La pausa de Trump en la política arancelaria mejoró el ánimo de los inversores. Esto volvió a impulsar a las acciones, que registraron una muy buena semana, con subas generalizadas que les permitieron recuperar todo el terreno perdido durante marzo y abril. La tregua por 90 días con China fue el hecho más relevante, ya que ambas potencias dieron señales de que la guerra comercial podría evitarse, lo cual aporta mayor previsibilidad. Mientras tanto, los indicadores de la semana mostraron que la inflación tuvo un leve repunte, aunque menor al esperado. El deterioro fiscal tuvo un respiro, en tanto que las ventas minoristas y la actividad industrial reflejaron la debilidad del nivel de actividad en un contexto en el que las expectativas de los consumidores volvieron a deteriorarse. El petróleo se recuperó, el dólar se fortaleció, los bonos corporativos subieron, pero los bonos del Tesoro registraron el peor desempeño de la semana. Estos retrocedieron, en línea con los problemas fiscales que deberá afrontar la administración Trump, cuya calificación de deuda pública fue rebajada de AAA a AA1 por Moody’s. Con una agenda “liviana” de indicadores económicos, esta semana las miradas estarán puestas en el impacto de la baja de calificación de la deuda americana y en las negociaciones en el Congreso respecto al techo de deuda. No menos relevante será la evolución de las conversaciones comerciales de EE. UU. con sus socios para definir los nuevos aranceles.
Trump pasó por Medio Oriente. La visita de Donald Trump a Medio Oriente concluyó con un refuerzo de las alianzas estratégicas de EE. UU. en la región, especialmente con Arabia Saudita, mediante un histórico acuerdo de defensa e inversiones por USD 600.000 M, enfocado en seguridad energética y militar. También propuso levantar sanciones a Siria como parte de un plan más amplio para reordenar la región tras la caída de Bashar al-Ásad, ex presidente de ese país. Con guiños a Israel, buscó reimpulsar los Acuerdos de Abraham –conjunto de tratados de normalización diplomática firmados entre Israel y varios países árabes– para normalizar relaciones con países árabes, pese a las tensiones por la crisis en Gaza. Además, Irán aprovechó el contexto para lanzar una propuesta económica que incluía a socios árabes y capital estadounidense, mientras que la posibilidad de una mayor integración árabe-israelí quedó condicionada a la creación de un Estado palestino, una exigencia reafirmada por Arabia Saudita.
Leve repunte de la inflación. En abril de 2025, la inflación en EE. UU. subió 0,2% m/m, rebotando desde la caída del 0,1% m/m en marzo, aunque por debajo del 0,3% m/m esperado por el mercado. El principal impulso provino del rubro vivienda (+0,3% m/m), que explicó más de la mitad del avance del índice, junto con subas en energía (+0,7% m/m) —por mayores costos de gas natural y electricidad— y en bienes y servicios como seguros de autos, atención médica y educación. En contraposición, los precios de alimentos bajaron 0,1% m/m por una caída en alimentos para el hogar, y también retrocedieron las tarifas aéreas, autos usados y ropa. En términos interanuales, la inflación general se desaceleró al 2,3% i.a., su nivel más bajo desde febrero de 2021, con una caída del 3,7% i.a. en energía y una moderación en alimentos y transporte. Por su parte, la inflación núcleo avanzó 0,2% m/m (vs. 0,1% m/m en marzo), a raíz de servicios, pero aún por debajo del 0,3% m/m esperado, al tiempo que en la comparación interanual se mantuvo estable en 2,8%.
Sorpresa en los precios mayoristas. Los precios mayoristas en EE. UU. cayeron un 0,5% m/m en abril de 2025, tras una lectura revisada sin cambios en marzo y en contra de las expectativas del mercado, que anticipaban un aumento del 0,2% m/m. Esta fue la primera caída del índice de precios al productor (PPI) desde octubre de 2023 y la más pronunciada desde abril de 2020, en los primeros meses de la pandemia de COVID-19. La baja estuvo impulsada principalmente por una caída del 0,7% m/m en los costos de los servicios, la mayor desde que se comenzó a recopilar esta serie en diciembre de 2009, destacándose una disminución del 1,6% en los márgenes de los servicios comerciales, lo que sugiere que las empresas estarían absorbiendo parte del impacto de mayores aranceles. Los precios de los servicios –excluyendo comercio, transporte y almacenamiento– bajaron un 0,3% m/m, mientras que los servicios de transporte y almacenamiento cayeron un 0,4% m/m. A su vez, los precios de los bienes se mantuvieron estables en el mes, ya que las bajas en alimentos (-1,0% m/m) y energía (-0,4% m/m) compensaron otras subas. En términos interanuales, la inflación mayorista se desaceleró al 2,4%, el nivel más bajo desde septiembre de 2024 y por debajo del 2,5% previsto.
Quinta caída consecutiva de la confianza del consumidor. Siguiendo la tendencia de los últimos meses, aunque con la encuesta realizada previa a la tregua comercial, el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan cayó a 50,8 en mayo de 2025, desde 52,2 en abril y muy por debajo de las expectativas del mercado. Se trata de la quinta caída mensual consecutiva, el nivel más bajo desde junio de 2022 y el segundo piso histórico registrado, en un contexto de crecientes expectativas de inflación y renovadas preocupaciones por los aranceles. Tanto el índice de condiciones actuales (57,6 vs. 59,8) como el de expectativas (46,5 vs. 47,3) se deterioraron. Las evaluaciones actuales de las finanzas personales se hundieron cerca de un 10% debido al debilitamiento de los ingresos. Casi tres cuartas partes de los consumidores mencionaron los aranceles, frente a casi un 60% en abril, lo que muestra que la incertidumbre sobre la política comercial domina la percepción económica. En cuanto a precios, las expectativas de inflación a un año subieron de 6,5% a 7,3% –máximo desde 1981–, mientras que las expectativas a cinco años aumentaron ligeramente del 4,4% al 4,6%.
Ventas minoristas en baja. Las ventas minoristas en EE. UU. aumentaron un 0,1% m/m nominal en abril de 2025, tras una suba revisada al alza del 1,7% m/m en marzo. Los consumidores moderaron su gasto tras una serie de anuncios de nuevos aranceles a principios de abril, aunque el dato superó las expectativas del mercado, que preveían una variación nula. Los mayores incrementos se observaron en restaurantes y bares (+1,2% m/m), ferreterías y casas de jardinería (+0,8% m/m), tiendas de muebles (+0,3% m/m) y de electrónica y electrodomésticos (+0,3% m/m). En cambio, las principales caídas se registraron en tiendas de artículos deportivos, pasatiempos, libros y música (-2,5% m/m), otros comercios minoristas (-2,1% m/m), estaciones de servicio (-0,5% m/m), indumentaria (-0,4% m/m), cuidado personal y salud (-0,2% m/m) y grandes tiendas (-0,2% m/m). Por otro lado, las ventas minoristas subyacentes –que excluyen alimentos, autos, materiales de construcción y combustibles, y que se utilizan para el cálculo del PBI– retrocedieron un 0,2% m/m, frente a un aumento revisado del 0,5% m/m en marzo y por debajo del +0,3% m/m esperado. Considerando la inflación del mes, medidas en términos reales, las ventas totales habrían disminuído 0,1% m/m y las subyacentes 0,3% m/m.
EE. UU. achica distancia. Luego de una semana en la que el rally alcista se detuvo tras el acuerdo comercial por 90 días entre EE. UU. y China, las acciones americanas retomaron el sendero positivo, logrando un muy buen desempeño, con los tres principales índices de Wall Street registrando fuertes subas. Gracias a las tecnológicas –específicamente los fabricantes de chips– el Nasdaq fue el gran ganador de la semana, con una suba del 7,3%, acumulando en mayo un alza del 10,3% y quedando casi en el mismo nivel que a fines del año pasado. El S&P 500 ganó 5,3%, estirando la ganancia del mes a 7,2%, por lo que en lo que va del año pasó a ganar 1,4%. Por último, el Dow Jones avanzó 3,4% en la semana, 5,0% en el mes y 0,2% en el año. El sector tecnológico –que subió un 7,6%– y el de consumo discrecional –con una suba del 7,3%-- fueron los más beneficiados y los grandes impulsores de las alzas. La tregua y la recuperación le permitieron a EE. UU. achicar distancia respecto de los demás países, dado que el índice global sin EE. UU. subió sólo 1,9% en la semana y 3,6% en lo que va del mes, aunque acumula una ganancia del 13,1% en lo que va del año. Se destacan las bolsas de Latam y Europa, con avances del 24%, y más atrás China, con un alza del 16,1%.
Mejor los bonos corporativos. La rotación de carteras desde activos de menor riesgo hacia activos de mayor riesgo generó una suba en las tasas de interés de los bonos del Tesoro y una compresión de tasas en bonos corporativos y emergentes. En concreto, toda la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro operó al alza, destacándose nuevamente el tramo medio, que registró las mayores subas. La UST2Y cerró en 3,98%, 10 pb por encima de la semana previa y 36 pb más que a fines de abril, mientras que la UST10Y terminó en 4,44%, acumulando en el mismo período un incremento de 6 pb y 26 pb, respectivamente —igual comportamiento al de la UST30Y, que cerró en 4,90%—. Esta dinámica se reflejó en el índice que agrupa a los bonos del Tesoro, que en la semana perdió 0,3%, acumulando en mayo una caída de 1,8% y de 1,4% en lo que va de 2025. Vale destacar que, al cierre de la semana, Moody’s Ratings redujo la calificación crediticia de la deuda estadounidense de AAA a AA1, debido al incremento en la deuda pública. Los bonos corporativos volvieron a reducir el spread y registraron subas generalizadas: los Investment Grade subieron 0,5%, achicando la pérdida del mes a 0,8%, en tanto que los High Yield se afianzaron como los grandes ganadores, con un alza de 1,1% en la semana y 1,0% en lo que va del mes. La distensión en los mercados también se reflejó en los bonos emergentes, que subieron 0,9% en la semana, 0,5% en el mes y 1,6% en lo que va del año.
Se fortaleció el dólar y retrocedió el dólar. El dólar continuó recuperándose del duro golpe recibido en los primeros meses del año, especialmente en abril. En la última semana, el DXY avanzó un 0,8%, acumulando en lo que va de mayo un alza de 1,6% y reduciendo la pérdida en lo que va del año al 6,8%. El fortalecimiento fue generalizado, dado que tanto el yen como el euro siguieron la misma tendencia. Respecto al yuan, retrocedió 0,4% en la semana, acumulando en el mes una caída de 0,8% y de 1,2% en lo que va de 2025, en tanto que contra el real brasileño muestra una tendencia estable desde principios de mayo, aunque en el año pierde 8,3%. Con menor incertidumbre y volatilidad, el precio del oro volvió a alejarse de los máximos históricos, anotando en la semana una caída de 3,7% hasta USD 3.202 la onza, y acumulando en el mes un retroceso de 2,7%.
Commodities en alza. La semana fue positiva para el petróleo WTI, que marcó una suba de 2,6% y cerró en USD 62,6 por barril. Terminó pesando más el acuerdo por 90 días entre EE. UU. y China que los aumentos de inventarios en EE. UU. y los incrementos en producción por parte de OPEP+. Con este resultado, en lo que va del mes la cotización del petróleo escaló 7,4% y redujo la caída del año a 12,7%. En cuanto a los commodities agrícolas, el precio de la soja se mantuvo estable en USD 386 por tonelada, anotando en el mes un alza de 1,5% y de 5,2% en lo que va del año. Por último, el cobre perdió 1,2% en la semana, quedando neutral en lo que va del mes, aunque en el año acumula una ganancia de 14,3%.
Lo que viene. La baja en la calificación de la deuda estadounidense será uno de los puntos de atención de la semana, dado que se avecina el debate por el Presupuesto y el techo de deuda, que deberá ser aprobado por el Congreso, lo cual agregará presión sobre los bonos del Tesoro. También será relevante para los inversores la evolución de las negociaciones comerciales bilaterales de EE. UU., con expectativa de que se anuncien nuevos acuerdos. En materia de indicadores, será una semana “liviana” en cuanto a publicaciones, en la que se destacan las primeras estimaciones del PMI de mayo y la venta de viviendas usadas.