¿De qué depende la inflación? No es tarea simple identificar todas sus posibles causas y combinarlas en un único modelo económico. Más bien, las distintas hipótesis ofrecen explicaciones complementarias para un fenómeno complejo y que, en el plano internacional, hoy vuelve a estar en el centro del debate.

El Gráfico 1 muestra que, medida en términos de variaciones mensuales, la inflación en Estados Unidos pasó de prácticamente 0% hacia octubre del 2020 a casi 1% en junio de este año.

En lo que respecta a las variaciones interanuales (es decir, a las variaciones del IPC de un mes con respecto a igual mes del año anterior) los guarismos muestran un aumento de poco más del 1% durante todo el segundo semestre del 2020 a más de un 5 en junio de este año (Gráfico 2). Para encontrar valores mayores a los de junio hay que remontarse hasta mediados del 2008, 1989/1991, la década de 1970 y comienzos de la década de 1980 (de forma casi ininterrumpida) y luego hasta comienzos de la década de 1950 (el primer mes para el cual la Reserva Federal, fuente de los datos, publica el dato actualmente es enero de 1947).

En la visión monetarista clásica, más interesada en entender el comportamiento de la economía en el largo plazo, las variaciones de la cantidad de dinero son las principales responsables del aumento en el nivel de precios. Llevada a un extremo, la conclusión más potente de este enfoque es que todas las variaciones en los precios ocurren como respuesta a cambios en la oferta monetaria (circulante más depósitos bancarios). Desde otra perspectiva, de características más microeconómicas, los precios aumentan de modo sostenido cuando las variaciones de la oferta monetaria superan a las variaciones de la demanda de dinero. Este último resultado es más moderado porque implica que no todas las variaciones de la oferta de dinero son inflacionarias, sino solamente aquella fracción que supera a las variaciones de la demanda.

¿Cuál de estas dos alternativas es más válida para explicar la inflación de los últimos cuatro meses en Estados Unidos? Probablemente ninguna de las dos. Es cierto que la Reserva Federal comenzó a implementar una agresiva política de expansión monetaria a través de la compra de -0,8-0,6-0,4-0,20,00,20,40,60,81,0E20F M A M J J A S O N D E21F M A M JGráfico 1. Tasa de variación mensual del IPC en Estados Unidos0123456E20F M A M J J A S O N D E21F M A M JGráfico 2. Tasa de variación interanual del IPC en Estados Unidosactivos privados (proceso conocido como quantitative easing) luego de la crisis financiera y que este tipo de política monetaria no convencional se profundizó con la crisis provocada por el COVID-19, pero sería extraño que en este caso el dinero esté produciendo la inflación y que no lo haya hecho durante el período 2008 – 2019.

Una explicación más completa de la inflación, derivada de una relación que en economía es conocida como curva de Phillips, es la que atribuye el aumento en el nivel de precios a tres variables: las expectativas (es decir, el valor esperado de la inflación), la diferencia entre la tasa de desempleo efectiva y la tasa natural de desempleo, y las perturbaciones de la oferta agregada de la economía. Según datos de la Reserva Federal, la inflación promedio anual esperada para los próximos 5 años en Estados Unidos fue del 2,2% según su medición más reciente (en julio de este año). Este valor supone un piso para la inflación futura que, sin ser bajo, es menos de la mitad de los valores interanuales actuales y está sólo muy levemente por encima del objetivo de inflación. Por otra parte, en junio la tasa de desempleo fue del 5,9% mientras que la tasa natural de desempleo (es decir, la que surge luego de aislar todos los efectos de las fluctuaciones en la demanda agregada) ha venido disminuyendo constantemente desde fines de la década de 1970 (poco más del 6%) hasta converger a un valor cercano al 4%. En todo caso, esta diferencia de dos puntos porcentuales entre la tasa de desempleo efectiva y su tasa natural debería hacer disminuir la inflación, y nótese que este valor es casi idéntico al de la inflación esperada. Con ambos valores compensados, surge entonces que prácticamente toda la inflación actual estaría explicada por perturbaciones de la oferta que, en este caso, son negativas: aumento del precio del petróleo y fuertes restricciones en las cadenas de valor (especialmente en lo referente a la oferta de suministros) que se explican por las restricciones al transporte de mercancías impuestas por la pandemia.

Este análisis sugiere que la inflación de Estados Unidos es transitoria. Pero probablemente debamos esperar algunos meses más para tener una conclusión más contundente. Si hacia fin de año los efectos de la pandemia ceden y la inflación permanece elevada, seguramente el enfoque monetario adquirirá mayor relevancia y, en ese caso, las respuestas de la política económica serán las convencionales.