¿Qué pasó?
Internacional
Buena semana para los mercados. A diferencia de lo ocurrido en las semanas previas, los datos publicados superaron las expectativas y, con ello, ganó espacio la idea de un soft landing del nivel de actividad. La contracara es que esto le reduce espacio a la FED para moderar el camino de ajuste monetario, por lo que las tasas de interés volvieron a subir. Con este marco, los principales índices de renta variable operaron al alza, impulsados por las empresas tecnológicas, mientras que los bonos tuvieron un comportamiento mixto, con los del Tesoro ajustando y los corporativos recuperando terreno.
Ajustan los commodities. El petróleo tuvo una semana volátil y, ante las perspectivas de menor impulso de la demanda global, marcó una caída de 3,4%, quedando muy cerca de los USD 100. Sin embargo, la mira continúa puesta en las nuevas medidas contra Rusia que podría tomar la Unión Europea , lo que volvería a impulsar el precio de los commodities energéticos. Los commodites restantes tuvieron la misma performance, especialmente los metales, que cayeron 1,5%, con el oro ajustando 3,8% y el cobre 2,4%.
La FED se enfoca en la inflación. En las minutas de la reunión llevada a cabo el 14 y 15 de junio, la FED destacó que le teme más a la inflación que a la recesión, por lo que podría adoptar una política más rígida en caso de que los precios no aminoren su marcha. Al respecto, reconocieron que converger a la inflación de 2% puede llevar más tiempo de lo esperado. La buena noticia es que los miembros no ven signos evidentes de recesión.
El mercado laboral se mantiene fuerte. La principal noticia de la semana fue la publicación de los indicadores de empleo de junio. La creación de empleo no agrícola superó las expectativas, al marcar 372 mil nuevos puestos de trabajo, en línea con la dinámica de los meses anteriores, reflejo de que el mercado laboral se mantiene pujante. Mejor aún fue la performance del empleo privado, que generó 381 mil nuevos puestos – la marca más alta desde marzo –, con el impulso de una mayor demanda en el sector de servicios, que aportó 333 mil nuevos puestos – 50 mil más que en mayo –. La mala nota la dio el empleo agrícola, que se redujo en 683 mil empleos, por lo que el empleo total cayó en 315 mil personas. Considerando que la población económicamente activa se redujo en 353 mil personas, la tasa de desempleo se mantuvo en 3,6% por cuarto mes consecutivo.
Menor déficit comercial. La balanza comercial de mayo marcó un déficit de 85,5 MM, levemente por debajo de los USD 86,7 MM de abril, aunque casi 30% superior al del mismo mes del año pasado. Las exportaciones subieron 1,2% m/m y las importaciones 0.6% m/m. El alza de las exportaciones se explicó por la suba de precios dado que, a precios constantes, marcaron una caída de 1,3% m/m, mientras que las importaciones cayeron 0,7% m/m.
La corrección no alcanza. Si bien el PMI continuó marcando desaceleración de la actividad, la estimación final de junio tuvo una leve corrección al alza. El PMI de servicios cerró en 52,7 puntos, contra 53,4 puntos de mayo, aunque por encima de los 51,6 puntos que había marcado el preliminar. Con este resultado, el PMI compuesto cerró en 52,3 puntos, contra los 53,6 puntos de mayo y los 51,2 de la estimación inicial. Con todo estos indicadores, el nowcast del PBI del 2Q22 de Atlanta Fed arroja una caída de 1,2%, algo mejor que la estimación de la semana previa, que marcaba una contracción del 2%. De cumplirse esta estimación, la economía americana habría entrado en una fase recesiva.
Bonos mixtos. El contexto más optimista de la última semana llevó a una caída en la demanda de bonos del Tesoro, dada la leve caída en la aversión al riesgo. De esta forma, todos los tramos de la curva de rendimientos terminaron al alza respecto a la semana previa, con la USD10Y avanzando 20 pb hasta volver a marcar 3,1%. Con esto, los bonos del Tesoro americano tuvieron una caída semanal de 1,3%, en tanto que los bonos corporativos Investment Grade y de alto rendimiento avanzaron 0,7% y 1,2% respectivamente. Los bonos de mercados emergentes, por su parte, cerraron con una caída semanal de 1,8% en sus precios.
Mejoran las acciones. Los principales índices norteamericanos operaron al alza. Mientras el índice Nasdaq se diferenció, al avanzar un 4,7%, el S&P 500 y el Dow Jones ascendieron 1,9% y 0,8% respectivamente. La razón fue la gran suba que marcó el sector tecnológico (4,3%) y el de consumo discrecional (4,5%), al verse beneficiados por una visión más optimista del crecimiento económico. Esto llevó a que los mencionados sectores sean los principales ganadores de la última semana, mientras que en el lado opuesto se ubicaron el de utilidades (-2,8%) y el energético (-2,2%). Cabe destacar también la suba de 13,7% que marcó el sector de innovación disruptiva, logrando así un avance de 1,9% durante el último mes.
Rebote de casos en China en la mira. La semana pasada se dio a conocer que distintas ciudades chinas, entre las que se destacó Xi’an, mostraron un leve rebrote de COVID-19. A pesar de no ser ciudades de tamaño significativo, esto puso en alerta a los mercados, dada la política “cero COVID” que suele implementar el país. Por esto, a pesar de que China presentó datos de la industria que superaron las expectativas (el PMI de servicios resultó en 54,5, vs 49,7 esperados), el índice chino terminó retrocediendo un 0,6% en la última semana.
Brasil se destacó. Los datos optimistas del informe de empleo de EE.UU impulsaron al mundo, con el índice MSCI avanzando un 1,1%. Sin embargo, los resultados fueron dispares, ya que mientras la eurozona retrocedió un 1%, los mercados emergentes y Latinoamérica terminaron avanzando un 0,6% y 0,4% respectivamente. En cuanto a esta última zona, se destacó la suba de Brasil (1,6%), siendo así el principal impulsor de la región, luego de que el real avance un 1% ante los datos de empleo norteamericano publicados el viernes.
Local
Mal inicio para Silvina Batakis. A la incertidumbre local se le sumó la caída de los precios de los commodities y la apreciación del dólar, poniendo más presión sobre los desequilibrios macroeconómicos que debe afrontar su gestión. Pese al mayor control de cambios, el BCRA volvió a vender divisas, las reservas cayeron y la brecha cambiaria se disparó de nuevo. Con este marco de fondo, el riesgo país continuó escalando, aunque los bonos en moneda local y el Merval tuvieron una tregua y cerraron la semana al alza.
Mal debut para Batakis. No fue un buen arranque para la flamante ministra de economía Silvina Batakis. Con un frente interno que marca una extrema fragilidad, sin apoyo político relevante y con dificultades para armar su propio gabinete (recién al cierre de la semana lo conformó), su designación generó más dudas que certezas. Por el momento, la ministra se muestra como una continuidad de la gestión anterior: planteó la necesidad de tener cuentas públicas equilibradas – aunque no dio ninguna pista de cómo lograrlo –, avanzar con la segmentación de tarifas y mantener el acuerdo con el FMI. No anunció medidas relevantes, aunque dio a entender que no estudian nuevos impuestos ni nuevos gastos – como el salario básico universal que exige la vicepresidenta –, al tiempo que cree que el acuerdo con el FMI debe ser revisado.
Caen las reservas. El mercado cambiario volvió a la “normalidad”: en la última semana, el BCRA vendió fuerte con el fin de evitar un ajuste mayor en el tipo de cambio oficial. Además, dejó en claro que lo ocurrido en los últimos días de junio, cuando compró gran cantidad de divisas – más de USD 1.500 M –, tuvo que ver con una cuestión transitoria y con un fuerte ajuste a la demanda. Concretamente, entre el 4 y 8 de julio el BCRA vendió USD 549 M, acumulando en lo que va de julio ventas netas por USD 750 M. Este resultado se explicó por la menor liquidación del agro (la oferta fue de USD 698 M, vs USD 990 M de la semana previa) y un salto en la demanda – probablemente explicada por los pagos por importaciones de bienes denegados en los últimos días del mes pasado –. Adicionalmente, se pagó una nueva cuota con FMI por USD 1.200 M, además de USD 420 M por el pago de intereses de bonos globales, que fueron compensados en parte por el alza en los encajes en moneda extranjera. De esta manera, las reservas internacionales cayeron en USD 1.907 M, cerrando la semana con un stock bruto de USD 40.451 M, mientras que las netas quedaron en torno a los USD 3.200 M.
Se complica el contexto global. Si bien la economía global venía jugando a favor, por el alza de los precios de las materias primas y la apreciación del real brasileño, en las últimas semanas el contexto internacional comenzó a jugar en contra. Si bien marca una fuerte volatilidad, en la última semana las cotizaciones de las materias primas ajustaron. Esto se reflejó en el índice de precios de materias primas (IPMP), que cayó 0,9% en la última semana, acumulando una pérdida de 8% en el último mes. Al mismo tiempo, con el fortalecimiento del dólar a nivel global – y contra las monedas latinoamericanas en particular –, el tipo de cambio real multilateral perdió 0,8% en la semana y 4% en el último mes.
Si disparó la brecha. Si bien el BCRA aceleró el ritmo de devaluación del tipo de cambio oficial al 75% anualizado – desde el 65% de la semana anterior –, la novedad de la semana pasó por el salto que tuvieron el dólar MEP (cerró en $286) y el CCL (cerró en $300), que subieron 15% y 17% respectivamente. De esta forma, la brecha cambiaria superó el 130%, nuevo récord desde la década del 80’.
Suben los pasivos monetarios. Además de perder activos de reservas internacionales, el BCRA viene aumentando aceleradamente sus pasivos monetarios debido a la creciente necesidad de asistencia financiera al Tesoro, no solo para cubrir los flujos de caja, sino también por la intervención en la compra de títulos en moneda local para darle soporte a las cotizaciones. Concretamente, en junio y en la primera semana de julio emitió casi $1.370 MM para estas operaciones. De este total, esterilizó $957.000 MM.
Riesgo país sin techo. La incertidumbre política, la tensión económica local y la ausencia de un contexto global favorable fueron determinantes para que los bonos soberanos en dólares sigan registrando nuevos mínimos. En promedio, marcaron una caída semanal de 12,4%, donde los ley local cayeron 15% y los ley NY 10%. Con esta performance, el riesgo país subió 11,5% en la semana y cerró en 2.648 pb, nuevo récord desde la reestructuración.
Mejoran los flujos de los Fondos Comunes de Inversión. La dinámica de los FCI se recuperó en los últimos tres días, dejando un saldo favorable de $23.630 M, de la mano del alza de $111.652 M en los fondos de money market, en tanto que continuaron los rescates de los fondos t+1 y CER, por $26.410 M y $70.133 M respectivamente.
Se recuperaron los bonos en pesos. Los bonos ajustables por CER continuaron la recuperación que habían mostrado en los últimos días de junio y cerraron la semana con un avance del 6,1%, acumulando desde el 24 de junio un alza de 15% – aunque quedaron 5 pp por debajo del nivel de fines de mayo –. El mayor impulso provino de los bonos largos, que subieron un 8% en promedio. Los bonos ajustables por tipo de cambio, por su parte, tuvieron una ganancia promedio de 1,6% en la semana y de 5,7% en los últimos 15 días.
El Merval superó los 100.000 puntos. En una semana marcada por la volatilidad, el índice Merval se vio favorecido por la mayor liquidez de pesos en el mercado y subió 17,5% en moneda local. Sin embargo, dada la suba del CCL, terminó con una caída de 1,5% valuado en moneda extranjera. Todas las acciones que componen el panel líder terminaron con resultados positivos, con Central Puerto (24,7%) y Banco de Valores (22,5%) marcando las mayores subas semanales. Por su parte, las compañías que cotizan como ADRs terminaron dispares, afectadas tanto por el escenario local como por el internacional. Mientras Mercado Libre (7,4%) y Globant (6,8%) marcaron las mayores subas, Vista Oil & Gas (-7,4%) presentó la mayor caída de la semana.
Deterioro en las expectativas. Previo a la salida de Martín Guzmán, el consenso de analistas ya marcaba un deterioro en las expectativas. La inflación prevista para este año subió a 76% (vs 72% el mes pasado) y la de 2023 a 66% (vs 59% en mayo). Además, no se vieron grandes cambios respecto a las demás variables. Estimamos que estas estimaciones quedaron desactualizadas a raíz de los acontecimientos de la última semana, por lo que esperamos que tengan una fuerte corrección al alza (la inflación de 2022 muy por encima del 80% y el tipo de cambio más alto).
Lo que viene
Internacional
La mira estará puesta en los datos de inflación de EE.UU de junio, que se darán a conocer el próximo miércoles. El consenso espera un 1,1% m/m (vs 1% m/m en mayo), lo que llevaría a un 8,8% i.a. En caso de materializarse, se alcanzaría un nuevo máximo de los últimos 40 años. Sin embargo, el IPC subyacente se estima en 0,5% m/m y 5,8% i.a., lo que podría generar alivio, ya que sería su cuarto mes consecutivo a la baja – desde 6% i.a. –.
También será importante el índice de precios mayoristas IPP de junio, para el que se espera un alza de 0,8% m/m y 10,7% i.a. Por el lado de las empresas, comienza la temporada de balances del 2Q22, en el que el mercado espera un crecimiento de 5.7% i.a. de las ganancias (vs 9.4% i.a. que había marcado el 1Q22). Entre las empresas que publicarán sus datos, se destacan PepsiCo, Delta Air Lines, JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Wells Fargo y el Citigroup.
Local
La semana arranca con el anuncio de nuevas medidas por parte del ministerio de economía. Será importante ver el alcance de las mismas en un contexto de extrema fragilidad y tensión cambiaria. En cuanto a los datos económicos, lo más importante pasará la publicación del IPC nacional de junio, en el que seguimos esperando un alza en torno a 5,3% y 5,5% (el IPC de la Ciudad de Buenos Aires marcó 5,1% para la inflación general y 4,8% para la core).
Más allá de este dato, lo más importante pasará por el ajuste en las estimaciones de inflación para el mes de julio (se espera un piso muy por encima del 6%) y para todo el segundo semestre, donde se eleva la inflación prevista para este año a una cifra mayor al 80%.