- El escenario monetario nacional está expuesto a fuertes tensiones relacionadas con las necesidades de financiamiento fiscal. La autoridad monetaria deberá implementar una gestión relacionada con la estabilización de los agregados y el digerimiento de los excesos monetarios actuales.
- El gobierno busca resolver la reestructuración de la deuda externa. Las negociaciones continúan durante junio a los efectos de acercar posiciones lo cual es cardinal para estabilizar y generar cierta certidumbre sobre las finanzas públicas.
Resumen
- La estrategia monetaria de las distintas economías está relacionada con la asistencia no convencional de liquidez sobre el sistema financiero local. Esta estrategia tiene amplias
diferencias de alcance y disponibilidad de acuerdo a cada economía.
- Desde esa diferenciación, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos anunció que dispone de instrumentos necesarios para ampliar aún más la expansión monetaria a los fines de brindar estímulos a la actividad económica.
- Mientras que las economías emergentes deben recurrir a fondos anticíclos y sesgar la austeridad fiscal para redireccionar partidas de gasto ya que la asistencia monetaria puede generar tensiones inflacionarias y cambiarias.
- Nuevamente el desafío que se presenta en la segunda instancia de esta crisis, esencialmente para los países emergentes, es contener los efectos no deseados de las medidas tomadas para financiar parcialmente los ingresos de sector privado.
- La autoridad monetaria nacional debe ampliar el financiamiento hacia el sector público debido a que no solo es la única fuente de financiamiento, sino que ante la extensión del confinamiento las necesidades de asistencia se tornan crecientes.
- La autoridad monetaria sostiene las restricciones cambiaras en el mercado mayorista pese a que los controles se flexibilizaron para PyMES e importaciones de medicinales pudiendo mantener tenencia de activos externos al momento de la compra de divisas.
- El Banco Central sostiene el nivel menor de la tasa de interés de política en 38%. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%. Siendo el nivel más bajo desde mayo de 2018.
- El poder ejecutivo continúa con la gestión para reestructurar la deuda. Si bien se presentan tensiones en las posiciones de los principales fondos, se esperan acercamientos respecto a los valores presentes de los pasivos incluidos.
- Durante el mes de mayo el tipo de cambio minorista mostró leves variaciones en el segmento formal a los efectos de evitar un mayor atraso. Se registró una depreciación del 3% en lo transcurrido de junio.
- Mientras que las tensiones observadas en el mercado cambiario informal conformaron un nivel más alto de cotización durante mayo y se estableció en los $/U$S 127 hacia la tercera semana de junio.
- El riesgo país medido por el EMBI+Arg se establece en los 2541 p.b. durante la tercera semana de junio lo cual representa una disminución desde los 2627 del último día de mayo.
- La estrategia monetaria de las distintas economías está relacionada con la asistencia no convencional de liquidez sobre el sistema financiero local. La misma si bien tiene efectos limitados, notamos amplias diferencias de alcance y disponibilidad de acuerdo a cada economía.
- Es evidente que la política monetaria es un recurso importante en contextos de crisis. En efecto, el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos anunció que dispone de instrumentos necesarios para ampliar aún más la expansión monetaria con el objetivo de brindar estímulos a la actividad económica.
- No obstante, los países emergentes presentan restricciones en la utilización de instrumentos monetarios dados los riesgos cambiarios, inflacionarios y de volatilidad financiera. Esto se transforma en restricciones de mayor profundidad en países como Argentina que vienen presentando serios desequilibrios monetarios y cambiarios.
- Es importante destacar esos aspectos debido a que la profundización de la ventanilla de emisión monetaria como único prestamista para el sector fiscal debe tener límites definidos ya que el sesgo inflacionario de la economía argentina puede generar fuertes desalineamientos de precios y tipo de cambio.
- Por este motivo, la gestión monetaria expansiva constituye un instrumento temporal con en el objetivo de proveer liquidez a las economías y evitar rupturas sistémicas en la cadena de pagos.
- En ese sentido y no solo en un escenario pospandemia, la política económica debe gestionar esos excesos, pues, la historia de digestión de excesos fiscales y monetarios alecciona que esos desajustes derivan en crisis cambiarias y financieras.
- En consecuencia, la expansión monetaria registrada desde el comienzo de la cuarentena social aumentó significativamente. Esto generó el financiamiento desde el Banco Central a través de adelantos transitorios y transferencias de utilidades por un total de $ 807.900 millones, lo cual representó un 145% del monto total de todo el año anterior.
- El poder ejecutivo continúa en proceso de negociación con los acreedores privados con títulos bajo ley extranjera. Si bien ya está cumplida la instancia de default técnico, el equipo económico continúa gestionando el acercamiento de posiciones con los principales acreedores para evitar cláusulas de aceleración de pago y evitar la irrupción de houldouts.
- El régimen de flotación administrada, un mayor control sobre el mercado cambiario junto con la postergación en el ajuste de las tarifas de los servicios públicos, pudo contribuir a contener incipientemente el ajuste de precios. Sin embargo, el desafío sustancial será la contención de la masa monetaria que está liberando a los efectos de financiar las transferencias del sector público al privado.
- En ese escenario, la autoridad monetaria sostiene las restricciones cambiaras en el mercado mayorista pese a que los controles se flexibilizaron para PyMES e importaciones de medicinales pudiendo mantener tenencia de activos externos hasta U$S 100.000 al momento de la compra de divisas para esos fines.
- Las medidas de restricción cambiaria posibilitaron que el Banco Central pueda retomar la compra de reservas a comienzos desde comienzos de junio y luego de haber perdido unos U$S 1.800 millones desde mediados de abril.
- La depreciación de la moneda nacional en el mercado formal es un aspecto relativamente favorable en aras de evitar desajustes y necesidades de depreciaciones abruptas. Esto es un desafío para la gestión monetaria en la pospandemia y una vez que los precios de la economía comiencen a ajustarse.
- La depreciación nominal finalizada la tercera semana de junio mes fue 3% con una cotización promedio de $ 71,80, aunque luego del impuesto País la cotización efectiva resulta en $ 94,72.
- Sin embargo, en el mercado informal continua registrándose tensiones por una menor oferta de divisas, el menor rendimiento de la moneda nacional derivado de la disminución de tasas de referencia y la incertidumbre financiera de corto plazo. La cotización informal registra una menor depreciación mensual durante junio respecto de mayo ya que registró una variación del 2% con un nivel de $/U$S 127.
- El saldo de reservas internacionales promediando el mes de junio fue US$ 43.122 millones, lo que implicó un aumento de US$ 533 millones respecto al cierre de mayo. Las restricciones cambiarias y las regulaciones de liquidez siguen constituyendo un factor favorable para que la entidad monetaria pueda sostener el nivel de reservas.
- Por otro lado, las reservas internacionales netas totalizan los U$S 7.747 millones al cierre de mayo. Esto es, descontados las asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras.
- El nivel de tasa de política monetaria de mayo se mantiene similar respecto del mes anterior. En el cierre de la tercera semana de mayo se situó en 38% anual desde el 63% que había dejado la gestión previa, es decir, una acumulación de 25 puntos de recorte en el rendimiento de las LELIQ, derivado de una política expansiva. A su vez, el nivel de tasa efectiva se estableció en 45,4% anual.
- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia la tercera semana de junio y en la instancia de negociación de deuda, registra 2541 p.b. Esto nota una disminución de 8% respecto de fines de mayo. Si bien es un indicador de gran volatilidad, expone los efectos adversos sobre el lado financiero de la económica doméstico y la incertidumbre respecto de la reestructuración de la deuda soberana.