Cierre de mes tenso para los mercados, con mayor volatilidad para las acciones y con la renta fija anotando caídas generalizadas. Los datos de actividad y de inflación siguen mostrando un buen desempeño, pero aún reflejan una economía presionada por la dinámica de precios en un contexto de pleno empleo. A pesar de esto último, junio finalizó con buen rendimiento tanto para las acciones como para los bonos, aunque en un entorno más inestable y con una creciente incertidumbre ante las próximas elecciones. El resto del mundo ya alertó que el contexto político es un factor de volatilidad que impacta en los activos financieros. No es un dato menor, dado que arranca de lleno la campaña para las elecciones presidenciales en EE. UU., donde los dos candidatos tienen más debilidades que puntos positivos. El dólar se fortaleció y los commodities cayeron, con la excepción del petróleo que tuvo la mejor performance del año. Las miradas de esta semana estarán en los datos de empleo de junio y en los resultados de las elecciones en Francia, que pueden ser un punto de inflexión para el euro y para la situación europea en general.

¿Converge a la meta de la Fed? En línea con lo esperado y con lo que había marcado el IPC, el índice de precios del gasto de consumo personal (PCE) –el índice de referencia de la Fed– se mantuvo sin cambios en mayo respecto a abril (vs. +0,3% m/m previo), registrando su nivel más bajo en seis meses. Los precios de los bienes disminuyeron un 0,4% m/m y los de los servicios aumentaron un 0,2% m/m. El PCE Core mostró una tendencia similar, aumentando un 0,1% m/m (vs. +0,3% previo), el nivel más bajo desde noviembre, mientras que el PCE sin vivienda no presentó variaciones respecto al mes anterior. Cabe recordar que existen diferencias metodológicas entre el IPC y el PCE, tanto en la composición de la canasta –con una menor participación de los gastos en vivienda en el PCE– como en el método de desestacionalización, lo que hace que el PCE tenga un mejor desempeño. En los últimos doce meses, el IPC general y el IPC Core aumentaron un 3,3% y 3,4%, respectivamente, mientras que el PCE y el PCE core subieron un 2,6%, y el PCE sin vivienda solo un 2,0%, lo cual es una noticia muy favorable para el objetivo de política monetaria.

Mejora el consumo y sube el ahorro. Tal como lo había adelantado el índice de ventas minoristas de la semana anterior, los datos de gasto personal de mayo reflejaron un repunte del consumo de las familias, mostrando que el principal motor de la economía estadounidense sigue funcionando aunque con una ligera tendencia a la moderación por menor impulso del consumo de servicios. En mayo, el consumo personal registró un aumento de 0,3% m/m (3,0% anualizado), recuperándose de la caída de 0,1% m/m en abril. La recuperación se debió al mayor consumo de bienes, que pasó de caer 0,7% m/m en abril a subir 0,6% m/m en mayo –impulsado por el consumo de bienes durables que aumentó 1,1% m/m– mientras que el consumo en servicios creció apenas 0,1% m/m, en línea con el dato del mes anterior, confirmando una tendencia a la moderación en el crecimiento. Dada la variación nula de los precios comentada en el párrafo anterior, en términos nominales el gasto subió 0,3% m/m. Por el lado de los ingresos de las familias, impulsados por el buen dinamismo del mercado laboral con mejora del empleo y de los salarios, en mayo aumentaron 0,5% m/m, marcando una leve aceleración respecto a abril. Así, con ingresos subiendo por encima de los gastos, la tasa de ahorro de las familias subió a 3,9% de los ingresos, el nivel más alto desde enero aunque lejos del 5,3% de mayo de 2023 y del 7,0% promedio registrado entre 2011 y 2019, previo a la pandemia. El leve repunte de la tasa de ahorro puede explicarse por la caída en el margen del índice de confianza del consumidor –el índice de la Universidad de Michigan de junio quedó en 68,2 pts, levemente inferior al de mayo y alejado de los casi 80 pts de marzo– lo cual es un factor a seguir de cerca en los próximos meses, dado que puede restarle impulso al consumo y al nivel de actividad.

Un lento soft landing de la actividad. La tercera y última revisión del PBI del 1Q24 marcó un crecimiento de 1,4% t/t anualizado, ligeramente por encima del 1,3% de la segunda estimación, siendo el menor dinamismo desde el 3Q22. Como mencionamos en informes anteriores, la menor actividad económica se explicó por la desaceleración del consumo privado, el gasto público y las exportaciones en un contexto de aumento de las importaciones, mientras que la inversión aceleró. De cara al 2Q24, las estimaciones del Nowcast de Atlanta, aunque se han corregido a la baja, apuntan a una leve aceleración del PBI con un alza de 2,2% t/t anualizado, frente al 3,0% de la semana anterior, con mejoras en todos los componentes de la demanda –principalmente el consumo, como explicamos anteriormente– salvo en las exportaciones que siguen deteriorándose. En cuanto a los datos laborales de alta frecuencia, el número de personas que solicitaron prestaciones por desempleo cayó a 233.000 en la semana, por debajo de las expectativas del mercado (236.000). El recuento de solicitudes disminuyó por segunda semana consecutiva desde que alcanzó el máximo de 10 meses de 243.000, aunque se mantuvo por encima del promedio de este año.

La Fed espera mientras el mercado se apura. Tal como destacamos en informes anteriores, la coyuntura económica de EE.UU. sigue siendo muy desafiante, dado que no hay señales claras sobre la conveniencia de hacer cambios en la política monetaria. A pesar de algunas señales de moderación, la actividad sigue creciendo con prácticamente pleno empleo y una inflación que, pese a la desaceleración reciente, aún muestra cierta resistencia. Cualquier movimiento de la Fed puede derivar en un golpe a la actividad –en caso de subir la tasa de referencia– o en una aceleración de la inflación –si la baja más de lo necesario–. En este contexto, la Fed espera bajar la tasa solo 25 pb este año y recién a partir de noviembre. Con los últimos datos de actividad y empleo, los inversores se ilusionan con que esto ocurra en septiembre –la probabilidad de una baja subió de 36% a 56%– y se animan a prever otra en la reunión de noviembre.

Tasas estables y bonos volátiles. A pesar de la confianza de los inversores en que el pivote de la Fed llegue antes, los rendimientos de los bonos del Tesoro estuvieron presionados en la última semana, especialmente en el tramo largo, aunque cerraron junio con una leve caída respecto a mayo. Concretamente, la USD2Y cerró en 4,72% –casi igual que la semana previa– mientras que la USD10Y finalizó en 4,34% –9 pb por encima de la semana anterior– acumulando en junio una baja de 17 pb en ambos casos. En este contexto, el índice agregado de renta fija perdió 0,7% en la semana, aunque cerró junio con un alza de 0,6%, recortando las pérdidas en lo que va del año a 2,2%. Los bonos del Tesoro siguieron la misma tendencia, con una caída semanal de 0,6% –los del tramo largo perdieron 0,7% mientras que el tramo corto quedó sin cambios–, ganando 0,7% en el mes y acumulando una baja de 2,0% en lo que va del año. En cuanto a los corporativos, en un contexto de mayor presión sobre las tasas largas, los Investment Grade (IG) siguen siendo los de peor desempeño respecto a los High Yield (HY), que tienen menor duración. De hecho, los IG cayeron 0,9% en la semana, subieron apenas 0,2% en el mes y están 3,2% por debajo del cierre de diciembre, mientras que los HY perdieron solo 0,3% en la última semana, cerraron junio sin cambios y acumulan una pérdida de apenas 0,3% en lo que va del año.

Un soft landing de las acciones. En la segunda mitad de junio, las acciones siguieron un camino volátil y frenaron el impulso que venían teniendo, aunque continúan en niveles récord. Esto se agudizó en la última semana, en la que el S&P 500 marcó una ligera caída, con bajas generalizadas a nivel sectorial. Concretamente, el índice general anotó una caída de 0,1%, mientras que en el índice equiponderado la baja se profundizó a 0,8%. De los 11 sectores que componen el S&P, 9 operaron a la baja, destacándose el tecnológico con una pérdida de 1,0% –fue noticia la baja de 2,5% en la acción de Nvidia– y solo escaparon a la tendencia general el energético y comunicación, que subieron 1,6% y 0,8%, respectivamente. Con esta performance, en junio el S&P cerró con una ganancia de 3,2%, estirando el alza en lo que va de 2024 a 14,5%. Si bien en el año todos los sectores –salvo Real Estate– registran buenos resultados, impulsados por las acciones de las megacaps, el de Comunicación y Tecnológicos lideran las ganancias con subas de 18%. Esto se refleja mejor en el Nasdaq, que en la semana ganó 0,4%, en junio 6,1% y en el año 18%, mientras que el Dow Jones tuvo una semana estable, cerrando el mes con un alza de 0,9% y de 3,8% en lo que va del año.

El dólar no cede. En la última semana, el DXY tuvo un alza de 0,1%, cerrando junio con una apreciación de 1,1% y alcanzando una ganancia de 4,5% en lo que va del año. El aumento semanal se explicó por la depreciación del yen japonés, que perdió 0,7% y cerró por encima de JPYUSD 160, un nivel que no superaba desde 1986. En junio, el yen acumuló una pérdida de 2,2% y de 14% en 2024. Con la mirada puesta en las elecciones en Francia, el euro operó estable, con una leve apreciación, aunque cerró junio con una pérdida de 1,2% y de 3% desde fines de 2023. La peor performance la tuvo el real brasileño, que en la semana subió 3,0% y cerró junio en 5,60. Así, el real terminó el mes con un alza de 6,6% y de 15% en lo que va del año, influenciado por datos fiscales no alentadores y el riesgo de no cumplir la meta de equilibrio primario para este año, además de la incertidumbre sobre quién sucederá a Campos Neto al frente del BCB a fin de año. El oro se mantuvo estable cotizando en USD 2.325 la onza, un nivel que mantiene desde principios de abril, aunque en el año acumula una ganancia de 13%.

Commodities en rojo. El mercado de commodities continuó mostrando bajas generalizadas, con la excepción del petróleo que, impulsado por la tensión en Medio Oriente y la fortaleza de la demanda en EE.UU., anotó un alza de 1% en la semana, terminando junio con una ganancia de 6,0% y de 14% en la primera mitad del año. En cuanto a los agrícolas, la soja perdió 0,9% en la semana, estirando la pérdida del mes a 4,5% y acumulando una baja del 11% en el primer semestre. Peor fue la evolución del trigo y maíz, que en junio cayeron 18% y 11%, respectivamente, acumulando en lo que va del año una baja de 11% y 16%, respectivamente. En el caso del cobre, que había mostrado una buena performance hasta mayo, en la última semana perdió 2,3% y cerró junio con una pérdida de 4,8%, reduciendo la ganancia del año a 13%.

Mercados globales estables. El índice global de acciones subió 0,2% en la semana, 1,2% en junio y 10,4% en 2024. Excluyendo a EE.UU. del índice general, la ganancia semanal subió a 0,5%, aunque junio cerró con una baja de 1,9% y en el semestre la ganancia fue de 4,1%. La mejor performance de la semana la tuvieron Japón con un alza de 3,4% y la India que subió 2,0%. Influenciados por los resultados de las elecciones que se desarrollaron, en el último mes se destacaron la mala performance de Europa y Latam que perdieron 6,0% y 8,5%, respectivamente, –México -12% y Brasil -7%– y en menor medida China y Japón con una baja de 3,8% y 1,1%, respectivamente.

Lo que viene. El arranque del mes tiene una nutrida agenda de publicaciones. En el caso de EE. UU., lo más importante serán los indicadores del mercado laboral de junio, con especial atención en la generación de empleos no agrícolas –que mostró un buen dato en mayo con 272 mil puestos y se espera bajen por debajo de los 200 mil– y la tasa de desocupación, la cual se espera se mantenga en 4,0%. Además, se publicarán datos del PMI del ISM, donde se espera una leve mejora para las manufacturas –que vienen de dos meses de caída– y una baja en los servicios –que mostraron un sensible aumento en mayo–. También estarán disponibles las minutas de la última reunión de la Fed. En Europa, toda la atención estará en el resultado de las elecciones en Francia –primera vuelta de las legislativas para renovar el Congreso–, en las que el partido de Macron salió tercero detrás de la extrema derecha y la izquierda. Ahora habrá que esperar a la segunda vuelta para confirmar si tendrá un Primer Ministro opositor. En China, se destacan los datos de la producción industrial, que marcarán el pulso de la economía global.