El informe de la EPH del primer semestre 2021 arrojó un Índice de Pobreza (IP) de 31,2% de hogares y 40,6% de personas (11,7 millones pobres) y un Índice de Indigencia (II) de 8,2% de hogares y 10,7% de personas (3,1 millones indigentes).

Las comparaciones que siguen se refieren siempre a personas.

Los valores más altos se dan en NEA (IP 45,4%) y NOA (IP 44,7%).

Situación más crítica: ciudad de Concordia IP  56,1% e II 15,8%.

Otros aglomerados por encima del 50% de IP, son: Gran Resistencia (51,9%); Gran Santa Fe (50,5%) y Santiago del Estero–La Banda (50,2%). Los valores más bajos: CABA con 13,9 de IP y 2,2 de II.

Los aglomerados de menos de 500.000 habitantes tienen un IP algo superior a los de más de 500.000, pero un II 2,8pp menor.

Comparando con el semestre anterior, el IP cae 1,4pp. En CABA y Partidos de GBA cae 5,1pp. En el interior el IP aumentó 2,9pp. Los mayores incrementos de IP se dan en  Formosa aumentó (11pp). Santiago del Estero–La Banda (10,8pp), Gran Santa Fe (10,7pp), Gran Catamarca (10,3pp) y Gran La Plata (9,8pp).

En los aglomerados de más de 500.000 hab., el IP se redujo 2,3pp. En los de menos de 500.000 habitantes se incrementó 2,8pp.

Respecto del II ha mostrado un mayor incremento en los aglomerados del interior (2,4pp). Si bien este incremento se ha dado en la mayor parte de los aglomerados, llama la atención la situación de Formosa que teniendo el II más bajo en el 2do semestre 2020 (3,8%) pasa a tener, en el 1er semestre 2021, uno de los valores más altos (15%) lo que significó el mayor aumento  de este indicador (11,2pp).  

Otros distritos con elevados valores de II son Gran Resistencia (16,9%) y Concordia (15,8%).

Los aglomerados de más de 500.000 habitantes disminuyeron levemente su II (-0,1pp). Los menores de 500.000, aumentaron 1,6pp.

Casi el 60% de los pobres tiene menos de 30 años.

El IP es mayor en las bandas etarias más bajas: 54,3 (0-14 años) y 13,8 (65 y más).

Para el segmento de niños, niñas y adolescentes (NNyA), el IP aumenta con la edad dentro de ese segmento, alcanzando los mayores valores para el grupo etario mayor (12-17 años) con un IP de 39,4%.

Respecto de la distribución del ingreso, en el 2do trimestre 2021 el decil 10 participa 20 veces más que el decil 1 en los ingresos. Este indicador mostró una mejora respecto del 1er. trimestre del mismo año en el que el valor fue 23. Esta mejora se observa también en el coeficiente de Gini que, de un trimestre a otro pasó de 0,445 a 0,434.

Todo lo dicho hasta aquí se refiere al criterio de medición de la pobreza en “términos monetarios”.

Para medir la pobreza multidimensional, el criterio de las NBI fue reemplazado por el método integrado de medición de pobreza (MIP) que combina la pobreza monetaria y la pobreza estructural.

Un hogar es considerado con pobreza multidimensional cuando presenta 2 o más carencias de diferentes dimensiones, tales como hacinamiento y rezago escolar por ejemplo. La pobreza multidimensional decrece por tramos de edades desde un 58,8% (0-3 años) hasta un 25,1% (65 años y más).

De esta forma, combinando ambos indicadores, el monetario (LP) con el multidimensional no monetario (IPM), puede segmentarse a la población en 4 categorías.

El último informe de SIEMPRO correspondiente al 1er. semestre de 2020, da los siguientes resultados:

Considerando que los valores de LP en el 1er. sem. 2021 (31,2) han sido prácticamente iguales a los del 1er. sem. 2020 (30,4) y la “escasa movilidad” que puede presentar el IPM de un año a otro es que, con poco margen de error, podríamos considerar vigentes los valores que se muestran en el cuadro, del que surgen los segmentos:

  • NO POBRES: no sufren ninguno de los dos tipos de pobreza
  • SÓLO POBRES LP: pobres pauperizados. No presentan privaciones multidimensionales pero no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total
  • SÓLO POBRES IPM: pobres transicionales. Es probable que, a largo plazo, superen las PM que padecen hoy
  • POBRES LP e IPM: pobres estructurales. En los hogares con NNyA, este tipo de pobreza llega al 35% 

Para terminar, cabe señalar que la pobreza de la Argentina es más de tipo urbana. De modo que cualquier estrategia que apunte a su superación debería orientarse hacia los centros urbanos más que hacia zonas rurales.