La última reunión de la Fed fue más dovish. Si bien dejó la tasa de interés sin cambios, anunció que proyecta cuatro recortes para 2024. Esto volvió a presionar a la baja a los rendimientos de los bonos del Tesoro, que alcanzaron mínimos en tres meses. Mientras tanto, los datos muestran que la actividad sigue creciendo y que la inflación baja, aunque muestra resistencia para converger al objetivo de la Fed. Los inversores se olvidaron de la amenaza de una economía que no afloja y festejaron la decisión de Powell. Este optimismo le dio un nuevo impulso a los bonos y acciones que cerraron otra semana alcista, acumulando fuertes ganancias en los últimos dos meses. Se va un año volátil, en el que las acciones fueron las estrellas del mercado y con los bonos recuperando terreno desde noviembre. Las miradas de esta semana estarán en la publicación de los ingresos y gastos de las familias, con el consecuente índice de precios PCE, por lo que no esperamos grandes movimientos en la víspera de las fiestas.
Palomas en la Fed. En su última reunión del año, la Fed decidió mantener las tasas de interés en 5,50% por tercera vez consecutiva, cumpliendo con las expectativas de los analistas. El comunicado tuvo un cambio de tono respecto al que acompañó la decisión de septiembre, destacando que la actividad moderó el dinamismo –después de un muy buen 3Q23– y que la inflación bajó, pero que se mantiene elevada. Como en cada trimestre, la Fed actualizó su tablero de proyecciones, en el que espera que en 2023 el PBI marque una expansión de 2,6% i.a –desde 2,1% i.a. que estimaba en septiembre– y de 1,4% en 2024, en tanto que prevé que la inflación core de este año sea de 3,2% i.a –en septiembre la estimaba en 3,7% i.a.–, de 2,4% en 2024 y que recién en 2026 se ubicaría en el objetivo de 2% i.a. de la Fed. Así, la Fed estima llevar adelante cuatro recortes (de 25 puntos base cada uno) durante el próximo año y en 2025 seguirían otros cuatro recortes más. En la conferencia de prensa que siguió, Powell, quien viene mostrándose entre ambiguo y flexible, expresó un tono notablemente más optimista en comparación con las declaraciones anteriores al señalar que la inflación terminaría 2023 en 2,8% i.a. y que disminuiría aún más a 2,4% para finales de 2024.
La actividad no afloja. El buen dato de empleo de noviembre se confirmó con los buenos indicadores publicados la última semana: las ventas minoristas, las peticiones iniciales de desempleo y el PMI. En cuanto a las ventas minoristas, el dato de noviembre sorprendió a los analistas con un incremento inesperado del 0,3% m/m, desafiando las proyecciones de una leve disminución. Este crecimiento fue impulsado significativamente por el sector de alimentos y bebidas, marcando un sólido comienzo para la temporada de compras navideñas. Incluso al excluir los automóviles, la gasolina, los materiales de construcción y los servicios alimentarios, las ventas minoristas mostraron un aumento del 0,4% m/m. Comparadas con noviembre del año pasado, las ventas tuvieron un alza del 4,1%, superando la tasa de inflación del 3,1%. En cuanto al empleo, las nuevas solicitudes de beneficios por desempleo disminuyeron a 202 mil, siendo este el número más bajo desde principios de octubre y menor a las expectativas del mercado de 220 mil, lo que confirma que el mercado laboral continúa pujante. Al cierre de la semana, se publicó que el PMI compuesto de diciembre marcó 52 pb, el mejor desempeño de los últimos cinco meses, lo que destaca la buena performance de la actividad del sector privado. Con estos indicadores, el Nowcast de la Fed de Atlanta revisó al alza su estimación de crecimiento del 4Q23 a 2,6% t/t, desde el 1,2% t/t de la semana anterior, explicado por la corrección al alza en el gasto personal en servicios y a la inversión fija no residencial.
La resistencia de la inflación. Tras un octubre con variación neutral, el IPC de noviembre subió un 0,1% m/m, ligeramente por encima de las expectativas que apuntaban a un 0%. Este incremento fue impulsado principalmente por los servicios, especialmente en los sectores de vivienda, salud y transporte, que registraron un aumento del 0,5% m/m, mientras que los bienes experimentaron una disminución del 0,3% m/m. Con este resultado, en los últimos doce meses, el IPC subió un 3,1%, en comparación con el 3,2% i.a. en octubre, siendo el menor incremento desde marzo de 2021. Sin embargo, la inflación núcleo, que excluye alimentos y energía, aceleró a un 0,3% m/m –desde un 0,2% m/m en octubre–, manteniéndose en un 4% i.a. Esto interrumpe una racha de siete meses de desaceleración y permanece distante de la meta del 2% establecida por la Fed. En cuanto a los precios al productor (PPI), noviembre mostró una estabilización tras una revisión a la baja de la caída del 0,4% del período anterior, en contraste con las previsiones de un incremento del 0,1% m/m. Excluyendo alimentos y energía, el índice también se mantuvo estable, mientras que el aumento interanual fue del 2%, marcando su nivel más bajo desde enero de 2021.
La amenaza fiscal. Con un nivel de deuda récord y la fragilidad que tiene el gobierno de Biden para que el Congreso le apruebe sistemáticamente un alza en el techo de deuda, la evolución de las cuentas públicas es una preocupación para los inversores, especialmente en un año de elecciones y en un contexto de pagos de intereses crecientes debido al aumento en las tasas de interés y de la deuda. El año fiscal 2023-24 no comenzó de la mejor manera: luego de la mejora registrada en octubre, cuando el déficit fiscal se redujo un 25% i.a., en noviembre las cuentas volvieron a empeorar. Los ingresos subieron un 9% i.a., mientras que el gasto aumentó un 17% i.a., impulsado por un crecimiento del 14% i.a. en el gasto primario y del 52% i.a. en los intereses. De esta manera, entre octubre y noviembre, el déficit fiscal ascendió a USD 380.000 M, un 13% más que en el mismo período de 2022.
Se debilita el dólar y suben los commodities. El dólar extendió su tendencia bajista frente a las principales monedas durante la semana. El US Dollar Index retrocedió un 1,4% –el euro se apreció un 1,3%, la libra esterlina un 1,1% y el yen japonés un significativo 2%–. En el mercado de materias primas, el petróleo registró un leve aumento del 0,3%, poniendo fin a su tendencia descendente del último mes, durante el cual acumuló una pérdida del 6,8%. Por su parte, el oro registró una ganancia del 0,8%, superando los USD 2.000 por onza y alcanzando un incremento del 3% en el mes. La soja también avanzó un 0,3%, llegando a los USD 480 por tonelada. Además, fue una semana favorable para el aluminio y el cobre, con incrementos del 4,7% y 1,7% respectivamente. En contraste, el precio del acero disminuyó un 2%.
Festejan los bonos. Ante la expectativa de un recorte de tasas en el próximo año, el mercado de renta fija tuvo una muy buena performance, ampliando las ganancias que muestra desde noviembre. El UST10Y cerró la semana con una tasa del 3,91% –una baja de 33 pb en la semana–, mientras que el UST2Y retrocedió 28 pb, ubicándose en 4,45%, lo que sigue ampliando la brecha entre los bonos cortos y los largos. Esta tendencia generó un ambiente favorable para la renta fija, que concluyó la semana con un incremento del 1,8% en el índice que agrupa a los bonos del Tesoro y Corporativos de alta calidad. Los bonos Investment Grade lideraron las ganancias con un avance del 2,8%, acumulando un aumento del 7% en el último mes. Asimismo, los bonos de mercados emergentes también se destacaron, con una suba del 2,3% y una ganancia del 6,7% en lo que va del mes. Los bonos del Tesoro de EE. UU. y los bonos high yield avanzaron un 1,8% y un 1,4%, respectivamente.
Otra buena semana para las acciones. Todos los índices de renta variable cerraron la semana con ganancias. El S&P 500 subió un 1,9%, acumulando en lo que va de diciembre una ganancia del 7,3% y del 23% en lo que va de 2023. Característico del rally de los últimos dos meses es que la ganancia fue generalizada entre las acciones y no solo impulsada por las “7 magníficas”. De hecho, en la última semana, el S&P equiponderado marcó un alza del 3,7%, estirando a 11,1% la ganancia en diciembre, prácticamente toda la que tuvo en el año. Entre los sectores, se destacó el de Real Estate, que subió un 5% en la semana y un 15% en el mes, impulsado por la caída de las tasas de interés hipotecario derivada de la baja de los rendimientos de los bonos del Tesoro.
El mundo acompañó. La baja en los rendimientos de los bonos del Tesoro Americano alivió la presión sobre el resto de la renta fija global, lo que a su vez impulsó a las acciones. El índice de renta variable global subió un 2,3% en la semana, ampliando al 7,7% la ganancia de diciembre. Si se excluye a EE. UU. del índice, el resultado fue de un 2,0% y un 6,9%, respectivamente. Las ganancias fueron generalizadas, incluso en China, que ha sido el gran perdedor de este 2023. La bolsa europea registró un aumento del 1,6% en la semana y del 10,4% en el mes, mientras que la de Latinoamérica se destacó con un alza del 3,4%.
Lo que viene. La semana entrante, la atención principal se enfocará en el Índice de Precios Implícitos (PCE), que es la medida de precios de referencia para la Fed. Se anticipa un modesto incremento del 0,1% m/m en el indicador general y del 0,2% m/m en el índice núcleo para el mes de noviembre, lo que dejaría estos indicadores un 3% y un 3,4% por encima de noviembre del año pasado. Adicionalmente, se prevé que el informe muestre un aumento del 0,3% en el gasto personal y un avance del 0,4% en los ingresos durante el mismo período. También se destaca la publicación de la última estimación del PBI del3Q23 y el sentimiento del consumidor elaborado por la Universidad de Michigan.