Los factores son diversos, en algunos casos culturales. Lo cierto es que a la hora de manejar las finanzas familiares y de invertir, son los hombres los que toman un rol más protagónico.

Es verdad que teniendo en cuenta el excedente  necesario para realizar inversiones, la mujer tiene varias estadísticas en contra. Entre ellas, la brecha en los salarios por géneros, las mujeres perciben en la Argentina 63 centavos por peso que reciben los hombres. Esta cifra sube a 80 centavos por dólar en los Estados Unidos.

Por otro lado, las estadísticas confirman que la mujer es menos agresiva a la hora de negociar su sueldo inicial y, además, su carrera, por lo general, es más lenta no solo por la etapa de la maternidad que dura unos 10-12 años, sino también porque luego llega la etapa en la que debe hacerse cargo de sus padres.

“La mujer no solo transita estos dos grandes desvíos en su carrera, sino que también pelea menos agresivamente por puestos más rentables, porque sabe que esas etapas vendrán”, agrega Anna Cohen, CEO y Presidente de Cohen Aliados Financieros.

Un dato más a tener en cuenta, la mujer debe afrontar el pink task, un costo más elevado en gastos de presencia personal. “Existe un doble estándar acerca de este tema que exige a las mujeres cierta presencia para acceder a puestos de liderazgo. Este tema está cambiando entre los millennials pero aún no se ha medido”, explica Cohen.

Y la ecuación se complejiza si agregamos los costos médicos vinculados a una expectativa de vida, en promedio, de 5 años más que los hombres.

A todos estos datos estadísticos hay que sumarle un factor de socialización: la ambición es un tema tabú para las mujeres e, incluso, está mal vista la agresividad profesional en el caso que se trate de una mujer, no así en los hombres.

Vemos, entonces, que al final de sus carreras, la brecha de la riqueza (wealth gap) entre ambos géneros es, en promedio, del 50%.  Otro número: según una encuesta de la plataforma de inversión Wealthsimple, la mujer invierte un 40% menos en monto que los hombres, aunque ahorran más: un 9% versus el 8,6%, según Fidelity.

Buenas noticias

Sin embargo, estos porcentajes no son estancos y con las nuevas generaciones esta brecha se va reduciendo. De hecho, la diferencia entre las baby boomers y las millennials es significativa. Mientras sólo el  40% de las primeras tenía responsabilidad en la toma de decisiones financieras, en el caso de las más jóvenes ese porcentaje sube a 70%. En el medio, se encuentra la generación X con un 59%, según una encuesta del Boston Consulting Group (BCG).

De acuerdo con The American College, el 45% de las fortunas de los Estados Unidos está en manos de mujeres. Es decir, son cada vez más las damas que necesitan servicios financieros pensados para ellas, distintos a los que utilizan los hombres. Y si bien cada vez más la mujer sabe más de finanzas y se interesa por aprender sobre estos temas, también es cierto que un 47% de las mujeres millennials de los Estados Unidos, versus al 34% de los varones, asegura que las estresa el manejo del dinero.

“A diferencia de los hombres, que invierten teniendo un número al cual llegar como objetivo, las mujeres tenemos metas más emocionales que están relacionadas con hechos de la vida: los estudios de los hijos, un viaje, el retiro”, detalla la CEO de Grupo Cohen, quien justamente por esto asegura que a la hora de manejar sus inversiones “hay que escucharlas, porque cada mujer tiene un plan de vida distinto que, a su vez, puede ir cambiando”.

Y esa no es la única diferencia. Con una capacidad de patrimonio  para invertir menor que la de hombre, como las estadísticas antes mencionadas lo demuestran, la mujer es más  conservadora a la hora de hacer sus inversiones. Es menos propensa al riesgo, le gusta estar segura de lo que hace y tomarse su tiempo para analizar el escenario.

Pero, y seguramente es consecuencia de esto, ellas logran mejores rendimientos. “Somos más consistentes y entramos y salimos menos de las inversiones. De ahí que tenemos menos costos transaccionales”, asegura Cohen.

Un relevamiento de la empresa estadounidense Fidelity Investments, sobre 8 millones de personas, encontró que las mujeres obtienen mayores rendimientos a la hora de invertir. Sin embargo, solo el 9 % de las encuestadas se considera mejores inversionistas que los hombres. Según este relevamiento, más del 90 % de las mujeres manifestó interés en aprender más acerca de finanzas y de inversiones. Y el 88 % admitió que una mayor educación financiera les brindaría mayor confianza en el manejo de su dinero.

“La mujeres no tiene vergüenza de pedir ayuda. Cuando no sabe de un tema, lo terceriza. Y es el caso de las finanzas, la mujer contrata un experto para que maneje su dinero. El hombre, en cambio, es más propenso a hacerlo él solo por Internet”, explica Anna Cohen, que además destaca la poca representatividad de las mujeres en el mundo de las finanzas. Solo un 10% de los administradores de dinero son mujeres, frente al 37% de representación femenina entre los médicos, el 33% entre los abogados y el 63% en el caso de auditores y contadores.

“En muchos casos las mujeres que buscan invertir sienten que alguien de su mismo sexo entiende sus problemáticas”, señala Cohen por experiencia propia. De ahí, que en nuestra compañía todos los equipos son interdisciplinarios y en cada uno hay al menos una mujer.