Estamos ante un contexto económico muy influido por las circunstancias políticas. La comunicación oficial del presidente el domingo 14, bien guionada, aspira a tres cuestiones: la continuidad del ministro de Economía, la proactividad en la negociación con el Fondo y el diseño inminente de un plan plurianual.

La continuidad de Guzmán era cuestionada por la línea más heterodoxa del gobierno. El acercamiento al Fondo es un tema difícil ya que muchos actores planteaban que primero es necesario crecer. En lo referente al plan siempre se respondía que el plan es el presupuesto. Es interesante el planteo de ir a un esquema plurianual  pero parece viciado de cierto voluntarismo.

La situación macro es delicada, pareciera que el nivel de actividad  es un dato interesante  porque, en apariencias, supone una expansión superior al rebote de 6%. La inflación viene subiendo de modo gradual desde la relativa estabilidad en los tiempos de Néstor Kirchner. Esta inflación se alimenta de inercia, de emisión, de déficit fiscal, éste último muy unido a la emisión naturalmente. El diagnóstico de que el aumento  de precios, en particular en los alimentos, obedece a la voracidad de rentabilidad de los empresarios comenzó a ser combatido con gran convicción bajo la conducción de Feletti. La inflación que nosotros hemos tenido durante el  kirchnerismo, a excepción de su primera presidencia obedece al segundo modo de expresión del fenómeno la alta inflación o la inflación que se instala a la manera de una enfermedad crónica.

Pareciera que no tendremos a medio plazo un plan de estabilización a la vista de shock, se estima que van a ir llevando la inflación para que se pueda reducir el gasto real. Esto lo practicó Guzmán en el primer semestre. Es el punto que Melconian denomina a la inflación como ángel. Recordemos que las jubilaciones han caído  fuerte en términos reales y también los sueldos reales del sector público.  Seguirá este ajuste, depende de la negociación con el Fondo y de la decisión de CFK.

La pobreza instalada en 43% obedece a la combinación de inflación y recesión que han impactado muy fuerte a lo largo de la última década. Las medidas de estos meses pueden delinear escenarios futuros, en particular lo que ocurra en el campo de la actividad y precios.  Si la línea ortodoxa se profundiza y es apoyada por el Fondo, es más fácil sostener la gobernabilidad e incluso el peronismo, muy golpeado electoralmente, podría recuperar prestigio y volumen político. El peor escenario es el clásico vamos por todo en el cual se apuesta a redoblar la apuesta, mantener una dinámica aislacionista. Esto separaría al gobierno del sector empresarial caracterizado por la desconfianza que se expresa en la caída de la inversión. En el medio de estas posturas extremas quizás aparece la más probable que es la de un sendero sin crisis grave pero con estanflación importante. El liderazgo, la unidad de los principales jugadores del Frente de Todos y una actitud cooperativa de la oposición son claves para sostener la gobernabilidad que es la principal tarea de esta administración. Si otro signo político se impone es probable que la economía recupere vigor, pero es clave una autocrítica a fondo para evitar errores serios de implementación y de decisión. Todavía estamos procesando la elección, no fue paliza, reproduce bastante el 12-S. Es fuerte Cristina pierda el senado. Nunca sabremos porque Tolosa empató a Santilli. Es la combinación de cierta  fuga a Espert y Hotton, falta de esfuerzo de intendentes en la Paso  que   ahora se movieron más en el conurbano, 50.000 remises para que voten los pobres, operación platita Guzmán, miedo a Macri, regalos de electrodomésticos (Cultura clásica de Eva Perón). Muy raro lo de festejar el 17 de noviembre. Aldous Huxley decía hace un siglo, en 1921, lo más importante en la sociedad dentro de 100 años será la falsedad generalizada, en este caso instalada en el poder.