El tiempo es el mejor amigo de las inversiones. Históricamente, uno de los principales temores del inversor es ingresar capital al momento de una corrección de mercado que haga caer el valor de sus activos. Anticipar esto es prácticamente imposible; además, que el mercado esté en máximos no necesariamente implica una venidera corrección.
Por más que los estímulos fiscales y monetarios de las grandes economías mundiales proporcionen un fuerte sostén de fondo, nadie está exento de la volatilidad de los mercados. Sin embargo, cuando se plantea un horizonte de inversión amplio, esta volatilidad disminuye mucho. Jeremy Siegel, en su libro “Acciones para el largo plazo” compila una serie de datos desde el año 1802 para demostrar que las acciones de EE. UU. tuvieron un rendimiento promedio de 6,6% por encima de la inflación. Es decir, por más que haya una corrección, naturalmente el retorno positivo que suelen generar las acciones termina preponderando con el tiempo.
Adicionalmente, es importante ver cuáles van a ser las compañías y sectores que lideren los rendimientos en el futuro. Hoy haremos foco especialmente en este punto, y presentaremos algunas de las tendencias que creemos serán pilares de crecimiento durante los próximos años.
Energías renovables
Uno de los consensos actuales a nivel global es que hay una necesidad imperiosa de reducir la curva de emisiones de gases de efecto invernadero para la sustentabilidad del planeta. Con este marco de fondo, las energías renovables ganan espacio pues son una fuente de energía limpia, no producen gases de efecto invernadero ni emisiones contaminantes. Mejor aún, son inagotables y crecientemente competitivas dado que sus costes evolucionan a la baja en forma sostenida. De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía (AIE), la participación de las energías renovables en la oferta eléctrica total pasará del 26% actual al 44% en 2040, destacándose el alza en la eólica y solar. Al mismo tiempo, la demanda mundial de electricidad aumentará un 70% hasta 2040, elevando su participación en el uso de energía final del 18% al 24% en el mismo periodo impulsada por las economías emergentes.
Las grandes economías toman nota y los esfuerzos y presiones políticas por el cambio climático obligan a una agenda cargada en materia de energía limpia. Por caso, el Acuerdo de Paris -opacado durante la presidencia de Trump- exige duplicar la cuota de renovables en generación eléctrica hasta situarse en 57% a nivel global en 2030. Esto requería elevar de USD350 MM USD750 MM las inversiones anuales. También se destaca por el notable protagonismo que tendrá en el programa de Joe Biden en EEUU, quien programa inversiones por 2.0 billones de USD en los próximos 4 años, como así también la promesa de China ante la ONU de alcanzar la neutralidad de carbono en 2060.
Tecnología 5G
Con un incremento de velocidades de conexión proyectado en 100 veces, la tecnología 5G se posiciona como uno de los pilares de la vanguardia tecnológica. La denominación de 5G se refiere a la quinta generación de redes móviles que conocemos: la antigua de 1G, la de aquellos primeros teléfonos móviles que solo permitían hablar; la 2G introdujo los SMS, le siguió el 3G que incorporó la conexión a Internet (3G) y después llegó la banda ancha (4G), lo que trajo consigo la reproducción de vídeos en tiempo real (streaming) o la realidad aumentada. Si bien ya estamos muy acostumbrados, hace unos años eran completamente inviables. Con el 5G se navega 10 veces más rápido que las principales ofertas de fibra óptica del mercado (por caso, se podrá descargar una película completa en cuestión de segundos).
Estos beneficios no solo incidirán en una mejor experiencia del usuario, sino que otorgarán aumentos de productividad y serán insumos indispensables de otras innovaciones como autos autónomos, herramientas de atención médica, campos de realidad virtual, o el internet de las cosas (nombre que se le da a la interconexión que tendrán a futuro todos nuestros componentes electrónicos).
Autos autónomos y eléctricos
Acompañando a las energías limpias viene otra tendencia relacionada: los vehículos eléctricos. La industria del automóvil está en camino a una revolución por este sendero, en aras de reducir las intensas emisiones de dióxido de carbono generadas por los combustibles tradicionales. Ya hay países como por ejemplo el Reino Unido y Japón que han anunciado la discontinuación de los vehículos de combustión para la próxima década.
A esto hay que sumarle una segunda tendencia dentro del sector y que se potencia con la anterior: el desarrollo de autos autónomos. Esta innovación promete la reducción de costos de logística, la baja de accidentes de tránsito y el aumento de productividad de varias industrias.
¿Cómo invertir?
El vehículo ideal para esta idea de inversión son los Exchanged Traded Funds (ETF). Tienen un comportamiento similar al de los Fondos de Inversión, pero con menores costos de administración dado que no hay management. Al comprar un ETF, estamos comprando una canasta de activos. Por ejemplo, al comprar SPY -ETF que busca replicar el índice Standard and Poor’s 500 de EEUU-, adquirimos una pequeña proporción de cada una de las acciones que componen el índice, pero el costo de administración anual es de 0.09%, mientras que los de un fondo de inversión suele ser de 2% o más.
El universo de opciones al cual uno puede acceder a través de estos ETFs es casi ilimitado: se puede invertir en acciones, bonos, real estate, monedas, commodities y más. Pero también se puede añadir más detalle e invertir en acciones de un país en particular, de una región o industria específica. A través de los siguientes ETFs, se podrá invertir en las temáticas antes mencionadas:
Invesco WilderHill Clean Energy ETF – “PBW”
Una manera de invertir en las energías limpias es el ETF “PBW” (Invesco WilderHill Clean Energy ETF). Este ETF tiene una gran diversidad dentro de su alcance: empresas de energía solar, de energía eólica, geotérmica y de biocombustibles; también invierte en compañías que, por otros motivos, son relevantes al desarrollo del sector. Durante el último año, este ETF tuvo una suba del 269%, que luce gigante en comparación con el 21% de suba del ETF ACWI, que tiene acciones de todo el mundo y se suele usar como referencia de rendimiento. Si el horizonte de inversión es a largo plazo, las perspectivas siguen muy favorables.
Defiance Next Gen Connectivity ETF – “FIVG”
En cuanto a la tecnología 5G, tenemos el ETF “FIVG” (Defiance Next Gen Connectivity ETF). Lo interesante de este ETF es que, al igual que PBW lo hace con las energías limpias, FIVG aborda la idea de inversión del 5G desde varios enfoques simultáneos. Invierte en compañías proveedoras de servicio de red 5G, también en empresas de semiconductores -insumo esencial dentro de la tecnología-, y hasta en empresas propietarias de torres de comunicación 5G.
FIVG tuvo un alza del 37% durante el último año. Actualmente incluye 78 compañías dentro de su portafolio. Entre sus principales tenencias se encuentran AT&T Inc, Nokia, Verizon, Qualcomm, Analog Devices y Skyword Solutions. A comparación del ETF de energías renovables, FIVG tiene -en promedio- empresas de mayor escala y madurez, por lo que es natural que sus perspectivas de alza sean menores que la otra tendencia; por el otro lado, esto también se traduce en menor potencial de caída, por lo cual sería una inversión más conservadora.
Global X Autonomous & Electric Vehicles – “DRIV”
Para invertir en autos eléctricos y autónomos, la mejor alternativa es el ETF “DRIV” (Global X Autonomous & Electric Vehicles). A diferencia de Tesla, que puede ser una gran alternativa, pero conlleva riesgos considerables debido a sus altas valuaciones, este ETF ofrece exposición a 76 empresas distintas que se verían beneficiadas por esta tendencia: no solamente productores de vehículos eléctricos y autónomos, sino también compañías de baterías de litio y materiales eléctricos, o empresas de software relacionadas.
El ETF DRIV tuvo una suba del 88% durante el último año, mucho mayor al 21% del ETF ACWI. Al estar tan diversificada, es una manera más conservadora de hacer una apuesta al desarrollo de este sector en auge.
Conclusión
Benhamin Graham, uno de los grandes inversionistas de todos los tiempos, mencionaba a la disciplina y a la consistencia como a las principales virtudes del inversor. Si bien el ruido de corto plazo y la volatilidad son preocupaciones naturales, el tiempo es nuestro mejor aliado a la hora de invertir. Por esto, es importante tener en cuenta aquellas industrias, acciones y tendencias que liderarán el crecimiento futuro, la mejor manera de potenciar aún más dichos retornos.