La coyuntura es similar a la que venimos observando desde la derrota del Gobierno a fines del año pasado, pero con el agravante de un escalón mayor de inflación, que incluso puede seguir ascendiendo. A su vez, el riesgo país es muy alto y el contexto político se encuentra muy trabado, con una coalición en abierto conflicto que no parece vaya a la reconciliación pero tampoco a un escenario generado por el entonces Vicepresidente Chacho Álvarez en octubre del año 2000, cuando se rompió la Alianza y empezó la debacle del régimen convertibilidad por vacío de poder.
En el mundo la inflación trepó a casi dos dígitos. En la región hemos vuelto a ver estadísticas preocupantes que tiene números más propios de los 90. Esto se va a corregir seguramente vía tasa de interés que es la receta como bien plantea Kiguel, más tradicional para contener las inflaciones de un dígito. La estrategia Biden-Powell en Estados Unidos irá por ese lado.
El gobierno insiste en que hay reactivación, los números no son contundentes. El dólar blue tranquilo, muy alto porque el dólar histórico desde Frondizi es $140. Es raro no se dispare más ante la ineptitud del peronismo en el poder. Este trimestre debería haber un respiro por los dólares ya que es el período clásico donde la cosecha suma liquidaciones. Pesce debería juntar más dólares en reservas que están virtualmente en cero. Mientras que la estrategia de Guzmán para bajar la inflación es tranquilidad macro que no consigue (frente monetario y fiscal), concertación (alineamiento de expectativas entre empresarios y sindicalistas-paritarias hacia la baja), modelo con el que Chile bajó la inflación de 20% a 2% en la década de 1990 con precios topeados.
La Estrategia Feletti, con resultado nulo. Sigue el enfrentamiento con las corporaciones que influyen, según ellos, en los precios. Llama la atención ese argumento, pues el único lugar del mundo en el que aparecería esta voracidad de rentabilidad es Argentina.
¿En los 90 los empresarios no querían sin inflación en el período 2001 y 1994 (entre puntas) ganar tanto dinero y tampoco especulaban? Apostaban por la equidad. Ahora hay que ponerlos contra las cuerdas para que cedan en su ímpetu de plusvalía. Es la visión Zaiat como representante de esa postura de empresarios especuladores que explican básicamente el 70% de la inflación. El foco del problema es la góndola y no el origen macro como relata, sin poder hacer mucho al respecto, un ministro de gran capacidad de diagnóstico aunque con reputación muy baja en lo concerniente a implementación.
¿Cómo sigue la película hasta las elecciones? Relato oficial de crecimiento que no será tal y una inflación que, en el cuarto oscuro, será de 9% mensual, muy lejos de la hiper pero altísima y muy eficaz para destruir voto kirchnerista. Pobreza creciente por baja actividad y por inflación al alza. Problemas energéticos por eventual falta de gas hasta que se termine el gasoducto Néstor Kirchner.
En definitiva, gran incertidumbre para invertir dejando el Frente De Todos una herencia compleja, un desafío para el arco opositor que aparentemente volvería a la cancha para mejorar la experiencia fallida en lo económico en el primer turno. En efecto, la oposición no luce blindada, hay internas fuertes entre los propios Pro, las clásicas con los radicales, las movidas asociadas al nuevo surgimiento en la política, que es Milei, y que corre el arco a la derecha liberal. Pues, a la derecha de Macri no había nada y ahora está Milei que, a su vez, atrae por pegarle duro a la casta, por levantar banderas liberales en un mar de intervencionismo estatal que fracasa día a día.
Es un tiempo de gran responsabilidad de la clase dirigente después de 12 años muy mediocres cuanto al funcionamiento del sistema institucional y macroeconómico pues, tenemos por delante muchos desafíos. El contexto político se enrarecerá tanto hacia una anarquía con ministerios loteados entre K y albertistas que quieren la reelección sin ningún mérito. ¿Seguirá complicado el frente externo por la guerra? ¿Se profundizará la crisis de precios energéticos? ¿Cuál será el candidato que se impondrá en las elecciones? ¿Dará confianza a un círculo rojo que invierte 16 puntos del PIB? ¿Cómo llevará el FMI el contralor de los números con cierta vista gorda o marcando los temas a trabajar? ¿Volverá el Covid con una nueva ola en este invierno y con confinamientos que frenen la oferta agregada como lo ocurrido en el año 2020?.
Disponemos de una gran diversidad de oportunidades que impulsen el crecimiento y desarrollo. En concreto, que la pampa húmeda se proyecte a 200 millones de toneladas de cosecha, que la Patagonia emule a la Pampa húmeda utilizando riego y generando 100 millones de toneladas hacia el año 2040. Vaca Muerta, bien viva, despachando gas y aprovechando este insumo para exportar petroquímica. Litio muy demandado para salir a la cancha en el esquema de autos eléctricos. Minería que emule a San Juan en todo el arco cordillerano, siguiendo la experiencia chilena, tan exitosa; sociedad basada en conocimiento que genere dólares por exportaciones. Ganadería que se siga recuperando en dólares y calidad. Pesca sacando todo el potencial, el sector automotriz volviendo a sus mejores momentos en relación al intercambio con Brasil. Turismo que pase de 6 millones de ingresantes al año al territorio argentino a 10 millones. Infraestructura, más modernizada, que permita sustentar el desarrollo.
Ya no hay inmigración europea, desde el primer peronismo la inmigración mayor es de países limítrofes a la que se suma Venezuela que no deja de ser relevante. Argentina no emigra a los limítrofes en 80 años, el destino es claro. Argentina es quien ofrece a los inmigrantes actuales, bienestar futuro. Debemos ser esa isla de prosperidad que supimos construir y que se nos ha complicado. Podemos inspirarnos en la región para lograrlo, sin buscar ejemplos en el sudeste asiático o en los bálticos. Para eso, la clase dirigente debe estar a la altura y la sociedad más madura para recrear la cultura del trabajo de nuestros bisabuelos inmigrantes.
Mis alumnos de ingeniería industrial que terminan la Carrera a los 22 años en la Universidad Austral me dicen: nos vamos muchos del país porque no podemos ahorrar y no hay rumbo. Paradoja, a fines de siglo sus bisabuelos por ese motivo llegaron al puerto de Buenos Aires, yendo a la ciudad o al campo para hacer la América, la mitad de ellos volvió a España o a Italia.
En suma, son muchos los frentes para invertir en un país con gente que hoy no está educada pero con potencial de estar mejor dentro de 10 años para enfrentar la revolución industrial 4.0.