El posible rechazo del plebiscito constituyente puede marcar el inicio del fin del estallido social y encaminar a Chile hacia la recuperación de la institucionalidad. Esto marcaría una recuperación de sus activos financieros que hoy se encuentran en niveles históricamente bajos y lo convierte en una alternativa de inversión interesante.

Chile se encuentra en un plebiscito constitucional con un resultado binario que puede definir si hay una reconstrucción institucional o se confirma el deterioro reciente. En este contexto, según las encuestas, el rechazo es la opción con mayor probabilidad de triunfo y esto puede marcar un ciclo de recuperación para la que alguna vez fue la estrella de América Latina.

Los referentes de centroizquierda también apoyan la opción de rechazo, en contraposición a lo que fue la anterior elección cuando resultó ganador Gabriel Boric, con 55% de los votos, frente a José Antonio Kast con 45%. En ese momento, el candidato de la derecha cultivó poco apoyo de la centroderecha, mientras que Boric logró un apoyo amplio de la centroizquierda. Para el actual plebiscito, en cambio, buena parte de la centroizquierda es la que está llevando adelante la campaña del rechazo con referentes como Ximena Rincón, Carolina Goic y Felipe Harboe, entre otros, participando en los debates más importantes y formando la agrupación “centroizquierda por el rechazo”. Además, el expresidente de la izquierda Ricardo Lagos no marcó posición en este plebiscito, mientras que en la anterior elección apoyó explícitamente a Gabriel Boric. 

La situación económica y la inflación no ayudan a la campaña del apruebo. El plebiscito es apoyado por el gobierno actual, que considera que los cambios más radicales que necesitan realizar en su programa de gobierno van a necesitar de la nueva constitución. En este sentido, no ayuda la baja aprobación del gobierno a pocos meses de comenzada su gestión. Según Cadem, la aprobación presidencial neta alcanza -21, registro que también se observa en la encuesta de Pulso Ciudadano en -25 puntos. Según esta última encuesta, las principales preocupaciones que encuentra la ciudadanía son la delincuencia, la inflación y la inmigración, ejes que no son el fuerte del actual gobierno de izquierda.

Así, las últimas encuestas marcan un triunfo del rechazo cercano a 10 puntos que se ha mantenido estable en estos meses. Según Cadem, la diferencia es de 47 puntos a favor del rechazo frente a 37 a favor del apruebo. Estos números también se ven en la encuesta de pulso ciudadano con 44 a 30, respectivamente. La diferencia se ha observado prácticamente constante por más de un mes, lo cual marca cierta estabilidad en los resultados. Por esta razón, resulta difícil que a menos de un mes se observe una sorpresa a favor del apruebo.

El triunfo del rechazo llevará al presidente a impulsar un acuerdo con la centroizquierda para garantizar gobernabilidad, dado que esa victoria implicaría un quiebre de la alianza que mantiene el gobierno con el partido comunista y, por ende, el alejamiento de sus miembros. Una alianza con la centroizquierda incluiría nuevos nombres en su gabinete, lo cual no sería tan raro: en Hacienda ya le han cedido el puesto a Mario Marcel que proviene de la centroizquierda y es de sus mayores activos para garantizar la estabilidad macroeconómica. 

Más cambios en este sentido pueden ser positivos en términos políticos y macroeconómicos y, como consecuencia, para los activos chilenos. Además, figuras debilitadas como la de Izkia Siches (con mayor imagen negativa según Cadem) es probable que sean desplazadas hacia otra área y se incluyan otras de peso que puedan hacer frente a la cartera. 

Una imagen presidencial más debilitada probablemente incremente la institucionalidad que se rompió luego del estallido social del 18 de octubre de 2019, a partir del cual el país se vio fuertemente amenazado con una menor disciplina fiscal y la utilización política de los retiros previsionales, que trajeron fragilidad al sistema financiero y un shock de demanda con su consiguiente efecto inflacionario. El triunfo del rechazo, entonces, podría traer más moderación en términos políticos y con ello mayor probabilidad de que queden atrás los cambios radicales revolucionarios como los que se plantearon desde el estallido social y que fueron impulsados por el actual presidente.

Dejando de lado la política, en lo económico se ha observado una fuerte ortodoxia en las cuentas fiscales y monetarias incluso en el actual mandato. En el primer semestre del año el gasto público disminuyó en 15.5% con una caída del gasto corriente de 16.9% y del capital en 4.3%. Se espera que este año se cumpla la meta de reducción de 24% con respecto al año pasado y se alcancen las metas fiscales que se establecieron. Por el lado monetario, con la elevada inflación, el Banco Central de Chile realizó una fuerte suba de tasas de interés para situarla en 10.5%, siendo de los registros más altos de toda Latinoamérica. Según la Encuesta de Expectativas Económicas (EEE), se espera que en tres años la inflación vuelva al rango que busca el Banco Central de Chile de 3%. 

Las perspectivas a mediano y largo plazo son muy positivas para su principal producto de exportación. El cobre es casi el 50% de sus exportaciones. Últimamente, sus precios se han mantenido en niveles históricamente altos incluso con el riesgo de una recesión global. A futuro, mantiene buenas perspectivas gracias a la transición energética hacia energías verdes y autos eléctricos que aumenta considerablemente la demanda de estos metales. Chile concentra el 20% de las reservas globales y el 30% de las exportaciones.

Sin embargo, es bastante probable que en términos de crecimiento económico en el corto plazo la desaceleración no haya cesado. Las políticas fuertemente expansivas para enfrentar al COVID-19 junto con los retiros previsionales sobrecalentaron la economía, que hoy necesita enfriarse. La inflación en 13.1% y el déficit de cuenta corriente en 7% lo marcan claramente. Además, la caída en la confianza de los inversores es probable que lleve a menor crecimiento a futuro. Por ende, no es esperable que se observen buenos resultados en el corto plazo en este rubro. Según la EEE, se espera que la actividad económica se expanda solo 1.9% este año, -0.4% el próximo y solo 2% en el 2024.,

Oportunidad de inversión

En definitiva, el probable triunfo del rechazo presionará a Boric para relanzar el gobierno con figuras más cercanas a la centroizquierda y llevará al país a una mayor institucionalidad de la mano del debilitamiento de la figura presidencial. Esto puede marcar el principio del fin del estallido social y, por ende, el comienzo de la recuperación de la institucionalidad en Chile y de los activos financieros. No es esperable que Chile vuelva a ser lo que era antes del estallido social, pero sí puede ser que empiece a transitar un sendero de recuperación de sus activos financieros desde niveles históricamente bajos lo que lo hace un activo interesante. Para invertir en Chile se puede hacer mediante el ETF (ECH) que en los últimos 5 años acumula una baja de 40% que contrasta con el desempeño de mercados emergentes (-5%) con un desacople que se aceleró desde el 2019.

Riesgos

Es mandatorio tomar en cuenta que el escenario es binario. Un inesperado triunfo del apruebo puede seguir marcando que los cambios que se iniciaron desde el estallido social sigan profundizando, con su consiguiente deterioro de institucionalidad y económico que impacte de manera negativa a los ya castigados activos financieros.