¿Qué pasó?
Local
Los activos argentinos tuvieron una tregua en la última semana, aunque no alcanzó para evitar que junio cierre con fuertes pérdidas. Sin señales de moderación fiscal ni de un plan económico consistente, los instrumentos locales sufren las consecuencias. Para evitar un ajuste cambiario abrupto y desordenado, el gobierno volvió a endurecer el control de cambios. Si bien ganó tiempo y recuperó reservas, de no mediar cambios de fondo, la actividad económica tendrá una fuerte caída en el segundo semestre.
Más cepo. Ante la fuerte y peligrosa tendencia que venía marcando el mercado cambiario y las reservas internacionales, el gobierno decidió afianzar el camino hacia una mayor represión financiera con el fin de evitar un salto discreto en el tipo de cambio. Así, en la última semana endureció aún más el control de cambios sobre las importaciones (Comunicación A 7532 y A 7535), en la que limita el acceso al mercado oficial a los importadores de bienes. No es la primera vez que el gobierno elige este camino, ni mucho menos el último. Estas medidas se suman a la liquidación del agro, que permitió que el BCRA revierta la tendencia que venía mostrando en el mercado cambiario hasta la tercera semana de junio (acumulaba ventas netas por USD 584 M) y compre USD 1.500 M en las últimas 4 ruedas de junio, cerrando junio con un saldo favorable de USD 920 M.
Suben las reservas. Con la compra de divisas en el mercado de cambios y el desembolso del FMI, las reservas internacionales subieron en USD 4.586 M, cerrando la semana con un stock bruto de USD 42.874 M. Estas operaciones, en conjunto con la reducción de encajes en moneda extranjera, permitieron que el stock de reservas internacionales netas cierre junio en torno a USD 4.800 M (aunque no tenemos los números cerrados). De acuerdo al gobierno, el stock llegó a los USD 5.000 M, y esto le permitió cumplir la meta de reservas internacionales establecida en el acuerdo con el FMI.
El Tesoro refinanció los vencimientos de junio. En la última licitación de junio, en la que vencían $243.000 M, el Tesoro logró colocar $255.000 M. La misma estuvo caracterizada por los instrumentos cortos (el 85% de lo colocado vence en lo que queda del año, donde predominaron los instrumentos CER), y el otro 15% fue colocado en un bono dollar linked que vence en abril de 2023. Con lo realizado en la semana, en conjunto con el canje y lo hecho en la primera ventana, el Tesoro cerró junio con una tasa de refinanciamiento del 116%. De esta manera, la tasa de rollover del primer semestre queda en 121%, pero con un comportamiento muy dispar respecto al 1Q22, en el que la tasa de renovación fue del 150%, mientras que en el 2Q22 fue de apenas 102%. La emisión de nueva deuda en dicho período es de $670 MM. Para el segundo semestre, el Tesoro deberá afrontar vencimientos por $4,14 billones.
Moderó la devaluación. Con las mayores restricciones para operar en el mercado cambiario oficial, el BCRA aprovechó para moderar el ritmo de devaluación del dólar oficial, del 75% al 65%, en la última semana. Con este resultado, en junio el tipo de cambio oficial marcó un alza de 4,2% m/m, al igual que en mayo, acumulando en los últimos doce meses una suba del 31%, 30 pp menos que la inflación.
Subió la brecha. Como consecuencia de la desconfianza sobre la curva pesos – y a lo que pueda ocurrir con el tipo oficial –, los tipos de cambio financieros volvieron a mostrarse demandados. En la semana, el MEP subió 7,4% y cerró en $247,9, mientras que el CCL avanzó 6,7% y terminó en $252,22. Con esta performance, la brecha respecto al dólar oficial quedó en 100%. Los movimientos observados durante las últimas semanas hicieron que, en el mes, el MEP y el CCL subieran 20%, lo que explica gran parte de lo que avanzaron durante el año (25%).
Mejoraron los bonos soberanos en dólares. Los bonos soberanos interrumpieron la caída que venían mostrando a lo largo de todo junio y cerraron la semana con suba promedio de 3,3% para los de legislación local y de 1,4% para los de legislación NY. Pese a esta mejora, el balance mensual dejó un retroceso promedio de 16,5%. El pesimismo llegó a un punto tan crítico que vimos al AL30 cotizando en USD 19. En consecuencia, el riesgo país llegó a superar las 2.500 unidades, para luego volver a ubicarse debajo de los 2.400 puntos hacia final de la semana.
Siguió la caída en los Fondos Comunes de Inversión. La dinámica de los FCI dejó un saldo negativo semanal de $114,585 M, explicado en gran parte por los retiros en fondos money market por $72.072 M, complementados por la salida de $7.727 M en fondos T+1 y de $39.745 M en fondos de renta fija. El mes cerró con una caída de $294.000 M, donde se destacó la caída de 26% en los fondos T+1 – compuestos en su mayoría por letras del Tesoro – y de 32% en fondos CER.
Recuperaron los bonos CER. Los bonos ajustables por CER cerraron la semana con un avance del 5,1%. Como viene siendo habitual, la recuperación vino de la mano del sector público, con intervenciones del BCRA. La particularidad fue el impulso que tuvieron el TX24 y el T2X4, que subieron 12% y 11% respectivamente (lo mismo ocurrió con las LECER de abril y mayo de 2023). Pese a esta mejora, a raíz de los retiros que tuvieron los FCI en pesos, la curva CER presentó en junio una caída del 12%, con excepciones en el T2X2 (+3,8%) y el TX23 (+0,4%). Beneficiadas por la dinámica cortoplacista del mercado, las LECER pudieron sortear el escenario pesimista con avances del 2,2%.
Los bonos dollar linked fueron los ganadores del mes. Si bien el retiro de FCI fue una pesada mochila para la curva de pesos, ante la fuerte tensión que tuvo el mercado cambiario a lo largo del mes, los instrumentos ajustables por tipo de cambio fueron catalizadores de este contexto. En la última semana cerraron con un alza de 3,9% y lograron terminar el mes con un alza de 0,6%. La performance no fue homogénea, dado que el T2V2 escaló 6,2%, el TV23 avanzó 0,8% y el TV24 cayó 5,2%.
El Merval se diferencia y termina al alza. El índice de acciones argentinas avanzó 9% medido en moneda local, hasta superar los 90.000 puntos, y 2,2% medido en dólar CCL, cerrando en USD 350. Todos los sectores que lo componen terminaron con subas, encabezados por el de utilidades (11,4%) y el de comunicaciones (11,3%). Entre las compañías que componen el panel líder, solo Mirgor (-1,6%) cerró a la baja, mientras que entre los ganadores se destacaron Pampa Energía (16,4%), Ternium Argentina (16,1%) y Sociedad Comercial del Plata (15,3%). Lo contrario ocurrió con las empresas que cotizan como Cedears, donde se vieron fuertemente afectadas por el contexto internacional, por lo que sslo Vista Oil & Gas terminó la semana al alza (4,6%), mientras que entre los perdedores, se destacaron Globant (-10,8%) y Mercado Libre (-10,8%).
Se fue Guzmán, entra Batakis. Tras la renuncia de Martín Guzmán, Silvina Batakis asumirá como ministra de Economía de la Nación. Hasta hoy, la flamante ministra se desempeñó como secretaria de Provincias del Ministerio del Interior y, anteriormente, fue ministra de Economía de la provincia de Buenos Aires durante la gestión de Daniel Scioli. Se define como una economista heterodoxa que defiende la planificación y la intervención del Estado en la economía. Además de recibir una economía con creciente déficit fiscal, presión en las reservas internacionales, riesgo país por encima de los 2.400 puntos y una inflación mensual en torno al 5%, uno de los primeros desafíos de la ministra será reafirmar el acuerdo con el FMI, uno de los principales legados que dejó Guzmán. Será importante también determinar cómo estará formado su gabinete, especialmente en secretarías clave como la de Presupuesto y la de Finanzas. Hasta el momento no se informaron más cambios de gabinete.
Internacional
La tregua duró poco. Con los últimos datos económicos publicados, crecen los temores de recesión y los mercados volvieron a caer. El vuelo a la calidad benefició a los bonos del Tesoro americano y estabilizó las tasas de interés, pero no fue suficiente para evitar una nueva caída de la renta variable. De esta forma, los principales índices cerraron la semana, el mes, el trimestre y el semestre con fuertes caídas, con el S&P 500 marcando el peor primer semestre desde 1970.
Apoyo del G7 a Ucrania. Tras la reunión del G7, los países anunciaron que priorizan su asistencia a Ucrania, al tiempo que impulsan nuevas sanciones a Rusia por la invasión. Mientras establecieron un aumento en la asistencia de armamentos, también plantearon poner un límite al precio del crudo y del oro provenientes de Rusia. Siendo uno de los mayores productores de ambos commodities, el objetivo sería disminuir el financiamiento hacia dicho país. Aunque aún no hay un acuerdo establecido, tal sanción podría impulsar fuertemente el precio de ambos commodities, ante el temor de un mayor desabastecimiento a nivel global.
Commodities volátiles. La volatilidad continúa marcando a los commodities, esta vez ante novedades respecto a nuevas sanciones a Rusia. A pesar de que el petróleo comenzó la semana a la baja, las preocupaciones por una caída en la oferta lo hicieron cerrar en terreno alcista (0,8%), aunque aún acumula una caída de 5,2% en el último mes. Los metales también avanzaron durante la última jornada de la semana, aunque no lograron revertir el camino, con el oro cayendo 0,9%. Por su lado, los commodities agrícolas cerraron con una fuerte contracción, ante la preocupación de que una mayor recesión impacte en la demanda de los mismos.
Se reactiva la economía china. La reapertura de China ante la caída en los contagios permite que mejoren los indicadores económicos. El PMI manufacturero de Caixin, sin mostrar un fuerte impulso, resultó en 51,7 puntos, por encima de las expectativas y del mes previo. A su vez, los beneficios industriales también sorprendieron positivamente, a pesar de aún ubicarse en terreno negativo. Esto permitió que el gigante asiático mejore sus expectativas de crecimiento y no se vea tan afectado por el contexto internacional, lo que llevó a su índice a mantenerse sin variaciones respecto a la semana previa.
Políticas monetarias más restrictivas. Luego de establecer políticas monetarias más agresivas, la mira estuvo puesta en las declaraciones de los presidentes de la FED, del BCE y del Banco de Inglaterra. En un intento por calmar la incertidumbre, Jerome Powell – presidente de la FED – defendió la idea de que el peor error que podría cometer la FED sería dejar actuar la suba de precios en sus niveles actuales. A su vez, aclaró que la economía norteamericana aún muestra un margen para que la entidad suba las tasas sin caer en una recesión. Lo mismo destacó Christine Lagarde, presidente del Banco Central Europeo, aclarando que la entidad aún puede profundizar la suba de tasas sin provocar una recesión en la zona del euro. Sin embargo, sus comentarios no despertaron el optimismo de los mercados, que cerraron nuevamente una semana bajista.
Cae la confianza. Reafirmando lo que había marcado la Universidad de Michigan, en la semana se publicó el dato de confianza del consumidor de The Conference Board (analiza las perspectivas del consumidor respecto al crecimiento económico), que resultó en 98,7, vs expectativas de 100,4 – y 103,2 en mayo –. El dato fue el más bajo desde febrero de 2021, y la principal caída del índice se observó en las expectativas a corto plazo sobre las condiciones de ingresos, los negocios y el mercado laboral. Esto se condice con la preocupación que están teniendo los consumidores por la caída en sus salarios nominales, al tiempo que proyectan cada vez con más probabilidades una desaceleración económica.
Cae la actividad y asoma la recesión. Se publicó el PBI del 1Q22, que resultó en una contracción de 1,6% t/t. A pesar de que esto igualó los adelantos ya publicados, la sorpresa estuvo en las ventas, que marcaron una caída de 1,2% t/t (vs estimaciones de -0,5% t/t). La corrección le dio un menor impulso al consumo y a la inversión. Siguiendo esta tendencia, en mayo el gasto personal cayó 0,2% m/m (vs 0,6% m/m en abril y expectativas de 0,4% m/m). Estos resultados se condicionaron con la preocupación que continúan mostrando los consumidores, lo que impacta directamente en el consumo y profundiza la caída en las ventas, además de provocar un mayor retroceso de los mercados. Además, se sumó la publicación del PCE – índice preferido de la FED para seguir la inflación –, que avanzó un 0,6% m/m en mayo, hasta alcanzar un 6,3% i.a., cada vez más lejano del 4,3% i.a. que pronosticó la FED para este año. Sin embargo, resultó una buena señal que el PCE core marque un alza de sólo 0,3% m/m, levemente por debajo de las expectativas, e inferior a lo que había marcado el IPC. Con este marco de fondo, la Reserva Federal de Atlanta actualizó su proyección de crecimiento del 2Q22 a una contracción de 2,1% t/t (de cumplirse, la economía americana habría ingresado en recesión)
“Flight to Quality”. El mercado de renta fija fue el mayor ganador de la semana, luego de que la incertidumbre hiciera migrar a los inversores a activos menos riesgosos. De esta manera, la USD10YR retrocedió 22 pb, llegando a 2,9%, valor que no tocaba desde fines de mayo. A excepción de los plazos 3 y 6 meses, este retroceso se observó en todos los plazos de la curva de rendimientos, lo que muestra que los mercados están empezando a preocuparse más por la desaceleración que por la inflación en el corto plazo. Mientras los bonos de los mercados emergentes cerraron casi sin variaciones, los de alto rendimiento terminaron con una caída en su precio de 1,4%. Los beneficiados fueron los de alta calidad, que tuvieron una suba de 0,9% en su precio dada su menor incertidumbre respecto a los dos previos.
Peor primer semestre en los últimos 50 años. La incertidumbre volvió a golpear a la renta variable, llevando a los tres principales índices a terreno negativo en la última semana del mes: Nasdaq -4,2%, S&P 500 -2,3% y Dow Jones -1,3%. De esta forma, los tres marcaron su segundo trimestre consecutivo a la baja, además de su peor primer semestre de los últimos 50 años, con caídas respectivas en lo que va del año de 29,1%, 19,7% y 14,4%. Entre los sectores, el de utilidades marcó la mayor suba semanal (4,1%), seguido por el energético (1,4%) – beneficiado por la suba del petróleo –. 7 de los 11 que componen el S&P cerraron en rojo, encabezados por el de consumo discrecional (-4,7%) y el tecnológico (-4,5%).
Primer semestre para el olvido a nivel mundial. El índice global ACWI volvió a marcar una caída semanal (-2,1%), que se sumó al retroceso de 20,1% que exhibe en lo que va del año. Tanto los mercados emergentes como los de Europa y Latam transitaron el mismo camino, al caer 2%, 2,3% y 0,9% respectivamente en la semana, y retrocediendo un promedio de 20% YTD. En la región de América Latina, solo Colombia terminó avanzando (0,4%), mientras que países como Chile (-2,2%), México (-1,8%) y Brasil (-0,5%) cerraron en negativo.
Lo que viene
Local
Las miradas estarán puestas en las nuevas medidas que podría lanzar la nueva ministra de Economía y, en particular, en las señales alrededor del tipo de cambio oficial y el acuerdo con el FMI. El foco de atención de este lunes también caerá sobre la reacción del mercado secundario que, a primera impresión, desembocaría en una mayor venta de instrumentos en pesos y más demanda de los tipos de cambio financieros.
Además, llegarán las primeras estimaciones privadas de inflación de junio, que esperamos en torno al 5,5%. En cuanto a publicación de datos, el jueves se publicará el Informe Monetario Mensual, y el viernes se conocerá un nuevo informe del REM, que podría traer nuevos ajustes en materia de inflación tras el aumento de emisión.
Internacional
Con el mercado americano cerrado este lunes por el día de la independencia, la mira de la semana estará puesta en el dato de creación de empleo y desempleo de EE.UU de junio, que se publicará el próximo viernes.
A su vez, se publicarán los datos de PMI de servicios y manufacturero, que se pronostican sin grandes variaciones respecto a mayo. Los inversores continuarán expectantes a estos datos, dado que una fuerte caída implicaría una desaceleración de la actividad económica durante el último mes.
También se conocerán las actas de la última reunión de la FED: los inversores estarán a la espera de nuevas novedades sobre la reunión de julio, donde ya se pronostica con un 93% una suba de por lo menos 75 pb.