El panorama de incertidumbre económica sigue constituyendo una restricción para la gestión monetaria. La complejidad de ese contexto puede tener efectos derivados sobre las expectativas cambiarias e inflacionarias.
La necesidad de un proceso de estabilización macroeconómica no solo generará un mejor panorama para la reactivación sino menores eventos potenciales que tensionen el sector monetario. En efecto, es determinante minimizar los factores de impulso sobre los precios ante el mayor nivel de incertidumbre.
Resumen
- El alto nivel de incertidumbre derivado del sector político afecta las expectativas económicas de corto plazo y, simultáneamente, restringe la gestión monetaria dada la necesidad de mayor intensidad en su accionar.
- Notamos que el nivel de incertidumbre de mercado generado a poco tiempo de las elecciones afecta las expectativas económicas de corto plazo que pueden materializarse en presiones cambiarias en el período posterior a las elecciones.
- En un escenario de fragilidad financiera y bajo nivel relativo de activos externos netos, enfrentar eventos de presiones cambiarias y volatilidad financiera se torna de gran complejidad y plantea mayores tensiones sobre los precios de la economía.
- Con el objetivo de contraer la cantidad de dinero para digerir los excesos monetarios, el Banco Central sigue constituyendo deuda con el sector bancario (LELIQ) la cual ascienden a $ 2,08 billones.
- El FMI efectuó la distribución de DEG equivalente a U$S 650.000 millones. Para Argentina fueron asignados el 0,66% del total, es decir, US$ 4.319 millones los cuales aumentaron las Reservas Internacionales.
- Tras la recepción de los Derechos Especiales de Giro del FMI, las Reservas Internacionales del Banco Central registraron una recuperación sustancial de U$S 4.319 millones.
- Sin embargo, la recepción de DEG no implica una mejor posición de activos netos para el resto del año ya que se deberán abonar pasivos con el FMI por U$S 4.160 millones.
- En ese sentido, el nivel de Reservas Internacionales brutas presentó una recuperación en los primeros nueve meses del año. El saldo en el inicio de septiembre registra U$S 46.024 millones.
- Durante septiembre el Banco Central sostiene el nivel de tasa de interés de política en 38% y no se espera un aumento ante las derivaciones del rebrote del virus. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%.
- El tipo de cambio minorista continúa con variaciones diarias en el segmento formal para acompañar las variaciones del mercado informal. En efecto, la depreciación nominal acumulada enero-agosto se sitúa en 15%.
- En la cotización del mercado cambiario informal está influenciada por el ciclo político. Emergen nuevas tensiones durante el inicio de septiembre llevando a la cotización a los $/U$S 187.
- El riesgo país medido por el EMBI+Arg aún se establece en un nivel alto respecto a la región llegando a 1477 p.b. durante el inicio de septiembre. Se espera mayor volatilidad durante el tercer trimestre dado el panorama político nacional, la débil reactivación y el desarrollo macrofinanciero de nuestro país.
- El alto nivel de incertidumbre derivado del sector político afecta las expectativas económicas de corto plazo y restringe la gestión monetaria dada la necesidad de mayor intensidad en su accionar y una mayor disponibilidad de instrumentos. Esto se presenta escaso para la autoridad monetaria.
- Notamos nuevamente que el nivel de incertidumbre generado en el marco del proceso electoral afecta las expectativas económicas de corto plazo que pueden materializarse en presiones cambiarias en el período posterior a las elecciones.
- En un escenario de fragilidad financiera y bajo nivel relativo de activos externos netos en el Banco Central, gestionar las presiones sobre el tipo de cambio se torna de gran complejidad y plantea mayores tensiones sobre los precios de la economía.
- En efecto, se plantea la necesidad de una mayor normalización monetaria que implicará una fase sostenida de menores flujos monetarios desde el Banco Central al Tesoro Nacional. No obstante, esa dinámica tiene un sesgo recesivo sobre la actividad económica y un potencial canal de fragilidad fiscal al restar financiamiento al sector público.
- Nuevamente agregamos que la perspectiva de la gestión económica en períodos electorales es habitualmente divergente con un programa de normalización monetaria y estabilización inflacionario lo cual notamos que se profundiza tras las consecuencias económicas de la pandemia.
- El FMI efectuó la distribución de DEG equivalente a U$S 650.000 millones. Para Argentina fueron asignados el 0,66% del total, es decir, US$ 4.319 millones. Esto tuvo un efecto positivo sobre los activos externos que se tradujo en que las reservas superen lo cual no ocurría desde la última semana de octubre de 2019.
- La recepción de DEG no implica una mejor posición de activos netos para el resto del año ya que las obligaciones con el FMI deberán cancelarse. De acuerdo a estimaciones del mercado, en lo que resta de 2021, se deberán abonar pasivos con el FMI por U$S 4.160 millones. Esto representa el 96% del stock de DEG recibido.
- El Banco Central sigue implementando su gestión principalmente a través de los agregados monetarios y manteniendo inalteradas las tasas de interés mínimas de plazo fijo y las de política monetaria en aras de no afectar el proceso de normalización de la actividad económica.
- Durante agosto se produjo una nueva expansión monetaria. Concretamente, en agosto la Base Monetaria se ubicó en $2,8 billones, representando un aumentando nominal de 3% respecto del nivel del mes previo. Dicha dinámica de Base Monetaria estuvo influenciada desde el lado de la oferta, por la transferencia de utilidades al Tesoro Nacional. A su vez, las compras de divisas al sector privado también aportaron a la expansión de la base monetaria, aunque en una cuantía inferior.
- Los flujos monetarios que asistieron al Tesoro durante el mes de agosto ascendieron a los U$S 148.000 millones lo que se tradujo en un crecimiento respecto de la asistencia de julio en U$S 49.000 millones, reanudando una dinámica positiva de los flujos monetarios.
- Desde la estrategia de contraer la cantidad de dinero para digerir los excesos monetarios, el Banco Central sigue constituyendo pasivos con el sector bancario (LELIQ) devengando intereses. En ese sentido, los pasivos con los bancos en el inicio de septiembre se establecen en $ 2,08 billones. Esto representó un nuevo descenso intermensual de -0,9%, mientras que lo transcurrido del año se observó un aumento de 22,5%.
- Tras la recepción de los Derechos Especiales de Giro que se acreditaron como Reservas Internacionales del Banco Central, el saldo de esos activos de la autoridad monetaria se recuperó sustancialmente en U$S 4.319 millones. En efecto, si bien el saldo de reservas brutas en el inicio del mes de septiembre es US$ 46.024 millones lo que implica una disminución intermensual incipiente de -U$S 130 millones, la recuperación en relación de diciembre de 2020 es U$S 6.637.
- Las reservas internacionales netas totalizarían los U$S 14.777 millones en el inicio del mes de septiembre. El aumento se deriva de la recepción de los DEG del FMI de U$S 4.319 millones que se contabilizaron como aumento bruto de reservas. Asimismo, la estimación del nivel neto se corresponde con el descuento de asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras.
- La depreciación nominal en el mercado minorista hacia el cierre del mes de agosto fue 15% respecto de principios de año, con una cotización promedio de cierre en $ 103,14 aunque luego del impuesto País y la nueva retención, la cotización efectiva resulta en $ 170,18.
- Si bien hasta agosto el mercado informal presentó cierta estabilidad, la cotización en este mercado está influenciada por el ciclo político. En ese sentido, emergen nuevas tensiones durante el inicio de septiembre llevando a la cotización desde $/U$S 180,50 en el cierre de agosto a los $/U$S 187 durante la primera semana de septiembre.
- El nivel de tasa de política monetaria hacia el inicio de septiembre se sostiene en 38% situándose en un promedio similar al del año 2020. Las expectativas en relación a aumento del nivel de tasa ciertamente se desactivan dada la perspectiva económica del gobierno y la recuperación económica que no resulta en el nivel esperado.
- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia el inicio de septiembre se sitúa en 1477 p.b. Esto nota una disminución incipiente respecto de fines de agosto cuando el índice se situó en los 1513 p.b.. No obstante, se esperaría mayor volatilidad del índice durante el tercer trimestre del año dado el alto nivel de incertidumbre de mercado que generan factores como el panorama político nacional, la débil reactivación económica y el desarrollo macrofinanciero de nuestro país.