Los efectos económicos de la pandemia se hacen sentir con fuerza en el mundo de los negocios, dejando a las empresas más chicas con menos recursos para enfrentar el temporal. Una investigación de la International Family Research Academy afirma que entre el 65% y el 80% de las empresas del mundo son negocios familiares con diversos niveles de expansión, aunque con problemas comunes a la hora de enfrentar conflictos. Solo en Argentina, al menos 22.000 empresas registradas cerraron sus puertas durante la pandemia, en su mayoría PyMEs familiares. ¿Cuáles son las armas con las que las empresas podrían defenderse en medio de esta crisis? Destacamos 5 claves esenciales para potenciar los recursos y salir adelante:

Identificar oportunidades

Para avanzar por esta vía, hay dos puntos clave: conocer a fondo el segmento de negocios en el que se trabaja y establecer cuáles son las necesidades de los clientes. Ya con un panorama detallado, llega el momento de identificar aquellas áreas que están siendo explotadas por debajo de su potencial o cuyos clientes se sienten insatisfechos con los servicios a los que hoy acceden. El contacto diario con clientes y proveedores, en conjunto con una recorrida detallada por el mercado, facilitarán la detección de “nichos” que hasta el momento no formaban parte del eje de negocios de la compañía, pero que a futuro podrían aportar ingresos interesantes.

Diversificar activos

En tiempos de crisis, es esencial cuidar los recursos y no dejar que los activos se marchiten. Si bien ante la incertidumbre el acto reflejo es guardar los dólares “en el colchón”, esa estrategia defensiva suele resultar cara. Para preservar los activos, los analistas recomiendan diversificar las inversiones, aún para aquellos que prefieren manejarse dentro de un rango conservador. En la Argentina de hoy, esto se traduce en una apuesta a los bonos en pesos de mediano plazo, invertir en instrumentos que se ajusten por inflación y Cedears (aquellos certificados que permiten invertir en empresas de primera línea que cotizan en el exterior). En todos los casos esto permite "ganarle" a la inflación sin exponerse a carteras de riesgo y, por el horizonte de inversión, se reduce significativamente el riego de default.

Para preservar los activos, los analistas recomiendan diversificar las inversiones, aún para aquellos que prefieren manejarse dentro de un rango conservador: invertir en bonos en pesos a mediano plazo, instrumentos que se ajusten por inflación y Cedears.

Invertir en desarrollos tecnológicos

En medio de los cambios que trajo la pandemia, el mundo virtual se volvió decisivo para la supervivencia de muchas compañías que hasta el momento no habían apostado por este camino. Desde los desarrollos necesarios para cumplir con el trabajo en forma remota hasta las conferencias por zoom y las ventas online, todos estos pasos requieren generar una inversión imprescindible para rearmarse y seguir. La extensión de la cobertura de Internet y el desarrollo de tecnología “en la nube” democratizaron el acceso de las empresas a la digitalización de procesos, que ya no requieren inversiones de alta gama para actualizarse. Según el estudio Digital shock de Citrix, el 74% de las empresas coincide en que, tras la pandemia, el papel de la tecnología en las operaciones del negocio resulta sumamente crítico.

Buscar asesoría externa

En este punto es donde se vuelve clave buscar ayuda más allá del círculo familiar. La asesoría externa permite desligarse de preocupaciones, al delegar temas que, además de ser esenciales para que el negocio funcione, requieren conocimientos específicos que el grupo familiar no posee. Por eso, es momento de buscar asesores que tengan expertise en este tipo de desarrollos, tercerizando a su vez otras cuestiones importantes como la tecnología, la construcción de herramientas financieras y de nuevas estrategias de negocios.

La asesoría externa permite delegar temas que, además de ser esenciales para que el negocio funcione, requieren conocimientos específicos que el grupo familiar no posee.

Incorporar nuevos talentos

En algunos casos conviene dar un paso más y no solo buscar asesoría, sino también abrirse a contratar profesionales por fuera del esquema familiar. No es una tarea fácil ya que, en temas específicos, el talento escasea y las empresas chicas deben competir con compañías más grandes, capaces de pagar mejores sueldos. Ahí es donde se vuelve esencial detectar a profesionales insatisfechos con su puesto actual y abiertos a explorar nuevas alternativas. Muchas veces las empresas más chicas ofrecen flexibilidad en los horarios laborales o mejores perspectivas de conciliación de la vida familiar con la laboral, un factor que para muchas personas puede resultar decisivo a la hora de cambiar de trabajo. A su vez, un punto que puede jugar en contra para el empleado en estas ocasiones, es la idea persistente de que hay pocas oportunidades de crecer profesionalmente, ya que los puestos jerárquicos suelen quedar reservados únicamente para la familia. Romper con esta lógica y desarrollar un ambiente que brinde oportunidades para todos y se premie a los mejores es uno de los desafíos que enfrentan las empresas familiares. Un protocolo claro que establezca cuáles son los parámetros para lograr un ascenso es uno de los ejes sobre los que hay que trabajar.