debajo de las estimaciones. Para Apple esto sucede por primera vez en los últimos seis años. A pesar de que las tres compañías anunciaron importantes recortes en los puestos de trabajo (promedio 5% de su planta global), los altos costos sumados a una caída en la demanda global terminaron por golpear a sus ingresos netos finales. Por el contrario, Disney se destacó al presentar tanto ingresos como ganancias por acción por encima de las expectativas del mercado. Además, avanzó un 8% en la última semana luego de anunciar despidos por 7.000 puestos con el objetivo de recortar costos y aumentar la eficiencia de la firma.
MUNDO
Mundo en rojo. El MSCI World cerró con caídas (-0,7% y -0,6% sin contar a EE.UU) afectado por los descensos que se dieron en gran parte de las regiones: Asia (-1,3%), LATAM (-2,9%) y Europa (-0,2%). Por el lado asiático, China fue el principal detractor (-1,5%) ya que se reavivó una vez más la preocupación respecto a la cantidad de contagios en el país, escenario que podría dificultar su recuperación. Respecto a Latinoamérica, las bajas fueron generalizadas con Brasil (-3,9%) y Colombia (-3%) ubicándose como los principales detractores. Esto se profundizó aún más gracias a la fortaleza que registró el dólar (+1%) durante la semana como consecuencia de la preocupación de que la Fed podría extender el período de tasas altas. La moneda norteamericana se destacó principalmente frente al Yen japonés (-1,2%) mientras que la relación EUR/USD fue la única que cerró positiva (1,2%).
Desinflación en Europa. El IPC armonizado de Alemania resultó en un 0,5% m/m, ubicándose muy por debajo de las estimaciones de 1,2% m/m (9,2% i.a.). Fue el menor dato de los últimos cinco meses y le dio un respiro al BCE, a pesar de que aún se mantienen las expectativas de un alza de 50 pb para la próxima reunión de la entidad. Al igual que ocurrió con el IPC de la Eurozona, los mayores retrocesos continúan siendo en el segmento energético mientras que servicios y alimentos se mantienen más inflexibles a la baja. A esto se le suma la preocupación respecto al nivel de actividad: a pesar de que los PMI resultaron en torno a los 50 puntos, mostrando crecimiento, las ventas minoristas ajustaron más de lo esperado (-2,8%). Esto llevó a que la región cierre la semana en terreno negativo.
Brasil con menor inflación pero también menor actividad. El IPC de enero arrojó una suba de 0,53% m/m, levemente por debajo de las expectativas (0,57% m/m) y del mes previo (0,62% m/m). Esto llevó a un acumulado anual de 5,77%, el menor valor desde marzo de 2021. De esta manera, el país muestra la efectividad de establecer rápidamente una política monetaria contractiva con el objetivo de disminuir la suba de precios. Sin embargo, las ventas minoristas mostraron una contracción de 2,7% m/m en diciembre (vs -0,7% m/m esperada), arrojando un 0,4% i.a. Estos datos se dan en medio de la disputa que mantiene el presidente Lula da Silva con el jefe del banco central de Brasil, ya que alega que sería necesario empezar a flexibilizar la política monetaria del país. Ante este escenario, el EWZ fue uno de los principales perdedores de la región al retroceder un 3,9% en la última semana.
Lo que viene
La semana que viene estará cargada de datos. La mira estará puesta en el IPC de Estados Unidos: se proyecta una suba mensual de 0,5% m/m lo que, en caso de cumplirse, llevaría al índice a un 6,2% i.a. Esto implicaría la mayor suba mensual desde julio, lo que podría presionar aún más a la Fed, que estará expectante no sólo a este dato sino al IPP que se proyecta en 0,4% m/m (vs -0,5% m/m en diciembre). En caso de cumplirse, el índice de precios al productor alcanzará un 6,8% ia, la primera suba de los últimos seis meses. También se publicarán los datos de ventas minoristas de enero. Allí se estima una suba de 0,9% m/m, mostrando así una mejoría respecto a la contracción de 1,1% m/m de diciembre. En el marco internacional, la atención estará en el IPC de China. Se prevé un 0,7% m/m (un 2,2% ia.), que, en caso de confirmarse, será tomado como una señal de reactivación de la segunda mayor economía del mundo.
El gráfico de la semana