- El panorama de incertidumbre económica sigue afectando al sector monetario, lo que se traduce en presiones cambiarias. La complejidad de un período electoral genera efectos no deseados sobre las expectativas cambiarias e inflacionarias.
- La necesidad de normalización monetaria se debe presentar como un objetivo de importancia para la gestión inflacionaria. Es determinante minimizar los factores de impulso sobre los precios ante el mayor nivel de incertidumbre.
Resumen
- El nivel de incertidumbre a poco tiempo de las elecciones afecta las expectativas económicas de corto plazo lo que se materializa en presiones cambiarias apremiantes para la política económica.
- La perspectiva observada de la gestión económica en períodos electorales es mayoritariamente divergente respecto a un programa de normalización monetaria y estabilización inflacionario lo cual se profundiza tras la pandemia.
- La sustentabilidad de una política macroeconómica con el objetivo de estabilización no solo debe contener un programa de crecimiento, sino que con igual importancia debe resolver los desequilibrios monetarios para evitar mayor inflación.
- Con el objetivo de contraer la cantidad de dinero para digerir los excesos monetarios, el Banco Central sigue constituyendo deuda con el sector bancario (LELIQ) generando intereses a pagar.
- Sin embargo, la circulación monetaria reiteró su ritmo de crecimiento dado que los medios de pago registraron un nuevo aumento en julio derivado del pago del complemento de AUH, el turismo doméstico y el pago del medio aguinaldo de junio.
- El nivel de reservas internacionales brutas se mantiene estable en los primeros ocho meses del año. El saldo en el inicio de agosto registra un nivel similar al del mes anterior, U$S 42.668 millones.
- Durante agosto el Banco Central sostiene el nivel de tasa de interés de política en 38% y no se espera un aumento ante las derivaciones del rebrote del virus. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%.
- Desde el mes de julio el tipo de cambio minorista continúa con variaciones diarias en el segmento formal, aunque resultando en una depreciación del 13,6% en lo transcurrido del año.
- En la cotización del mercado cambiario informal se observaron tensiones por la demanda estacional durante julio y la incertidumbre de mercado, siendo que el nivel ascendió a los $/U$S 180,50 hacia fin de ese mes.
- El riesgo país medido por el EMBI+Arg aún se establece en un nivel alto respecto a la región llegando a 1573 p.b. durante el inicio de agosto. Se espera mayor volatilidad durante el tercer trimestre dado el panorama político nacional, la débil reactivación y el desarrollo macrofinanciero de nuestro país.
- El nivel de incertidumbre generado a poco tiempo de las elecciones afecta claramente las expectativas económicas de corto plazo que se materializa en presiones cambiarias apremiantes para la política económica. En un escenario de fragilidad financiera y bajo nivel relativo de activos externos netos en el Banco Central, gestionar las presiones sobre el tipo de cambio se torna de gran complejidad y plantea mayores tensiones sobre los precios de la economía.
- En efecto, se plantea la necesidad de una mayor normalización monetaria que implicará una fase sostenida de menores flujos monetarios desde el Banco Central al Tesoro Nacional. No obstante, esa dinámica tiene un sesgo recesivo sobre la actividad económica y un potencial canal de fragilidad fiscal al restar financiamiento al sector público.
- En ese contexto, se agrega que la perspectiva de la gestión económica en períodos electorales es habitualmente divergente con un programa de normalización monetaria y estabilización inflacionario lo cual notamos que se profundiza tras las consecuencias económicas de la pandemia.
- El objetivo de menor emisión monetaria para asistir al tesoro nacional es positivo a los efectos de desalentar a la dinámica de precios aunque en un contexto de bajo nivel de actividad se observa como un planteo ineficiente debido al ritmo lento de recuperación.
- Frente a las mayores tensiones en el mercado cambiario permanecen las restricciones sobre las operaciones con títulos en el exterior para acceder al contado con liquidación, estableciendo un plazo de 2 días de inmovilización de títulos y un límite de U$S 100.000 diarios entre títulos de jurisdicción extranjera y títulos de jurisdicción local, lo cual dificulta los principales canales de dolarización utilizados por las empresas.
- El Banco Central sigue gestionando principalmente a través de los agregados monetarios y manteniendo inalteradas las tasas de interés mínimas de plazo fijo y las de política monetaria a los efectos de no afectar el proceso de normalización de la actividad económica.
- Durante el mes de julio los flujos monetarios crecieron nuevamente luego de que en los primeros cinco meses del año se notara cierta estabilidad y decrecimiento. Concretamente, en julio la Base Monetaria se ubicó en $2,8 billones, aumentando 5% respecto del nivel del mes previo. Dicha dinámica de Base Monetaria estuvo influenciada principalmente por billetes y monedas en poder del público (dinero circulante).
- En ese contexto, la circulación monetaria reiteró su ritmo de crecimiento por tercer mes consecutivo dado que los medios de pago registraron un nuevo aumento en julio derivado del pago del complemento de AUH, el turismo doméstico y el pago del medio aguinaldo de junio. En esa dinámica tanto los depósitos a la vista no remunerados como el circulante en poder del público aportaron positivamente a la expansión del mes.
- Desde la estrategia de contraer la cantidad de dinero para digerir los excesos monetarios, el Banco Central sigue constituyendo deuda con el sector bancario (LELIQ) que generan intereses a pagar. En ese sentido, los pasivos con los bancos en el inicio de agosto se sitúan en $ 2,01 billones. Esto representó un descenso intermensual de -0,2%, mientras que lo transcurrido del año se observó un aumento de 18,4%.
- Durante julio se registró una mayor asistencia financiera del Banco Central al Tesoro Nacional respecto al mes anterior. El total fue $ 180.000 millones en concepto de transferencias de utilidades lo cual constituye un factor divergente respecto de la estrategia de estabilizar los flujos monetarios y, en efecto, los precios de la economía.
- El saldo de reservas internacionales brutas en el inicio del mes de agosto es US$ 42.668 millones lo que implica un aumento incipiente de U$S 230 millones respecto del mes anterior, acumulando ocho meses consecutivos de recuperación. Mientras que la recuperación en relación de diciembre es de U$S 3.281.
- Las perspectivas para las reservas internacionales y la gestión cambiaria se sostiene favorables debido al nivel relativamente alto de los precios de las materias primas de exportación, principalmente de la soja. El precio en la segunda semana de agosto se registra en los U$S 522 por tonelada, nivel cercano a los del año 2012.
- Por otro lado, las reservas internacionales netas totalizarían los U$S 11.613 millones en el inicio del mes de agosto y tras mantener el nivel de reservas brutas en un promedio de U$S 42.668 millones. La estimación del nivel neto se corresponde con el descuento de asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras.
- La depreciación nominal en el mercado minorista hacia el cierre del mes de julio fue 13,6% respecto de principios de año, con una cotización promedio de cierre en $ 102,06 aunque luego del impuesto País y la nueva retención, la cotización efectiva resulta en $ 168,40.
- El mercado informal presentó un resurgimiento de las tensiones durante el mes de julio, más aun dado el panorama de inflación que no se desacelera. La cotización informal se situó en el cierre del mes en $/U$S 180,50, esto representa una apreciación de 8,7% en lo transcurrido del año y luego de que en el período enero-mayo se haya sostenido en una fase de apreciación.
- El nivel de tasa de política monetaria hacia el inicio de agosto se sostiene en 38% situándose en un promedio similar al del año 2020. Las expectativas en relación a aumento del nivel de tasa ciertamente se desactivan dada la perspectiva económica del gobierno y la recuperación económica que no resulta en el nivel esperado.
- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia el inicio de agosto se sitúa en 1573 p.b. Esto nota una disminución incipiente respecto de fines de julio cuando el índice se situó en los 1591 p.b.. No obstante, se esperaría mayor volatilidad del índice durante el tercer trimestre del año dado el alto nivel de incertidumbre de mercado que generan factores como el panorama político nacional, la débil reactivación económica y el desarrollo macrofinanciero de nuestro país.