¿Qué pasó?
Internacional

Tras dos semanas con fuertes pérdidas, el mercado encontró una tregua. Los principales índices de renta fija y variable tuvieron una fuerte recuperación en la última semana, lo que les permite recortar las pérdidas de junio. El mercado le teme más a la suba de tasas de interés que a la caída del nivel de actividad. El problema sigue siendo la dosis que tendrá que aplicar la FED y otros bancos centrales para que la inflación retorne lo más rápido posible el sendero del 2% anual.

Jerome Powell más agresivo. El presidente de la FED compadeció ante el Congreso de EE.UU y defendió las medidas más agresivas tomadas la semana previa. A pesar del riesgo que estas conllevan, sostuvo que la entidad está comprometida a combatir los precios al alza que afectan al país. Sin embargo, el mercado ya había descontado estas declaraciones, por lo que no terminaron impactando fuertemente en la volatilidad de la semana.

Señales de desaceleración. La mira de la última semana estuvo puesta en los avances de los resultados del PMI de junio. El PMI de servicios marcó 51,6 puntos – el peor resultado desde febrero – y el manufacturero registró 52,4 puntos – el más bajo desde agosto de 2020 – en ambos casos muy por debajo del mes previo (53,4 y 57 respectivamente) y de las expectativas (53,5 y 56 respectivamente). A su vez, el dato avanzado del PMI compuesto sufrió la misma caída, al terminar en 51,2, en comparación al 53,6 del mes anterior.

Cae la confianza pero mejoran las ventas. El índice de confianza del consumidor de la universidad de Michigan de junio confirmó el adelanto que había publicado semanas atrás, al marcar 50 puntos, el dato más bajo de su historia, lo que demuestra la preocupación del consumidor respecto al escenario de los próximos meses. Las expectativas de inflación terminaron en 5,3%, levemente por debajo del 5,4% de mayo. La mayor sorpresa la aportó el dato de ventas de viviendas nuevas, que en mayo subió 10,7% m/m (vs una contracción de 12,2% m/m en abril). 

Ajustan los commodities. Producto de las expectativas de desaceleración económica que generan las subas de tasas y del fortalecimiento del dólar, las materias primas cotizaron a la baja. El índice general cayó 4,3% en la última semana, acumulando en junio una pérdida de 7,6%, siendo la peor performance mensual del año. El cobre, el que más se asocia con el ciclo de crecimiento global, bajó 6,9% en la semana, 13% en lo que va del mes y 16% en el transcurso del año. Le siguieron el trigo y la soja con ajustes respectivos de 10% y 7% en la última semana. Finalmente, el petróleo marcó la segunda semana consecutiva a la baja – algo que no ocurría desde abril –, al retroceder 0,5% en la semana y 5% en lo que va de junio. 

Bajan las tasas y suben los bonos. Tras la suba que habían marcado en las semanas previas por la inflación y el comunicado de la FED, en la última semana los rendimientos de los bonos del Tesoro marcaron una leve caída. La USD10YR cerró en 3,12%, cayendo así 11 pb respecto a la semana anterior, y la USD2YR retrocedió 11 pb, llegando a 3,05%. A pesar de que continúa la lateralización de la curva de rendimientos, todos los plazos tuvieron una caída en sus retornos a lo largo de la semana, a excepción de los de 3 y 6 meses, que cerraron con leves subas. Esta calma se transmitió también a los bonos de los mercados emergentes, con una suba de 0,7%. Lo propio ocurrió con los bonos de alto rendimiento (1,3%) y los de mayor calidad (0,6%), aunque los que más avance marcaron fueron los bonos de alto rendimiento de EE.UU (1,7%). 

Un respiro para Wall Street. Luego de registrar su peor semana desde el inicio de la pandemia, Wall Street logró finalmente cerrar al alza, con el Nasdaq marcando la mayor suba semanal (7,3%), seguido por el S&P 500 (6,6%) y el Dow Jones (5,5%). Esto fue condicionado por una fuerte caída en la volatilidad, lo que llevó al índice VIX a retroceder 4 puntos, hasta los 27,2. 10 de los 11 sectores que componen el S&P lograron rendimientos positivos, encabezados por el de salud (7,8%) y el de consumo discrecional (8%). Este último fue principalmente impulsado por Tesla (15,3%), luego de que su CEO, Elon Musk, indique que la compañía mantiene una fuerte demanda de sus productos a pesar de la suba de precios, y que se espera que esto se mantenga en los próximos meses. El único sector que cerró en terreno negativo fue el energético (-2,6%), afectado principalmente por la caída en los precios del gas y del petróleo. Cabe destacar también la suba de 18,1% que marcó el sector de innovación, medido en el ETF ARKK, uno de los más golpeados en el año, ya que aún acumula una caída de 51%. 

Latam pierde brillo. Este leve optimismo impactó también a nivel global, con el ETF ACWI avanzando un 5,3% durante la semana previa. Lo mismo ocurrió en Europa (3,7%) y en los países emergentes (2,5%). Sin embargo, Latam se diferenció, al caer 2,1% en la semana (Colombia marcó una caída de 12% tras el triunfo de Petro), estirando la pérdida del mes a 20%. De esta manera, el índice latinoamericano, que supo acumular una suba de 30% hasta principios de abril, desde entonces viene en caída libre, reduciendo la ganancia en lo que va de año a apenas 3%. 

Local

Otra semana negativa para los activos argentinos. El marcado deterioro fiscal y de las reservas internacionales incrementan la incertidumbre sobre la salud de la transición. Sin chances de cumplir las metas iniciales, el FMI modificó los objetivos trimestrales, aunque dejó sin cambios las metas anuales. Pese a estos cambios, su cumplimiento sigue resultando muy difícil si el gobierno no da señales concretas de cambios en la política fiscal. La segmentación en las tarifas de servicios públicos – medida del gobierno para reducir la carga de subsidios – no es suficiente para cambiar una dinámica en la que el gasto crece muy por encima de los ingresos. Con este marco, continuó el rescate de fondos en Fondos Comunes de Inversión, los bonos en pesos continuaron en baja, el riesgo país alcanzó un nuevo récord posreestructuración y el Merval volvió a retroceder.

Deterioro fiscal. Pese al compromiso asumido con el FMI, las cuentas públicas siguen empeorando de la mano de la fuerte aceleración del gasto. Concretamente, el resultado primario registró en mayo un déficit de $162.400 M, que contrasta con el superávit de $25.000 M de mayo del año pasado. Considerando el pago de intereses, el déficit global llegó a $230.000 M, casi 4 veces superior al mismo registro año atrás. Esto obedeció a que el gasto primario creció al 88% i.a., mientras que los ingresos lo hicieron al 59% i.a. Con este resultado, en los primeros cinco meses del año el déficit primario llegó a 0,6% del PBI ($430.000 M) y el déficit global a 1,2% del PBI ($835.000 M). Si se excluyen los ingresos por rentas de emisiones primarias, que corresponden a 0,5% del PBI ($285.000 M) – una operación que está avalada por el FMI pero que carece de sentido macroeconómico –, el rojo fiscal primario llega a 1,1% del PBI, muy por encima deñ 0,2% del mismo período del año pasado. Si bien el gasto en subsidios económicos fue el que más subió (110% i.a.), el gasto primario restante lo hizo al 74% i.a., 15 pp más de lo que lo hicieron los ingresos genuinos. La meta con el FMI establece un déficit primario acumulado de $566.000 M para el primer semestre, lo que parece muy difícil de materializarse debido al mayor dinamismo de los gastos.

Caen las reservas. Debido al pago de dos cuotas de capital al FMI por USD 2.600 M, en la última semana las reservas internacionales cayeron USD 2.899 M, cerrando el viernes con un stock bruto de USD 38.004 M, en tanto que las netas quedaron en USD 1.600 M. Vale destacar que esta semana se volverían a recuperar con el desembolso previsto por el acuerdo con el FMI (USD4.000 M), por lo que las reservas netas volverían a ubicarse en torno a los USD 3.000 M, aunque muy lejos de lo pautado en el acuerdo original con el FMI. Además de los pagos de deuda, lo más relevante sigue siendo que el BCRA continuó vendiendo divisas en el mercado de cambios: en la última semana, se desprendió de USD 254 M, acumulando en el mes ventas netas por USD 500 M.

Menos oferta y más demanda. Si bien el salto del precio internacional del petróleo fue una mala noticia para el mercado cambiario, debido al déficit de la balanza comercial energética, no es el único factor determinante de la muy mala performance que presenta el mercado cambiario. De hecho, tal como lo marcó la publicación del balance cambiario, el aumento de la demanda de divisas es generalizado, especialmente en la cuenta de servicios reales que, de la mano de los mayores pagos por turismo, tarjetas de crédito y fletes, tuvo un fuerte incremento en el déficit. A esto se suma una dinámica exportadora que va perdiendo impulso, especialmente en cantidades que ya denotan caídas respecto a un año atrás. Mientras tanto, las importaciones siguen en alza y marcan una importante caída en el excedente comercial. Concretamente, en mayo el excedente comercial fue de USD 356 M (vs USD 1.700 M en mayo de 2021), acumulando en los primeros cinco meses del año un excedente de USD 3.200 M, casi la mitad de lo registrado en el mismo período del año pasado (excluyendo energía, el superávit se redujo un 15%).

Acelera el ritmo devaluatorio. Con las reservas internacionales en baja, el BCRA mantuvo el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial al 75% anualizado (TEA). En la dinámica diaria, el viernes la autoridad monetaria devaluó al 92% anualizado, por encima del 65% promedio que registró en el resto de las ruedas de la semana. Dada la caída del dólar MEP y el CCL en torno al 2%, la brecha con el tipo de cambio oficial tuvo una leve caída, llegando al 90%.

Riesgo país en 2.400 unidades. Los bonos soberanos en dólares continuaron marcando nuevos mínimos. La semana pasada cayeron 6,5%, lo que contribuye a una caída en lo que va del año del 31%. El sell-off de los soberanos no discriminó legislación, y la situación es tan crítica que el riesgo país escaló un 9,6% en la semana, alcanzando las 2.400 unidades.

Siguió la caída de bonos en pesos. Pese al canje de deuda que realizó el Tesoro para achicar el vencimiento de deuda de esta semana, la desconfianza en los instrumentos en pesos volvió a incrementarse. El rescate de los Fondos Comunes de Inversión continuó siendo importante: el patrimonio neto de los de renta fija cayó un 7% (-$58.263 M), influenciado principalmente por el segmento de fondos CER, que retrocedió un 14% (-$55.215 M), mientras que para los T+1 el retroceso semanal fue de 6,5% ($28.447 M). En este contexto, los bonos CER cayeron un 7,9% en promedio, con elevada divergencia entre el tramo corto y el largo. Mientras el tramo corto – donde suele intervenir el BCRA – cayó 1%, el largo retrocedió un 13,5%. Las LECER vinculadas con el tramo corto, por su parte, retrocedieron un 1,1%. Lo propio ocurrió con los bonos a tasa fija, que tuvieron un descenso de 5,3%. Los bonos dólar linked fueron los de mejor performance relativa, al marcar una caída de solo 0,8% (la suba de 0,9% del T2V2 compensada por la baja de 1,8% del TC23 y de 1,4% del TV24) y acumulan una pérdida del 3,3% en lo que va del mes.

El Merval no logra repuntar. A pesar del alza en el contexto internacional, el escenario local continúa afectando negativamente a las acciones argentinas. El Merval terminó la semana retrocediendo un 5,1% medido en moneda local, mientras que medido en USD CCL (GD30) la caída fue de 2,8%, ubicándose por debajo de los USD 350 – valor que no marcaba desde mayo de 2021 –. Todas las acciones que componen el panel líder terminaron la semana a la baja, con YPF (-9,9%) y Aluar (-8,8%) encabezando las caídas, al verse afectadas por el retroceso del petróleo y del aluminio. Por su parte, las empresas argentinas que cotizan como Cedears tuvieron resultados dispares, con Despegar (21,7%) y MercadoLibre (20,7%) marcando las principales subas y Adecoagro (-5%) y Vista Oil & Gas (-4,8%) las mayores caídas.

Trimestrales sí, anuales no. Sin chances de cumplir las metas del segundo trimestre, el FMI ajustó los objetivos trimestrales, aunque dejó las metas anuales sin cambios, con un déficit primario de 2,5% y un financiamiento monetario del 1% del PBI. La meta fiscal de déficit acumulado para la primera mitad del año se elevó de $567.000 M a $874.000 M (como comentamos anteriormente, hasta mayo fue de $434.000 MM incluyendo la “ayuda” de rentas por colocaciones de títulos por $285.000 MM). La meta de reservas internacionales se redujo en USD 650 M para finales de junio – de USD4.100 M a USD3.450 M –, mientras que la emisión monetaria máxima del BCRA para asistir al Tesoro trepa de $438.500 M a $475.800 M.

Lo que viene
Internacional

En un contexto de alta volatilidad y tasas en alza, las miradas de la semana se posan sobre las nuevas declaraciones del presidente de la FED, Jerome Powell, y de su par del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, luego de conocerse el IPC de la zona del euro el último viernes. A esto se le suma una nueva reunión mensual de la OPEP+, aunque no se espera que la entidad modifique su plan de producción establecido el mes anterior.

Entre los datos económicos, se destaca la publicación del índice de precios del gasto de consumo personal (PCE) de mayo, que no se espera que supere fuertemente el dato de abril de 0,2% m/m. Por su parte, el gasto personal se pronostica en 0,5% m/m (vs 0,9% m/m es abril). Este es un índice analizado por la FED, por lo que un resultado inesperado podría volver a sacudir a los mercados.

A su vez, se publicará el dato final del PBI del 1Q22, donde se espera una caída de 1,5%, igualando así los avances ya publicados.

Local

Lo más importante de la semana sucederá mañana cuando el Tesoro realice la última licitación del mes, en la que deberá refinanciar un vencimiento de deuda en pesos por $258.000 M. Con un mercado cambiario tensionado, el foco estará puesto en las medidas del BCRA junto al Ministerio de Producción para reducir la demanda de divisas por importaciones.

Por el lado de datos económicos, conoceremos el EMAE correspondiente a abril y, hacia el cierre de la semana, la recaudación tributaria de junio. También se conocerán las primeras estimaciones privadas de inflación de junio, donde nuestras proyecciones apuntan a un alza en torno al 5,3% m/m.