Mientras que con el shock de tipo de cambio el Gobierno logró una buena recuperación de reservas internacionales, el frente político sigue abierto. La mitad del ajuste fiscal previsto para este año debe aprobarse en el Congreso y es aquí donde el gobierno tiene el mayor desafío. La suba de retenciones y la ley de movilidad de jubilaciones son los puntos más conflictivos para lograr acuerdo y también los que más incidencia tienen en las cuentas públicas. El mercado sigue expectante, pero la ansiedad va ganando terreno en un contexto en el que las tasas de interés reales siguen muy negativas y el Bopreal no termina de arrancar. En este contexto, saltaron los dólares financieros –la brecha cambiaria subió al 60%–, subió el Riesgo País y las acciones tuvieron un leve repunte. En la curva de pesos, todos los bonos operaron al alza, especialmente los ajustables por tipo de cambio y por inflación de mayor plazo. Las miradas de esta semana estarán en el Congreso donde el oficialismo apuesta a lograr media sanción de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados, en un clima a pura tensión con presión de los gobernadores y con el primer paro de la CGT/PJ. También será importante la evolución de las compras del BCRA, la de la brecha cambiaria –creemos que llegó a un pico–, y cómo se va armando el mercado secundario de Bopreal, aspecto clave para que las próximas licitaciones sean exitosas. Entre los datos económicos se destacan la publicación del resultado fiscal y del balance cambiario de diciembre pasado.

Recuperando reservas. Con compras diarias que promediaron casi USD 160 M en la semana, las reservas aumentaron USD 441 M y mantienen la buena tendencia iniciada desde el salto cambiario del 13 de diciembre cuando ajustó el tipo de cambio –acumuló un alza de USD3.500 M–. Con la oferta del agro acorde con la estacionalidad del año –liquidaron USD 50 M por día–, la clave de esta performance fue la caída en la demanda de los importadores. Según nuestras estimaciones, la demanda de importadores seguiría sin tener una fuerte presencia debido al rezago para el acceso de divisas, en consonancia con caída de los flujos por la baja que está teniendo la actividad económica, a lo que se suma la limitación de los envíos de los proveedores ante la falta de pago por importaciones atrasadas. A medida que se vayan normalizando los pagos, el ritmo de compras se moderaría, aunque no impediría seguir acumulando reservas. Para que el BCRA cumpla con la meta con el FMI, será necesario lograr un amplio excedente comercial. Respecto a esto, los datos de diciembre de la balanza comercial devengada reflejaron la vuelta al superávit comercial –luego de nueve meses– a USD 1.000 M, con exportaciones creciendo 3,1% m/m e importaciones mostrando una sensible caída de 9,5% m/m, el cual sería mayor en términos de caja por los bajos valores aun de los pagos al exterior. Durante 2024, con la combinación de mejor cosecha y caída del nivel de actividad, prevemos que el superávit se mantenga, con pico durante el segundo trimestre del año que ayudaría a cumplir el objetivo para 2024 de USD 7.500 M de reservas, al cual vemos cumplible.

Competitividad en riesgo. El salto que tuvo el tipo de cambio nominal en diciembre último permitió que la competitividad del país medida con el TCRM alcance el nivel más alto desde 2018. Sin embargo, este “colchón” se va perdiendo rápidamente en un contexto en el que el BCRA mantiene un ritmo de devaluación del 2% mensual y con la inflación navegando por encima del 20% por mes. De este modo, si bien el nivel aún es alto, se acumula una caída de casi 17% del TCRM desde la devaluación, y de mantenerse este esquema podría volver al valor pre salto cambiario hacia fines de abril. 

Brecha en máximos, ¿oportunidad de carry trade? Otra semana de fuertes subas en los dólares libres. El CCL trepó 14,7% hasta $1.306 y el MEP, 12,7% hasta $1.237 por lo que la brecha con el oficial se amplió a 60% y 51%. Una novedad es que el canje CCL/MEP (la prima por girar dólares al exterior) se elevó a 5,9%, cuando a principios de mes se encontraba en 0,4%. De este modo, el CCL acumula un fuerte aumento de 43% en 25 días, impulsado por un contexto de tasas reales negativas récord y poca demanda por el Bopreal. Así, en términos reales, se mantiene un nivel similar previo al salto cambiario (empató con la inflación) y creemos que es un buen momento para rotar posición hacia instrumentos en pesos (que pagan tasas mensualizadas en torno al 9,0%). Hay varios factores que nos hacen pensar que la suba del dólar perderá inercia en los próximos días: i) mientras más alta la brecha, mayor el atractivo de las licitaciones del Bopreal, ii) la oferta de pesos cae por las licitaciones del Tesoro, la licuación de saldos reales y la reducción del déficit fiscal, iii) la oferta de dólares aumenta y el BCRA mantiene fuertes compras, y iv) en última instancia el Gobierno cuenta con la herramienta de subir las tasas de política monetaria. 

Presión en ROFEX. Quebrando la tendencia de las semanas previas, en la última, los contratos futuros subieron un 2,5% –los que vencen hasta junio subieron 0,9% en promedio, mientras que el resto subió 4,4%–, considerablemente por detrás de los dólares financieros y de los dollar-linked. Los precios descuentan que el dólar oficial seguirá funcionando como ancla nominal hasta fines de febrero. El contrato de dicho mes opera en $865, lo que significa una devaluación directa de 5,0% y un ritmo mensualizado de 4,0%. Con la inflación corriendo por encima del doble dígito, una devaluación tan baja implica demasiada apreciación cambiaria por lo que se abre una oportunidad de compra en el contrato de febrero. Esto no se extiende más allá de febrero: entre marzo ($960) y junio ($1.327) los precios marcan devaluaciones mensuales superiores a los dos dígitos de promedio 11,4%. Siguiendo con esta tendencia, los contratos de julio en adelante prevén subas del tipo de cambio en torno al 6,8% mensual.

El Bopreal no arranca. A pesar del alza en la brecha, fue muy baja la demanda en la licitación del bono para importadores Bopreal Serie 1. Se adjudicaron solamente USD 340 M, un 45% de los USD 750 M que apuntaba a colocar el BCRA. Sin un mercado secundario consolidado, los importadores siguen evitando suscribir hasta tener una idea certera de a qué precio podrán vender el instrumento. En este sentido, durante la rueda del viernes (posterior a la licitación) hubo un monto récord negociado de USD 3M a un precio promedio de USD 65,3. Esto deja un tipo de cambio implícito de $1.255, $50 más barato al CCL. En un comunicado posterior a la licitación, el BCRA dejó a entender que extenderá las licitaciones cuanto sea necesario para completar el cupo de USD 5.000 M. 

Alta demanda en la Licitación del Tesoro. En la primera licitación del año, el Tesoro siguió aprovechando la alta demanda de los bancos y colocó $4,0 billones y consiguió financiamiento neto por $0,9 billones (roll-over de 129%). La colocación se repartió de forma bastante pareja entre la lecer a tasa fija de febrero –TEM 7,9% – , la lecer de mayo – TNA -108% – y el boncer a noviembre 2025 – TNA -19% –. En lo que va de la gestión Milei el Tesoro ha conseguido financiamiento neto por $4,3 billones, lo que significa un roll-over de 233%. La extensión de plazos de las colocaciones ha sido de 8,1 meses en promedio, un 41% ha sido a tasa fija y el 59% restante en instrumentos CER. 

Sigue el rally de deuda en pesos. Otra semana de fuertes subas para la deuda en pesos, con todas las curvas comprimiendo para ajustarse a la menor tasa de referencia de 7,9% licitada por el Tesoro. Excluyendo activos con baja liquidez, los bonos dollar-linked subieron 9,6%, los bonos CER 8,0% y los duales, 6,3%. El incremento tuvo mayor fuerza en los activos de duración larga: los bonos ajustables por inflación con vencimiento posterior a 2024 aumentaron entre 11% y 27%, en tanto que el bono dollar-linked a 2025 trepó 13%. Desde el salto cambiario del 12 de diciembre, la carrera entre curvas se encuentra pareja: los bonos CER y los DLK subieron 45%, mientras que los duales quedaron algo rezagados con un retorno de 39%. Los diferenciales de tasas muestran un sendero de apreciación real hasta fin de año, sin sobresaltos cambiarios. Los precios descuentan una apreciación de 30% en términos reales hasta septiembre. Con la brecha en 50% y el crawling-peg corriendo al 2,0% m/m, el mercado puede comenzar a demandar cobertura contra una devaluación en marzo/abril para incentivar las liquidaciones. Recomendamos anticiparse a este fenómeno tomando posición en el bono dollar-linked a abril (TV24).

A la espera del Congreso. Los bonos soberanos tuvieron una semana levemente negativa al marcar una caída de 0,6% y quedaron por debajo de sus comparables emergentes. Con la brecha disparándose y la floja licitación del Bopreal, comienza a quedar claro que estabilizar la economía no será un desafío simple para el flamante gobierno. Las paridades siguen en torno al 37% y tienen mucho potencial alcista, pero necesitan que aparezcan buenas noticias. La aprobación rápida de la Ley Ómnibus puede ser un gran catalizador ya que servirá para corregir desequilibrios fiscales y será un fuerte respaldo a la gobernabilidad del Presidente Milei. La reacción de los bonos dependerá de cuán velozmente se trate la ley y de que se haga la menor cantidad de modificaciones en los artículos que apuntan a reducir el déficit fiscal (régimen jubilatorio, retenciones y privatización de empresas públicas). En términos relativos, nuestros favoritos siguen siendo el GD30 por su elevada TIR de 35% y el GD38 por su estructura legal más defensiva.

Lo que viene. Esta semana parece ser clave para la Ley Ómnibus. El bloque oficialista es consciente de la fragilidad parlamentaria, donde tienen tan solo 38 diputados. Con el apoyo de 41 del PRO y el de José Luis Espert. Faltarían unos 50 votos para conseguir la media sanción, que vendrían de la UCR y de la Coalición Federal. Parecería haber avances en este sentido, que vendrían de la mano de modificaciones en la movilidad jubilatoria, las retenciones y privatizaciones (principalmente YPF), entre las más relevantes. Resta ver la letra chica, pero esto podría tener implicancias en lo fiscal, tanto desde el lado de ingresos como de gastos, lo que podría complicar los objetivos del Gobierno y modificar también las expectativas del mercado, con implicancias de todo tipo (inflación, tipo de cambio, brecha). Esta semana también tendremos la publicación del déficit fiscal de diciembre, clave para entender la herencia del flamante gobierno, y esperamos novedades en torno al armado de un mercado secundario para el Bopreal. También se publica el balance cambiario de diciembre en el que notaremos el derrumbe de los pagos por importaciones y el ajuste de la demanda posdevaluación.