Con una combinación de buenas noticias, los mercados globales experimentaron la mejor semana del año, con un fuerte repunte de acciones y bonos. Por un lado, la decisión de la Fed de no subir la tasa de referencia, acompañada de un discurso más moderado, volvió a ilusionar a los inversores con la idea de que el ciclo de subas podría haber llegado a su fin y empezaron a mirar con más optimismo los posibles recortes para 2024, lo que provocó un retroceso en los rendimientos de los bonos del Tesoro. Por otro lado, el dato de empleo de octubre mostró cierto enfriamiento del mercado laboral, que podría señalar el inicio del ansiado soft-landing. Además, los balances de las empresas continúan siendo positivos. Finalmente, el conflicto en Medio Oriente se mantuvo "contenido" entre Israel y Hamás, lo cual contribuyó a una baja en el precio del petróleo. En una semana con pocos lanzamientos de indicadores, las miradas estarán puestas en la evolución de los balances restantes, del Índice de Confianza del Consumidor y de los datos de comercio exterior, mientras se sigue de cerca la evolución del conflicto en Medio Oriente.
¿Pausa o fin de ciclo? De acuerdo con las expectativas del mercado y, por segunda reunión consecutiva, la Fed mantuvo la tasa de interés de referencia en 5,50%. Si bien Powell considera que la inflación continúa siendo elevada, durante la conferencia de prensa posterior al comunicado, enfatizó que las proyecciones de tasa de interés de la reunión de septiembre –las cuales apuntaban a que la tasa de referencia terminaría el año en 5,75%– podrían haber quedado desactualizadas. Utilizando un lenguaje ambiguo, mencionó que la Fed está atenta a los datos recientes que muestran un crecimiento resiliente, lo que podría justificar un mayor endurecimiento monetario, mientras que destacó que las condiciones financieras se han endurecido significativamente y que los cambios en dichas condiciones pueden influir en la senda de la política monetaria. Los inversores interpretaron este mensaje como una señal de que el ciclo de subidas de tasas ha terminado y se ilusionan con la posibilidad de que los recortes comiencen antes de lo previsto, que por ahora sería en mayo de 2024.
Se enfría el empleo y sube la desocupación. Los indicadores del mercado laboral de octubre ofrecen una muestra del enfriamiento gradual de la actividad. En el último mes se crearon 150.000 nuevos empleos no agrícolas —el mercado esperaba 180.000—, la mitad de lo registrado en septiembre y bastante por debajo del promedio de 250.000 de los primeros nueve meses de 2023. Dado que el empleo agrícola se contrajo en casi 500.000 empleos, esto contribuyó al incremento de la tasa de desocupación al 3,9%, la más alta desde enero de 2022. El enfriamiento de la demanda laboral ocurre en un contexto en el que los salarios se mantienen contenidos: subieron un 0,2% m/m en octubre —después de una revisión al alza del 0,3% m/m en el mes anterior—, acumulando un alza del 4,1% i.a. A pesar de esta “tranquilidad” en los salarios, las demandas de los sindicatos son cada vez más fuertes, y en las negociaciones logran incrementos significativos, como es el caso de la victoria del sindicato en huelga United Auto Workers contra los tres grandes fabricantes de automóviles.
¿Soft-landing? Después de confirmarse la semana pasada que la economía aceleró en el 3Q23, marcando una expansión del 4,9% t/t, la atención comienza a centrarse en la dinámica del último trimestre del año, con el fin de determinar si el PBI mantendrá esa tendencia o si, por el contrario, el ajuste de las tasas de interés comenzará a enfriar la economía. Sumado al menor crecimiento del mercado laboral ya mencionado, los índices de gerentes de compras (PMI) de octubre, tanto para el sector servicios como para el manufacturero, mostraron un menor dinamismo de la actividad: el primero se contrajo a 51,8 —el nivel más bajo en cinco meses y por debajo de las proyecciones de 53—, y el PMI manufacturero descendió a 46,7 —desde el 49 del mes anterior, permaneciendo en zona contractiva por 11 meses consecutivos debido a los crecientes costos de endeudamiento—. Estos datos están en línea con la desaceleración proyectada por el nowcast de Atlanta para el 4Q23, al 1,2% t/t.
Retrocede el petróleo. Si bien sigue siendo un foco de tensión y riesgo, la no propagación del conflicto entre Israel y Hamás al resto de Medio Oriente —incluso Irán y Hezbolá negaron participación en la masacre del 7 de octubre— es una buena noticia para el mercado al reducir el temor de una interrupción del suministro. Además, el mercado celebró el aumento de los inventarios de crudo en EE. UU. Con todo esto, el precio del petróleo retrocedió un 6% y cerró en USD 80 por barril, lo que lo sitúa por debajo de lo que cotizaba previo al ataque. Aunque en mucha menor magnitud, la distensión también impactó al oro, que registró una caída del 0,7% y cerró la semana en USD 1.922 la onza. El resto de los commodities tuvo un comportamiento alcista: la soja subió un 2,3% en la semana, mientras que los metales mostraron ascensos moderados del 1,2% en promedio.
Descomprimen las tasas y suben los bonos. Tras la resolución del Tesoro de EE. UU. de reducir sus emisiones de deuda a largo plazo a USD 112 MM, se observó una tendencia descendente en los rendimientos de los bonos del Tesoro. El bono a diez años (UST10Y) finalizó la semana en 4,57%, registrando una disminución de 27 pb. Por su parte, el bono a dos años (UST2Y) retrocedió 17 pb, situándose en 4,84%. En este contexto, el índice que agrupa a los bonos del Tesoro subió un 1,3% en la semana, mientras que los bonos Investment Grade ganaron un 2,3%, y los High Yield avanzaron un 2,8%. Los claros ganadores fueron los bonos de mercados emergentes, que subieron un 3,1%.
Balances positivos. Hasta el momento, 403 empresas del S&P 500 han reportado ganancias para el 3Q23, con el 81,6% superando las estimaciones previas. Se espera que las ganancias aumenten un 5,7% i.a. Excluyendo el sector energético, la estimación de ganancias es del 11,1% i.a. Ocho de los once sectores están reportando un crecimiento interanual en ganancias, liderados por los sectores de Servicios de Comunicación, Consumo Discrecional y Financiero. Por otro lado, tres sectores están reportando una disminución interanual en ganancias: Energía, Salud y Materiales. En el ámbito tecnológico, Apple reveló sus cifras del cuarto trimestre fiscal, mostrando un crecimiento en beneficios del 10,8% i.a. No obstante, se observó una ligera desaceleración en las ventas totales del 1% i.a., con descensos en segmentos esenciales como computadoras y tablets. A pesar de estos datos, las acciones de la compañía experimentaron un alza del 5% durante la semana.
Fuerte avance de las acciones. Luego de tres meses de caída, la renta variable cerró la mejor semana del año con ganancias generalizadas. El S&P 500 registró una suba del 5,8% en la semana, con ganancia en todos los sectores. Con esto, achicó al 5% la pérdida desde el máximo de fines de julio, mientras que en lo que va del año acumula una ganancia del 13%. Los más destacados fueron Real Estate (8,5%), Financiero (7,4%) y Comunicaciones (7,1%). El muy buen desempeño de las tecnológicas le dio mayor impulso al Nasdaq que subió un 6,5%, mientras que el Dow Jones anotó un 5,1%. Dentro de las acciones, las más destacadas fueron el grupo de las siete magníficas, como Nvidia (11,1%), Amazon (8,5%) y Microsoft (7%).
Impulso generalizado. Al igual que el mercado americano, el mercado accionario global tuvo una muy buena semana al anotar un alza del 5,9%. Europa y LATAM fueron los de mejor desempeño al marcar subas del 6,4% y 7,0% respectivamente –Brasil ganó un 6,4%– mientras que China apenas avanzó un 3,3%.
Lo que viene. Esta semana, los focos de atención estarán diversificados. En EE. UU., los discursos de varios funcionarios de la Reserva Federal, el índice de sentimiento del consumidor de Michigan y los datos de comercio exterior acapararán las miradas, en paralelo a la continuación de la temporada de resultados trimestrales con informes de destacadas empresas como Berkshire Hathaway, Uber y Disney. En China, se publicarán la inflación y los indicadores de comercio exterior. En Europa, se aguardan con expectativa los datos del PBI del tercer trimestre del Reino Unido, mientras que Alemania brindará actualizaciones sobre los pedidos de fábrica y la producción industrial, ofreciendo una perspectiva más precisa sobre el pulso económico tanto a nivel global como regional.