Los mercados de Estados Unidos continuaron en alza. Los buenos datos económicos publicados la última semana siguieron mostrando un escenario ideal, con un crecimiento sólido y con la inflación bajando más rápido. Esto, sumado al discurso más dovish de la Fed que promete comenzar a bajar la tasa de referencia en 2024, potencia el optimismo de los inversores que descomprimen los rendimientos de los bonos del Tesoro, debilitan al dólar y empujan al alza a los commodities. En este contexto, los mercados continuaron al alza y extendieron el rally iniciado ocho semanas atrás con la particularidad de que ya no se concentra en las 7 magníficas sino que es generalizado en todos los sectores e incluye también a la renta fija que tomó envión en la última parte del año. La contracara de estas buenas noticias sigue siendo China, cuya bolsa siguió cayendo y es la de peor performance global. Con una agenda liviana en cuanto a publicaciones, arranca la última semana de 2023, un año en el que los activos financieros superaron todas las expectativas con notables ganancias en acciones y con los bonos iniciando una recuperación luego de casi tres años a la baja.

Más cerca de la meta. Una buena noticia es que la inflación implícita en el consumo personal –PCE– en noviembre dio por debajo de lo esperado e incluso se amplió la brecha respecto al IPC, lo cual lo deja más cerca de converger a la meta del 2% i.a. Concretamente, en noviembre el PCE, índice de precio de referencia para la Fed en sus proyecciones, cayó 0,1% m/m –la primera caída desde abril de 2020– por lo que la variación interanual bajó hasta 2,6%. En el caso del PCE Core, la variación fue de 0,1% m/m y 3,2% i.a., por debajo de las expectativas de los analistas y quedando en línea con las estimaciones del último cuadro de proyecciones de la Fed. Con esto, se amplía la diferencia con el IPC que en noviembre había marcado una leve aceleración de 0,1% m/m y 3,0% i.a., y de 0,3% m/m y 4,0% i.a. en el caso del IPC Core. De mantenerse esta tendencia, ya para mayo de 2024 el PCE habría marcado un alza del 2% i.a., por lo que ya estaría en el objetivo de la Fed. En este contexto, y aunque algunos miembros de la Fed alertan en que no hay que dar por concluida la batalla contra la inflación y que es muy pronto para hablar de recortes de tasa, los inversores se siguen ilusionando con que Powell baje la tasa antes y más veces de lo esperado. De hecho, la probabilidad de un recorte a 5,25% en marzo subió a 75% y esperan que la baje persistentemente hasta 4%.

Mejora el consumo y repunta el ahorro. En noviembre, el consumo de las familias repuntó un 0,3% m/m, frente al 0,1% m/m en octubre, impulsado por el consumo de bienes que creció 0,5% m/m tras el tropiezo del mes anterior, mientras que el de los servicios mantuvo el dinamismo de los meses previos al marcar un alza de 0,2% m/m. En términos nominales, el alza fue de 0,2% m/m, mientras que los ingresos aumentaron un 0,4% m/m, impulsados por los mayores ingresos por salarios –combinación de más empleo y recuperación del salario real– que subieron 0,6% m/m, siendo la mejor performance desde febrero de este año. Con esta dinámica de ingresos y gastos, la tasa de ahorro subió hasta 4,1% de los ingresos, lo que le sigue dando “colchón” al consumo para evitar un freno abrupto en 2024 que ponga en riesgo nuestro escenario de soft-landing. La buena performance del mercado laboral y la caída en los precios de los combustibles continúan impulsando las expectativas de los consumidores. Por ejemplo, el índice de confianza de la Universidad de Michigan marcó 67 puntos para diciembre, 10 puntos por encima del mes previo y marcando el nivel más alto desde julio.

Crecimiento seguro. Luego de confirmar la fuerte aceleración del nivel de actividad en el 3Q23 (+4,9% t/t anualizado), siguen apareciendo buenos datos del 4Q23. En noviembre, los inicios de construcción de viviendas exhibieron una sorpresiva alza de 14,8% m/m, superando ampliamente las expectativas, mientras que las ventas de viviendas usadas aumentaron inesperadamente un 0,8% m/m, rompiendo una racha de 5 meses de caídas. En el mercado laboral, las solicitudes de beneficios por desempleo de la segunda semana de diciembre aumentaron hasta 205,000, siendo sensiblemente menores a las expectativas del mercado de 215,000. Finalmente, los nuevos pedidos de bienes duraderos manufacturados aumentaron un 5,4% m/m, superando significativamente las expectativas. Con todo esto, el Nowcast de Atlanta estima un alza de 2,3% t/t anualizado (0,3 puntos porcentuales menos que la semana previa) para el 4Q23, por lo que el año terminaría con un crecimiento del 2,5% i.a., superando todas las expectativas que esperaban un año con una actividad estancada producto de la suba de tasas.

Se debilita el dólar y suben los commodities. Con las expectativas de una reversión de la política monetaria de la Fed, el dólar prolongó su tendencia bajista frente a las principales monedas, alcanzando su nivel más bajo desde agosto. El DXY retrocedió 0,8%, acumulando una caída de 1,7% en lo que va de diciembre. Contra el euro, perdió 1% en la semana y 1,1% en lo que va del mes, mientras que contra el real brasileño, la caída fue de 1,6% y 1,3%, respectivamente. Contra el yen y el yuan, ganó 0,2% en la semana, aunque en el mes perdió 3,8% y 0,1%, respectivamente. En el mercado de materias primas, en medio de tensiones en la zona del mar Rojo, el precio del petróleo aumentó 3% en la semana, acumulando en el mes una baja de 3,2% y del 18% en los últimos tres meses. También fue una semana favorable para el cobre, que subió 0,3% en la semana, acumulando una ganancia de 1,7% y de 2,4% en lo que va del año. Solo desentonaron las materias primas agrícolas: la soja retrocedió un 1,2% -ubicándose por debajo de los USD 480 por tonelada- y el trigo perdió un 2%. En línea con la debilidad del dólar, el oro subió 1,7% en la semana, llegando a los USD 2.050 por onza y ganando un 3% en el mes.

Tasas en baja. Los rendimientos de los bonos del Tesoro de EE. UU. están bajando, especialmente en los plazos más cortos, ante la expectativa de una reducción de la inflación. Así, la UST2Y bajó 13 pb en la semana, ubicándose en 4,33%, y amplió a 58 pb el descenso en el último mes. Por su parte, la UST10Y cedió 3 pb, para cerrar en 3,90%, acompañando una baja de 51 pb en el último mes. Esta dinámica resultó positiva para la renta fija, con una suba semanal promedio del 0,2% y de 2,7% en lo que va del mes para el índice que combina bonos del Tesoro y corporativos de alta calidad. Los bonos Investment Grade cedieron 0,2% en la semana, aunque en el mes llevan acumulada una ganancia de 3,6%, mientras que los High Yield aumentaron 0,7% en la semana y 2,3% en diciembre. El índice de bonos emergentes subió 0,3% en la semana y acumulan en el mes un alza de 3,7%.

Acciones sin freno. Durante la semana, el S&P 500 tuvo un incremento del 0,9%, sumando así un avance del 3,8% en diciembre y un notable 24% en lo que va del año 2023. Por su parte, el Nasdaq también exhibió resultados positivos, con un aumento del 1,1% en la semana y 5,2% en el mes, acumulando en 2023 una ganancia de 44%. La performance del Dow Jones fue más modesta, al marcar un alza de 0,4% semanal, 3,8% en diciembre y 13% en el año. El repunte de la última semana se apoyó principalmente en el sector de comunicación, que subió 2,2%, de la mano de las acciones de Meta y Alphabet que ganaron 5,5% y 6,7%, respectivamente.

Todos menos China. Impulsados por un renovado optimismo en el mercado estadounidense, el índice de renta variable global marcó un alza de 0,2% durante la semana, elevando a 3,2% la ganancia acumulada en diciembre. Idéntico resultado semanal tuvo el índice al excluir EE. UU., aunque en lo que va del mes la ganancia llega a 2,3%. Todas las bolsas tuvieron un desempeño semanal modesto, incluso con ligeras caídas en el caso de Latinoamérica, pero sin duda lo que más volvió a destacarse fue China, que cayó 4,5% en la semana, ampliando a 7,8% la pérdida en lo que va del mes y a 17% en lo que va del año, contrastando con el índice global que acumula un alza de 19%.

Se va 2023. Con una agenda muy liviana en cuanto a la publicación de datos económicos, arranca la última semana de 2023. Fue un año que sorprendió a todos con los muy buenos resultados que tuvieron los activos financieros globales a pesar de un mapa de riesgo muy cargado, como lo fueron la crisis de los bancos regionales en EE. UU., los atentados de Hamas en Israel y la persistente fragilidad de Biden en el Congreso para lograr la aprobación de un alza en el techo de la deuda. Se va con ganancias en acciones y también en bonos que se sumaron a la racha ganadora en el último tramo del año. De cara a 2024, el optimismo de los inversores se apoya en el recorte de tasas de interés de la Fed en un contexto en el que la actividad mantiene una gradual moderación de crecimiento con baja de inflación. Con soft-landing, todos ganan.