El plan fiscal de Trump pasó la prueba del Congreso y el mercado lo festejó a medias. El ahorro por el recorte de gastos en salud no alcanza para compensar el mayor gasto militar y las exenciones impositivas, lo que sigue debilitando la posición fiscal de EE. UU. Mientras tanto, los datos de empleo de julio volvieron a mostrar un buen desempeño, remarcando la fortaleza y estabilidad del mercado laboral estadounidense, donde la tasa de desocupación se mantiene por debajo del objetivo de la Fed. En este contexto, los rendimientos de los bonos del Tesoro quedaron presionados al alza, especialmente en el tramo corto, lo que golpeó a los índices de renta fija, que no logran despegar. La buena noticia la aportaron las acciones, que tuvieron una semana alcista y cerraron en nuevos máximos. El dólar, a nivel global, se mantuvo débil y los commodities operaron al alza. Arranca una semana que seguramente será volátil ante el fin de la tregua tarifaria anunciada tras el Liberation day, por lo que los inversores estarán pendientes de los anuncios del presidente Trump. También se destacan la publicación de las minutas de la última reunión de la Fed y el resultado fiscal de junio.
Trump avanza… y la deuda también. A pocos días de que finalice la tregua comercial por los aranceles universales y tras anotarse un triunfo al lograr la desescalada del conflicto con Irán, el presidente Trump sumó un nuevo éxito en su gestión. Con 218 votos a favor y 214 en contra, el pasado 1 de julio el Senado aprobó el plan fiscal de Trump —la Big and Beautiful Bill, como él lo denominó—. El paquete cumple muchas de las promesas de campaña de Trump, como un aumento del gasto militar, el financiamiento de una campaña de deportación masiva de migrantes y recortes al sector salud. Del lado de los ingresos, el proyecto extiende las exenciones fiscales que Trump había promulgado en su primer mandato, junto a otras nuevas, como la de permitir a los trabajadores deducir los gravámenes de las propinas y el pago de horas extras, autoriza deducir los intereses de algunos préstamos para vehículos y establece una reducción tributaria de USD 6.000 para los adultos mayores que no ganen más de USD 75.000 al año. Del lado del gasto, implica grandes recortes a los programas de salud pública, Medicaid y a las políticas públicas de alimentación, así como también disminuye las exenciones fiscales para autos eléctricos y empresas promotoras de energías renovables, que se verán drásticamente reducidas o eliminadas. Si bien el recorte de gasto podría generar una leve mejora del resultado fiscal en 2025, de acuerdo con la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), en los próximos 10 años el déficit aumentaría en USD 3,2 trillones, dado que por el recorte de gastos el ahorro sería de USD 1,2 trillones, mientras que, por las exenciones impositivas y el aumento del gasto militar, el gasto crecería en USD 4,4 trillones. Con todo esto, de acuerdo con las estimaciones oficiales de crecimiento, inflación y tasas de interés, el déficit fiscal de EE. UU., que este año se ubicaría en 6,2 % del PBI, permanecería por encima del 5 % en la próxima década, por lo que la deuda pública seguiría creciendo hasta alcanzar el 118 % del PBI —casi 20 pb más que este año—.
Fortaleza y estabilidad del mercado laboral. Los indicadores laborales de EE. UU. en los últimos años mostraron una saludable combinación de fortaleza en la creación de empleo y estabilidad en la tasa de desocupación, que se mantiene por debajo del objetivo de la política de la Fed. Más allá de la volatilidad que puede tener la evolución del PBI, los indicadores de empleo parecen independientes de estos movimientos, siguiendo una dinámica propia. Los datos de junio no fueron la excepción: se crearon 147 mil nuevos empleos no agrícolas, superando las expectativas del mercado y en línea con los resultados de abril y mayo, que fueron corregidos al alza, al pasar de 147 mil y 139 mil a 158 mil y 144 mil, respectivamente. Con este resultado, en el 2Q25 la creación de empleo promedió 150 mil nuevos puestos por mes, acelerando respecto a los 111 mil del 1Q25, en tanto que en los últimos doce meses promedió 151 mil puestos por mes. La parte floja del dato de junio fue la menor creación de empleo del sector privado, que generó 74 mil nuevos puestos, casi la mitad de los dos meses anteriores, mientras que el sector público aceleró a 73 mil, contra 20 mil mensuales en abril y mayo. Dado que en junio la población económicamente activa bajó en 129 mil personas, la cantidad de desocupados se redujo en 222 mil —el empleo agrícola cayó 54 mil, lo que compensó en parte el alza del empleo—, por lo que la tasa de desocupación bajó del 4,2 % al 4,1 %.
Déficit comercial contenido. Con la vigencia de la tregua comercial anunciada post Liberation day del 2 de abril pasado, los datos de comercio exterior se van normalizando. Tras el salto que mostraron las importaciones en los primeros tres meses del 26 % i.a. —adelantándose al aumento de aranceles— en abril y mayo se estabilizaron y, con ello, el saldo comercial, si bien mantiene el signo negativo, es más estable. Concretamente, en mayo pasado el saldo de la balanza comercial total marcó un rojo de USD 71.500 M, levemente inferior al de mayo de un año atrás, cuando había marcado USD 76.600 M. Como es característico, el resultado negativo se explicó por el déficit en la balanza de bienes, que llegó a USD 97.500 M —vs. USD 100.900 M un año atrás—, mientras que la de servicios marcó un superávit de USD 26.000 M. La mejora del saldo de bienes de mayo estuvo explicada por un alza de 6,0 % i.a. en las exportaciones, que duplicaron el aumento de las importaciones. Con este resultado, en los primeros cinco meses del año, el déficit comercial subió a USD 522.000 M, 46 % más alto que el del mismo período del año pasado —las importaciones aumentaron 15 % i.a., mientras que las exportaciones lo hicieron en 7 % i.a.—, explicado por el alza de 35 % i.a. en el déficit de bienes, que llegó a USD 650.000 M, compensado en parte por el alza de 4,0 % i.a. en el superávit del saldo de servicios.
Tasas presionadas al alza. Los buenos datos del mercado laboral revalorizaron la visión de Powell y las expectativas de recortes para este año volvieron a 2 a partir de septiembre —se eliminó por completo la chance de que la baje en julio— y esto se reflejó también en la curva de rendimientos de los bonos del Tesoro, que operó al alza, quebrando la tendencia a la baja que había marcado las semanas previas. Concretamente, la UST2Y escaló 15 pb y cerró en 3,89 %, la UST10Y subió 6 pb y cerró en 4,35 %, mientras que la UST30Y quedó en 4,86 %, prácticamente sin cambios respecto a la semana previa. En este contexto, el índice de bonos soberanos retrocedió 0,5 %, en tanto que los bonos corporativos Investment Grade y los High Yield cerraron sin cambios, mientras que los bonos de Mercados Emergentes volvieron a ser los ganadores de la semana, con un alza de 0,4 %. Con este resultado, de la mano de la buena performance de los bonos corporativos, en el último mes el índice de bonos agregado anotó un alza de 0,4 % y de 1,6 % en lo que va de 2025.
Wall Street sigue recuperando terreno. Las acciones continuaron con su sendero alcista, lo que permitió que los tres principales índices de Wall Street volvieran a tocar máximos históricos. La mejor performance se vio en el Dow Jones, con una suba de 2,3 %, seguido del S&P500, que avanzó un 1,7 %, y más atrás el Nasdaq, con un alza de 1,5 %. A nivel sectorial, fue una semana con subas generalizadas, aunque se destacó la de materiales, que logró el mejor desempeño con una ganancia de 4,0 %, seguido por el tecnológico y el financiero, que avanzaron 2,4 %. Con esto, en los últimos 30 días el S&P500 acumuló un alza de 4,9 %, ampliando la ganancia en lo que va del año a 6,7 %, mientras que las del Nasdaq y el Dow Jones llegan a 6,4 % y 5,3 % respectivamente.
Buena semana para Latam. El índice de renta variable global anotó un alza semanal de 1,4 %, aunque si se excluye EE. UU., la misma se reduce a 0,7 % debido a la mala performance que tuvieron las acciones asiáticas, que retrocedieron 1,0 %. Las acciones europeas subieron 0,6 %, mientras que Latam se destacó con un avance de 3,4 % de la mano de Brasil, que subió 4,2 %. Con este resultado, en los últimos 30 días el índice global sin EE. UU. subió 1,6 %, con Latam logrando una ganancia de 5,0 %, mientras que Europa, Japón y China quedaron neutrales. Así las cosas, en lo que va del año, sin EE. UU. las acciones globales subieron 17 %, de la mano de Europa y Latam, que ganaron 27 %, y China más atrás con un avance de 17 %.
Continúa la debilidad del dólar. A pesar del buen desempeño económico y del repunte de las acciones, el dólar tuvo otra semana negativa a nivel global. El DXY retrocedió un 0,4 %, explicado por la suba del euro en 0,5 % y una caída del dólar del 0,1 % frente al yen. Con esto, cerró en 96,99 y llegó a tocar nuevos mínimos desde enero de 2022. El DXY acumula una caída de 10,6 % en el año. Por otro lado, en Brasil el dólar perdió un 1,1 % durante la semana, en tanto que en 2025 pierde un 12,2 % frente al real, que se encuentra en USDBRL 5,42. En contraposición, el oro avanzó un 2,0 % en la semana, lo que resulta en una ganancia de 27,2 % en el año.
Semana positiva para los commodities. Tras haber registrado su peor caída semanal en más de dos años, el precio del petróleo logró cierta estabilidad y registró una suba de 1,5 % en la semana, cerrando en USD 66,5 el barril de WTI. Esta suba se dio a pesar de que la OPEP+ planea aumentar la producción en 411.000 barriles diarios en agosto. EE. UU. tomó nuevas medidas para restringir el comercio de petróleo iraní, aumentando la presión sobre Teherán, con los departamentos del Tesoro y de Estado imponiendo sanciones separadas a empresas. Por su parte, la soja avanzó un 2,8 % en la semana, cerrando en USD 388,1 la tonelada, impulsada por la reducción en las proyecciones de superficie sembrada en EE. UU. y por crecientes preocupaciones sobre la sequía en las regiones del Delta y el Medio Oeste. El cobre tomó un respiro del rally de las semanas previas y retrocedió un 1,0 %, aunque en el mes acumula una ganancia de 3,2 % y de 26 % en lo que va del año.
Lo que viene. La agenda de la semana arranca con los inversores atentos a la expiración de la pausa de abril sobre el aumento de aranceles. Sin nuevos acuerdos comerciales, podrían imponerse gravámenes significativamente mayores a las importaciones de los países afectados. Al respecto, el presidente Trump anunció este domingo que dará tiempo hasta el 1 de agosto para que los países lleguen a un acuerdo con EE. UU. y, de lo contrario, las tarifas volverán a las vigentes el 2 de abril —recordemos que los únicos países que pudieron avanzar en el acuerdo comercial fueron el Reino Unido, China y Vietnam—. En cuanto a datos, en una semana “liviana” se destacan las solicitudes semanales de subsidio por desempleo, el crédito al consumo, el Índice de Sentimiento de las Pequeñas Empresas de la NFIB y el resultado fiscal del gobierno federal de junio. La atención también se centrará en las minutas de la última reunión del FOMC. También arranca la temporada de resultados del 2Q25, con los informes de Delta Air Lines y Conagra Brands.