A la agresiva baja de tasas de la Fed, en la última semana se sumó un paquete de estímulo destinado a acelerar el crecimiento económico que lanzó el gobierno de China. Todo esto, acompaña los buenos datos de actividad, empleo y precios en EE. UU. que confirman un escenario de crecimiento, con pleno empleo y desinflación. El mercado sigue festejando, con acciones en alza mientras que los bonos cerraron estables, el dólar se debilitó y los commodities subieron, salvo el petróleo que tuvo un importante retroceso ante las expectativas de mayor producción. El resto del mundo también festejó de la mano de la bolsa de China que tuvo un fuerte incremento y alcanzó las mayores ganancias acumuladas en lo que va de 2024. Se va el noveno mes del año con las acciones marcando nuevo récord, con el S&P 500 acumulando una ganancia en el año de más del 20% en tanto que los bonos sólo ganaron 2,3%, todo concentrado en los últimos dos meses. Las miradas de esta semana estarán en los datos del mercado laboral americano de septiembre –se espera que mantenga el buen dinamismo de la creación de puestos de trabajo y la tasa de desempleo quede en torno al 4,2%–, siendo lo más relevante la dinámica de los salarios. De confirmarse la fortaleza del mercado laboral con presión en los salarios, los inversores seguirán de cerca los discursos de miembros de la Fed en vistas de la próxima reunión del 7 de noviembre en la que las probabilidades están muy parejas entre un recorte de 25 pb y otro de 50 pb.
La locomotora americana. El panorama de desaceleración del crecimiento que anticipan el mercado y la Fed aún no se materializa, ya que los datos continúan indicando que la actividad se sostiene robusta. La última semana ratificó un crecimiento del 3,0% t/t anualizado para el 2Q24, sumando una expansión del 3,1% en los últimos cuatro trimestres. Esta actualización también revisó al alza la estimación del 1Q24 a 1,6%, anteriormente en 1,4% t/t anualizado, y ajustó al alza los cálculos de años anteriores, mostrando que la economía creció más de lo previsto, eliminando incluso la recesión de la primera mitad de 2022. Los únicos factores que han provocado una caída del PBI americano en los últimos 20 años son eventos extremos como la pandemia o la crisis subprime de 2008. Se espera que la fortaleza de la mayor economía mundial persista en el 3Q24, con una proyección del Nowcast de Atlanta de un crecimiento del 3,1%, impulsado por el consumo privado, las exportaciones y la acumulación de inventarios que compensarían la moderación en la inversión y el gasto público.
Ingresos y gastos crecen a la par y el ahorro respira. Otra información relevante de la semana fue la estimación de ingresos y gastos de las familias para agosto. Los ingresos corrientes crecieron un 0,2% m/m, ligeramente por debajo del 0,3% m/m de los dos meses anteriores, pero con un aporte significativo de los ingresos laborales que ascendieron un 0,5% m/m, casi el doble de los meses previos, acumulando un incremento anual del 5,6% en los ingresos totales y del 6,3% en los salarios. Por su parte, el gasto corriente también aumentó un 0,2% m/m y un 6,8% i.a. Con estos datos, el ahorro familiar se situó en el 4,8% de los ingresos, levemente por debajo del mes anterior, aunque toda la serie se corrigió al alza, proporcionando más margen al ingreso disponible y disipando los temores de un segmento del mercado que preveía un freno en el consumo por la reducción del ahorro. En términos constantes, el consumo moderó su crecimiento al registrar un 0,1% m/m, sobre una base en la que julio había mostrado un aumento del 0,4% m/m, impulsado por el excelente desempeño del consumo de bienes que creció un 0,9% m/m, mientras que el consumo de servicios mantuvo un crecimiento del 0,2% m/m, incluso ligeramente superior al de julio.
El PCE le achica la distancia al objetivo de la Fed. Como hemos explicado en ocasiones anteriores cada vez que se publican el IPC y el PCE —este último es el indicador que la Fed utiliza como referencia para sus proyecciones— existen diferencias metodológicas significativas entre ambos. Por ejemplo, la composición de la canasta del PCE tiene un menor peso en servicios de vivienda y no emplea el mismo método de desestacionalización que el IPC. Estas diferencias pueden generar distorsiones en la interpretación de la dinámica inflacionaria, especialmente en momentos en que el mercado analiza con detalle. Cabe recordar que los últimos datos del IPC indican una leve aceleración, particularmente en servicios. Sin embargo, la noticia positiva para el mercado es que el PCE de agosto registró un aumento de sólo 0,1% m/m —comparado con el 0,2% m/m de julio— y el PCE Core mostró el mismo incremento, resultando en aumentos anuales de 2,4% y 2,7% respectivamente, mientras que en el mismo período, el IPC registró incrementos de 2,6% y 3,3%.
Bonos estables y acciones en máximos históricos. Los buenos datos de actividad actúan como un dique de contención para las expectativas de mayores recortes en las tasas de interés de la Fed. Actualmente, las apuestas de los analistas están divididas por igual entre aquellos que anticipan un recorte de 25 pb y los que predicen una repetición del recorte de 50 pb visto en la última reunión. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro se mantuvieron estables, con un ligero aumento respecto a la semana anterior: la UST2Y cerró en 3,56% y la UST10Y en 3,75%, la más alta en tres semanas. En cuanto a la renta fija, los índices cerraron prácticamente sin cambios y apuntan a cerrar septiembre con un alza promedio de 1,2% y un acumulado anual de 2,3%. En contraste, la renta variable presentó un panorama más alentador, con los tres principales índices ganando durante la semana y operando en niveles récord. Específicamente, el S&P 500 aumentó un 0,6% en la semana y un 1,4% en el mes, casi idéntico al Dow Jones que subió un 1,6% en el mes, mientras que el Nasdaq se destacó con un incremento semanal del 1,0% y mensual del 2,3%, alcanzando el liderazgo en la ganancia acumulada del año con un 20,6%, superando al S&P 500 con un 20,2% y al Dow Jones con un 12,2%. Las Big Caps como Tesla, Meta y Nvidia sobresalieron con incrementos semanales del 22%, 9% y 2%, respectivamente.
El dólar se debilita. El dólar a nivel global confirma un ciclo de debilitamiento que comenzó a mediados de junio pasado y que lo lleva al nivel más bajo desde julio del año pasado. Esta semana, el DXY perdió un 0,3% y acumula una baja del 1,3% en el mes, impulsada principalmente por la caída frente al yen: 1,2% en la semana y 2,7% en el mes. Frente al euro, el dólar operó estable esta semana pero perdió un 1,0% en el mes. También se destacó la caída del 1,4% en la semana y del 3,2% en el mes frente al real brasileño, y del 0,6% y 1,1%, respectivamente, contra el yuan.
Estímulo Chino. Ante la debilidad de los últimos indicadores económicos, la semana pasada China anunció un conjunto de medidas de estímulo económico sin precedentes. En primer lugar, el BPC redujo las tasas de interés de referencia y anticipó más recortes en el futuro. Para el mercado inmobiliario, se redujeron las tasas de interés en más de USD 5 billones en hipotecas, buscando aliviar la carga financiera de los hogares, al tiempo que se relajaron las restricciones para la adquisición de segundas viviendas. Los bancos no quedaron afuera de los anuncios, dado que se anunció una reducción del coeficiente de reservas obligatorias que libera liquidez adicional al mercado y finalmente se comprometió a usar USD 100 MM para respaldar la equidad en el mercado, incluyendo la consideración de un fondo de estabilización. Todas estas medidas le dieron un fuerte impulso a las acciones chinas que en la semana treparon 22% y con eso acumularon en el año una ganancia de 25%, superando incluso a India, que venía liderando muy cómodamente los rendimientos del año.
Suben todos menos el petróleo. Los anuncios de China proporcionaron un fuerte impulso a los precios de las materias primas, aunque el petróleo experimentó un notable retroceso. Se destacó la suba semanal del 6,1% en el precio del cobre, lo que representa un incremento del 9,6% en el mes y del 17% en lo que va del año. También fue una semana muy favorable para la cotización de la soja, que, debido a las noticias provenientes de China y al deterioro en los pronósticos de producción en EE. UU. y Brasil, cerró en USD 390 la tonelada, logrando una ganancia del 5,3% en la semana y del 8,5% en septiembre, reduciendo así la pérdida acumulada en lo que va del año al 17%. Por otro lado, el petróleo registró una caída del 5,1% en la semana, cerrando en USD 68 el barril, y del 7% en el mes, debido al anuncio de Arabia Saudita y la OPEP+ sobre un incremento en la producción, lo que contrarrestó el impacto de los huracanes en EE. UU. y el aumento de la demanda desde China.
Lo que viene. Las miradas de esta semana estarán puestas en el informe de empleo de septiembre, esperándose un aumento en las nóminas no agrícolas de 145.000 y que la tasa de desempleo se mantenga en 4,2%. La dinámica salarial también será crucial, con expectativas de un alza mensual del 0,%, ligeramente por debajo de la registrada en agosto. Adicionalmente, se publicarán otros datos clave como el informe JOLTS de julio y las cifras de empleo de ADP de este mes. Se anticipa que el PMI manufacturero de ISM refleje una contracción continua en el sector fabril, mientras que el PMI de servicios se espera que muestre un crecimiento constante. También se prestará atención a los comentarios de varios funcionarios de la Fed, incluida una aparición del presidente Powell en la Asociación Nacional de Economía Empresarial en Nashville.