En abril, la inflación continuó su desaceleración por cuarto mes consecutivo, situándose en el 8,8% m/m, como se esperaba, con una notable influencia de los precios regulados, principalmente debido al aumento en las tarifas de gas. Para mayo se anticipa una reducción significativa, favorecida por la postergación de nuevos aumentos tarifarios y una inflación núcleo en descenso. Además, los resultados fiscales siguen siendo positivos, marcando cuatro meses consecutivos de superávit financiero, algo que no ocurría desde 2008, aunque la Ley de Bases y el paquete fiscal enfrentan dificultades en el Congreso, y el gobierno busca soluciones antes del denominado “Pacto de mayo”. Por otro lado, el BCRA ha reducido nuevamente la tasa de política monetaria, lo que resultó en una exitosa licitación del Tesoro que elevó dicha tasa –de Pases a LECAP–, aunque esto generó más presión sobre los dólares financieros. Los bonos hard dollar esperan la aprobación de la ley de Bases, y han registrado ligeras alzas semanales, respaldadas por sólidos indicadores fiscales y la desaceleración inflacionaria. Mientras tanto, las acciones mantienen una tendencia alcista robusta, con el índice Merval alcanzando un nuevo máximo durante los últimos días. Esta semana se publicarán datos sobre la balanza comercial de abril, donde se espera un aumento del superávit, y el EMAE (PBI) de marzo, que podría mostrar una aceleración en la contracción económica.
La inflación sigue desacelerando. El INDEC reportó el IPC Nacional de abril, evidenciando una variación mensual del 8,8% (comparado con el 11% del mes anterior), alineándose con las proyecciones del REM-BCRA. Hasta la fecha, la inflación acumula un incremento del 65% anual y del 289,4% interanual. Los bienes crecieron un 6,3% mensual, significativamente menos que los servicios, que avanzaron un 16,5%, mostrando una convergencia en términos interanuales (291,9% vs. 283,3%, respectivamente). El IPC núcleo registró un aumento del 6,3% mensual (comparado con el 9,4% del mes anterior), sumando un 57% en lo que va del año y un 292% interanual. En paralelo, los precios regulados subieron un 18,4% mensual, acumulando aumentos del 114% en el año y del 344% interanual. Entre las divisiones, debido al incremento en las tarifas de gas, la categoría “Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles” lideró con un aumento del 35,6%, seguida por “Comunicación” con un 14,2% y “Prendas de vestir y calzado” con un 9,6%. Las menores subas se observaron en “Bebidas alcohólicas y tabaco” (+5,5%), “Bienes y servicios varios” (+5,7%) y “Alimentos y bebidas no alcohólicas” (+6%). En la comparativa interanual, “Comunicación” destacó con casi un 370%, mientras que “Prendas de vestir y calzado” registró un 205%. Para mayo, se anticipa un IPC del 5,5%, reflejando una desaceleración en la inflación núcleo debido al ancla cambiaria y la baja actividad económica, junto con la postergación de aumentos en las tarifas.
Se sostiene el superávit fiscal. Los resultados fiscales continúan siendo positivos, marcando un hito con cuatro meses consecutivos de superávit financiero, algo no visto desde 2008. En abril, el resultado primario alcanzó el +0,04% del PBI, equivalente a $265.000 M, y el financiero mostró un equilibrio de $17.000 M. Así, el primer cuatrimestre cerró con un superávit primario del 0,7% del PBI ($4,1 B) y un superávit financiero del 0,2% del PBI ($1,1 B). Sin los ingresos del impuesto PAIS, el resultado financiero habría sido deficitario en 0,2% del PBI (-$1,1 B). En cuanto a los gastos, estos descendieron un 24% interanual en términos reales en abril, con una desaceleración en todos los principales rubros. Se destacan las jubilaciones (-21% i.a., incluyendo bonos por $335.000 M y el primer mes de la nueva fórmula de ajuste mensual por inflación), los subsidios (-14% i.a. real) y los planes sociales (-7% i.a. real). Durante el primer cuatrimestre, el gasto primario registró una disminución del 32% i.a. en términos reales, con las mayores caídas en gasto de capital (-85% i.a.), transferencias a provincias (-76% i.a.) y resto de gasto corriente (-43% i.a.), que solo representan el 13% del gasto primario, pero explicaron un tercio de la contracción total. Los ingresos disminuyeron un 5% interanual en el mismo período. Dentro de los tributos, los relacionados con el comercio exterior y el tipo de cambio (retenciones +64%, aranceles 7%, impuestos PAIS +89%) mitigaron la caída de otros rubros (IVA -2%, Ganancias -37%, Seguridad Social -22%, Cheques -8%).
Buena relación con el FMI. Se aprobó la octava revisión del acuerdo con el FMI, permitiendo un desembolso de USD 800 M para Argentina en junio. Se destacó que se lograron entendimientos sobre políticas económicas para sostener los logros del gobierno hasta la fecha. En política fiscal, el programa continuará enfocado en mejorar la calidad y equidad de los esfuerzos de consolidación, incluyendo reformas para aumentar la eficiencia y progresividad del sistema tributario, optimizar los subsidios y fortalecer el control del gasto y la rendición de cuentas. En cuanto a la política monetaria y cambiaria, se busca afianzar la desinflación y fortalecer las reservas y el balance del Banco Central, transitando hacia un nuevo régimen monetario que promueve la competencia monetaria y una política cambiaria más flexible con menores restricciones y controles. A nivel estructural se promueven reformas y desregulaciones que fortalezcan la recuperación económica, desbloqueen obstáculos a la productividad, la inversión privada y el empleo formal. Además, se han actualizado las modalidades del programa, objetivos, condicionalidades, una nueva previsión económica y los avances en las reformas estructurales.
Se estanca la Ley de Bases. La discusión sobre la Ley Bases y el paquete fiscal continúa en el Senado, pero aún faltan acuerdos para poder dictaminar. En este contexto, el oficialismo está intentando acelerar las negociaciones con una fracción de la oposición abierta al diálogo, que solicita nuevos cambios en la legislación. Esta situación complica la posibilidad de concretar la sesión para el día 25, fecha que el Presidente ha establecido para firmar el "Pacto de mayo" con los gobernadores.
Sigue la baja del TCRM. El BCRA mantuvo la tasa de devaluación al 2% mensual, lo que llevó a una caída semanal del TCRM de 0,5%, mostrando una desaceleración respecto al período anterior (-1,5%). En el mes, el TCRM acumula casi un 4% de caída y más del 40% desde el 13 de diciembre pasado. El menor ritmo de incremento de precios atenúa la baja de la competitividad, beneficiándose de recientes movimientos cambiarios en países vecinos. En cuanto a los precios de los commodities, estos experimentaron un alza semanal cercana al 2%, impulsada por los agropecuarios, que subieron 2,4% y acumulan un aumento del 5% en el último mes, desacelerando la caída interanual a algo más del 10%.
A pesar de mayor liquidación del agro se moderan las compras del BCRA. Las reservas internacionales experimentaron un aumento de USD 437 M tras dos semanas de descensos, producto de pagos de capital e intereses al FMI, y alcanzaron los USD 28.798 M. Durante este periodo, el BCRA registró compras netas de USD 751 M, una ligera disminución frente a los USD 801 M de la semana anterior. Hasta ahora, acumula USD 1.859 M en las primeras 12 rondas del mes, en comparación con los USD 2.591 M del mismo período del mes anterior. Este cambio se produce a pesar de una mayor liquidación por parte del sector agrícola durante mayo, indicando un aumento en la demanda de otros sectores y un incremento gradual en los pagos a importadores.
Nueva baja de tasa de política monetaria. El BCRA prosiguió con su agresiva reducción de la tasa de interés, situándola en 40% (TNA), lo que representa una disminución de 30 pp en un mes. Esto establece la tasa mensual en 3,3% y la Tasa Efectiva Anual (TEA) en 49,15%. El principal objetivo de esta medida es reducir la expansión monetaria mediante la disminución de los intereses pagados sobre los pasivos monetarios, al tiempo que incentiva la participación del sistema financiero en el financiamiento del Tesoro, evidenciado por los positivos resultados en la última licitación. Además, busca estimular la expansión del crédito en la economía y acelerar la reactivación de la actividad con tasas de interés más bajas. Sin embargo, esta política podría enfrentar desafíos, como una resistencia a la disminución de la inflación o presión sobre los dólares paralelos debido a la expansión de la base monetaria. Esto último no solo surge del potencial aumento del crédito bancario, sino también del posible desarme de plazos fijos por parte de los agentes económicos, que podrían optar por consumir o buscar alternativas de inversión como el dólar, impactando así en los dólares financieros.
El Tesoro logra una licitación récord. El gobierno logró un avance significativo en su estrategia de sanear el balance del BCRA, persuadiendo al mercado a convertir sus pases pasivos a un día en bonos del Tesoro de más largo plazo. En una licitación récord, el Tesoro colocó $11,7 B frente a vencimientos por $3,1 B, obteniendo un financiamiento neto de $8,6 B y un roll-over de 378%. La notable demanda provino principalmente de bancos, atraídos por incentivos tales como premios de tasa (TEM 4,0% en LECAPs frente a TEM 3,3% en pases) y beneficios regulatorios (las LECAPs ya no se consideran como exposición al riesgo del Tesoro en el activo de los bancos). Las letras a tasa fija se adjudicaron a las tasas mínimas de la licitación, entre TEM 3,8% y TEM 4,2%, por un monto máximo de $10 B, que representó el 85% del total, con ratios de prorrateo entre 42% y 68%. El 10% de la colocación se destinó a bonos CER y el 5% restante a un bono dollar-linked que vence en marzo de 2025. El excedente de $8,6 B de la licitación se empleará para recomprar bonos en cartera del BCRA por $1,0 B y para constituir depósitos del Tesoro por $7,6 B. Por otro lado, la licitación del bono BOPREAL Serie 3 experimentó una baja demanda inesperada, adjudicándose solamente USD 34 M, con un remanente de USD 94 M para completar la emisión total de los bonos del BCRA. La próxima semana se realizará una nueva subasta de la Serie 3 por hasta el remanente de VN USD 60 M.
Se despierta la brecha. Los dólares financieros registraron aumentos como respuesta al nuevo recorte de tasas. Durante la semana, el CCL con GD30 aumentó un 2,8%, alcanzando los $1.107, mientras que el MEP experimentó un incremento semanal del 3,6%, situándose en $1.071. Como resultado, las brechas con el dólar oficial se expandieron a 25% y 21%, respectivamente. Paralelamente, los futuros del Rofex disminuyeron un 2,0% semanalmente, indicando una proyección de devaluación del 2,8% m/m para el resto del primer semestre, del 3,5% m/m para el segundo semestre y del 3,2% m/m para el 1Q25.
Poco impacto en la deuda en pesos. La semana resultó mixta para la deuda en pesos indexada, debido a que el efecto de la baja de tasas del BCRA fue contrarrestado por el aumento de tasas del Tesoro. Los bonos ajustables por inflación se apreciaron un 0,6% semanalmente, mientras que los bonos duales experimentaron una caída del 0,9%. Por otro lado, la tasa fija tuvo un desempeño positivo; las LECAP se valorizaron un 2,4% (con TEMs alrededor del 3,3%) y el TO26 registró un significativo aumento del 8,3% (TEM 2,7%). A estos niveles, la inflación implícita promedio es del 4,0% m/m para el resto de 2024 (que cerraría en 125% i.a.) y del 1,9% m/m de enero a octubre de 2025. En cuanto a los bonos dollar-linked, continúan con un rendimiento bajo y registraron una pérdida del 0,9%. Respecto al dólar oficial, los precios de mercado proyectan una devaluación nominal promedio del 4,0% m/m hasta septiembre de 2024, seguida de un 2,9% m/m hasta marzo de 2025 y un 4,3% mensual hasta junio de 2025.
Los hard-dollar, a la espera de la ley Bases. Durante la semana, los bonos soberanos en dólares experimentaron un leve aumento del 0,1%, aunque acumulan un descenso del 1,6% en mayo. Esta subida no se vio respaldada por los sólidos indicadores locales, que confirmaron el camino hacia la sostenibilidad fiscal y la desaceleración inflacionaria. La actuación de Argentina coincidió con un ambiente global variado para la renta fija, sin cambios significativos en los mercados emergentes comparables. Actualmente, las paridades se sitúan en promedio al 53%, y el riesgo país se mantuvo estable en 1.269 pb. Simultáneamente, los BOPREAL tuvieron una destacada semana, con un incremento del 2,3% y acumulan una mejora del 2,0% en el mes; sus paridades promedian el 85%. Por otra parte, los bonos provinciales disfrutaron de un buen desempeño semanal, aumentando un 1,0%, con el bono de la Provincia de Buenos Aires destacándose con un aumento del 2,8% en la semana y un incremento acumulado del 19,4% en el año. Los créditos corporativos, a su vez, registraron un aumento del 0,5% en la semana.
Las acciones con rumbo firme. El índice Merval registró una subida semanal del 4,4% en pesos y del 1,9% en CCL, alcanzando un nuevo máximo durante la semana y cerrando en USD 1.375. Así, ha acumulado un incremento del 20,9% en el último mes y del 38% en lo que va del año, medido en moneda extranjera. Las principales alzas se observaron en los sectores energético y bancario, con COME (+11,5%), BBVA, TGS (+10,6%), Transener (+9,1%), Macro (+7,1%) y Supervielle destacándose. En el sector de materiales, Ternium y Holcim subieron (+2,4% y +3,9%, respectivamente), mientras que Loma Negra experimentó una pérdida del -1,5%. Los ADRs de empresas argentinas mostraron un comportamiento positivo, con un aumento promedio del 1,9%; Despegar se destacó con un +23% tras revisar al alza su pronóstico de EBITDA para el año. Los bancos, como Supervielle (+6,5%) y Galicia (+5%), también se beneficiaron. Sin embargo, Bioceres cayó un -10,8% debido a una disminución en los beneficios del trimestre y desafíos en el mercado de bioprotección en EE.UU y Brasil. Edenor y Telecom también registraron caídas, con descensos del -5,6% y -5,1%, respectivamente.
Lo que viene. Esta semana se publicarán datos de la balanza comercial de abril, un indicador clave para el principal canal de ingreso de divisas de la cuenta corriente. Se anticipa un superávit ligeramente superior al de marzo, impulsado por un aumento estacional en las exportaciones agrícolas. Además, se espera confirmar la notable mejora en la balanza energética en el lado de las exportaciones, mientras que en las importaciones se buscarán señales de posibles incrementos que sugieran un repunte en la actividad económica. Otro dato significativo será el EMAE de marzo, que probablemente refleje una intensificación en la caída mensual y concluya el primer trimestre con una contracción trimestral superior al 3%.