¿Qué pasó?
Internacional
La FED no cedió: volvió a subir las tasas 75 pb y pronosticó mayores subas hasta el año que viene. También ajustó su pronóstico económico en el que redujo notablemente el crecimiento de PBI para este año y para 2023. Las tasas de interés alcanzaron el nivel más alto desde la crisis de 2008, el dólar continuó fortaleciéndose y los commodities registraron fuertes caídas. Bonos y acciones tuvieron otra semana para el olvido, profundizando las pérdidas que venían marcando las semanas previas. A las preocupaciones por la inflación y la actividad global también se sumaron tensiones geopolíticas en Europa y en China. La mira de esta semana estará puesta en las nuevas declaraciones de miembros de la FED como también en el nuevo dato de índice de precios PCE.
Tasas sin freno. La FED volvió a elevar la tasa de referencia en 75 pb hasta 3,25%, el nivel más alto de los últimos 15 años. De esta manera, siendo la tercera suba consecutiva de esta magnitud, en lo que va del año acumula un alza de 3 pp haciendo del actual ciclo de suba de tasas como el más agresivo desde 1981. A su vez, Jerome Powell enfatizó la postura de la entidad indicando que la política monetaria se mantendrá contractiva en la medida en que no desacelere hasta su nivel target de 2%. Cabe destacar que esta postura se extiende a nivel global ya que los bancos centrales de Reino Unido, Noruega y Suiza también anunciaron subas de tasas de entre 50 pb y 75 pb. De esta manera, los principales bancos centrales se muestran en línea con la política de controlar la inflación a costa de impactar negativamente en el crecimiento económico.
Tasas más altas y menor crecimiento. Junto con la suba de tasas, la FED presentó su proyección de variables macroeconómicas donde la mayor sorpresa fueron las estimaciones de tasas que finalizarían el año en 4,4% –vs. dato de julio de 3,4%–. A esta corrección se le suma que las tasas para el 2023 se mantendrían en 4,6%, desestimando así un recorte para el año siguiente, y recién retrocederían en 2024 hasta 3,9%. En línea con este análisis, la FED espera que la inflación general de 2022 finalice en 5,4% i.a. –vs. 5,2%i.a. en junio– y retroceda hasta 2,8% en 2023. Para la inflación Core, estima que este año finalice en 4,5% i.a. y 3,1% en 2023. Cabe destacar que para que este escenario se cumpla, dada la dinámica actual que presentan los precios, implicaría una caída abrupta de la inflación lo cual parece tener baja probabilidad. Por esta razón, podría llevar a necesitar una mayor suba de tasas para el año siguiente. Otro dato a destacar fue el fuerte recorte en el crecimiento de PBI de este año, que se redujo de 1,7% a apenas 0,2%, en tanto que para 2023 y 2024 se estima un alza del PBI de 1,2% y 1,7%. Ante este escenario, el pronóstico del mercado laboral también tuvo su ajuste, llevando a un desempleo de 3,8% en el 2022 y de 4,4% en 2023 – vs. 3,7% y 3,9% publicados en junio–.
Avanza el PMI de EE.UU. pero decepciona el europeo. El PMI manufacturero y el de servicios de EE.UU resultaron en 51,8 y 49,2 puntos, logrando en ambos casos superar tanto a las expectativas (de 51,1 y 45 puntos) como al dato previo (51,5 y 43,7). Peor fue el resultado en Europa, donde los PMI no lograron alcanzar las expectativas, lo que terminó arrastrando a todos los mercados a pesar de la sorpresa en los PMI norteamericanos. Mientras que el PMI de servicios se ubicó en 48,9 puntos, el manufacturero lo hizo en 48,5 (vs. expectativas de 49 y 48,7). El aumento en los costos del gas continúa impactando negativamente en la actividad económica de Europa, lo que evita que disminuya la suba de precios a pesar de las medidas que ya empezó a tomar el BCE. La preocupación respecto a una recesión cada vez más posible en la región europea terminó por hundir a los mercados globales en la última jornada de la semana.
Tasas sin techo. La suba de tasas de la FED, sumada a las débiles proyecciones, golpeó fuertemente a la curva de bonos del Tesoro, llevando a las tasas a alcanzar nuevos máximos a lo largo de la semana. Mientras que la USD10YR cerró en 3,68% –vs 3,45% la semana previa–, la USD2YR marcó un nuevo máximo desde el 2007 al alcanzar 4,2%. Este aumento en el spread demuestra que las expectativas aún proyectan una marcada inflación en el corto plazo mientras que para el largo continúa esperándose una desaceleración prolongada de la actividad económica. Esto impactó también en los bonos de alto rendimiento y de mayor calidad, los cuales cerraron con caídas semanales en sus precios de 2,8% y 2,1% respectivamente. Por su parte, el aumento de suba de tasas golpeó también a los mercados emergentes, que terminaron con una caída de 2,7% acumulando así un retroceso de 6,1% en el último mes.
Acciones sin piso. Luego de una semana de marcada volatilidad, los principales índices acumularon su segunda semana consecutiva a la baja con el S&P volviendo a ubicarse en bear market después de retroceder un 4,6% (-22,5% YTD). Por su parte, el Nasdaq retrocedió un 4,8% mientras que el Dow Jones lo hizo en 4%. Todos los sectores que componen al S&P se vieron afectados negativamente por los anuncios de la FED, con el de consumo discrecional (-7,3%) y el energético (-10,1%) marcando las mayores caídas de la semana. De esta forma, el sector energético viene recortando gran parte de sus ganancias acumuladas en el primer semestre, resultando en un alza de 27% en lo que va del año. Por el contrario, el ETF ARKK, que mide las industrias disruptivas, marcó una fuerte caída en la semana (-11,2%) llevándolo a perder un 60% YTD afectado tanto por el escenario más recesivo como por la fuerte suba de tasas.
Dólar imbatible. Favorecido por la postura agresiva de la FED, el dólar a nivel global marcó un nuevo récord de los últimos 20 años. Concretamente, el índice DXY alcanzó los 113 puntos en relación a la canasta de monedas comparables, lo que implica un alza de casi 18% en lo que va del año. Esto pone en una débil situación tanto al euro como al yen japonés, que acumulan caídas de 15% y 24,6% en el 2022. A pesar de la primera intervención cambiaria desde 1988 que realizó el Banco Japonés, la entidad no logró contener a la moneda, que cayó un 0,3% semanal ante una entidad que se resiste a elevar sus tasas de interés. Lo mismo ocurrió con la libra esterlina que, luego de las medidas anunciadas por el gobierno de Liz Truss contemplando reducción de impuestos, se depreció 5,4% en la semana, 7% en el mes y 25% en lo que va del año, llegando el nivel más bajo desde 1985.
Temores de recesión presionan sobre los commodities. La preocupación de una recesión volvió a sacudir al precio del crudo que retrocedió un 7,5% en la semana con el WTI cerrando en USD 78,6. A pesar de que el conflicto energético sigue latente –de hecho, Rusia indicó que enviará nuevas tropas al territorio ucraniano–, los débiles datos de actividad económica europeos terminaron por primar llevando a una nueva contracción semanal del petróleo. Por su parte, el oro marcó su mínimo de dos años luego de caer un 1,9%. El metal no logra mantener su característica de reserva de valor y continúa retrocediendo frente al fortalecimiento que sigue marcando el dólar ante el contexto actual. Respecto a las materias primas agrarias, sólo el trigo cerró la semana al alza (2,4%) ya que continúa la preocupación respecto a las sequías y a la disminución de las exportaciones provenientes de Ucrania, uno de los principales exportadores a nivel mundial.
Europa arrastra al mundo. El índice MSCI All World cayó 5,0% y anotó su segunda semana consecutiva negativa. Mientras que los mercados emergentes cayeron un 4,8%, Europa tuvo el mayor retroceso al desplomarse un 7,5% golpeada por los malos datos de actividad y el fuerte incremento en los precios mayoristas, que en el caso de Alemania subieron al 45% i.a.. Por su parte, LATAM se mantuvo sin variaciones producto de la suba que tuvo Brasil de 2,5%. A pesar de la cercanía a sus elecciones, el banco central del país anunció mantener sin variaciones sus tasas de interés, algo que no ocurría desde que la entidad inició su ajuste monetario. Esto dio como señal que Brasil podría haber llegado al final de su ajuste, lo que fue tomado con optimismo llevando a su mercado a cerrar en terreno alcista.
Local
Además de enfocarse en reducir el gasto y las importaciones, el Gobierno enfrenta el desafío de mejorar las cuentas públicas y externas en un contexto de caída de los ingresos fiscales y de las exportaciones. Si bien en septiembre tendrá un respiro por el dólar soja, en los próximos meses deberá acomodarse a un mayor déficit fiscal y de cuenta corriente que presionará sobre el tipo de cambio y las expectativas. Mientras tanto, con la liquidación del agro que siguió a todo vapor, el Banco Central continuó comprando divisas y contuvo la caída de reservas internacionales producto de los pagos al FMI. Entre los bonos en pesos, se destacaron los ajustables por tipo de cambio y por inflación en tanto que los bonos soberanos en moneda extranjera y el Merval no escaparon a la tendencia global y tuvieron una muy mala semana. El foco de los próximos días estará puesto en las medidas que adopte el Gobierno tras la finalización del dólar soja.
La desaceleración de ingresos complica la meta fiscal. Para cumplir con la meta fiscal acordada con el FMI en marzo, el gobierno nacional tendrá que acelerar la baja del gasto dado que los ingresos muestran una importante desaceleración. Concretamente, en agosto, el resultado primario –sin contar ingresos extraordinarios– marcó un déficit de 0,3% de PBI ($225.000 M), acumulando en los primeros ocho meses de 2022 un déficit de 1,8% de PBI ($1.330.000 M) levemente por encima al 1,7% PBI que había marcado en el mismo período del año pasado. Considerando el pago de intereses, el déficit global acumulado entre enero y agosto llegó a 2,9% de PBI, 0,2 pp por encima al del año pasado. Se destacó la desaceleración de los ingresos que en términos reales subieron 1% i.a. –muy por debajo al 7% i.a. que venían marcando en los siete meses anteriores–, mientras que el gasto primario, favorecido por una base de comparación elevada, cayó 3% i.a. de la mano de la caída de 15% i.a. en subsidios (determinada por la demora en los pagos). Si lo comparamos contra agosto de 2020, el gasto primario se ubica 5% por encima.
Caen las exportaciones y aumenta el déficit comercial. Pese al alza de 12% i.a. en los precios internacionales, las exportaciones cayeron 7% i.a. en agosto, la peor performance desde diciembre de 2020, cuando lo más destacado fue la caída de 17% i.a. en las cantidades. Mientras tanto, las importaciones subieron 36% i.a. debido al alza de 15% i.a. en los precios y 18% i.a. en las cantidades. Con este comportamiento, el saldo comercial del mes marcó un déficit de USD 300 M, siendo el tercer resultado mensual negativo consecutivo. En lo que va del año, el superávit comercial llega a sólo USD 2.193 M, muy por debajo de los USD 10.655 M que había marcado en el mismo período del año pasado.
Agro liquida más de lo esperado. Pese a la tensión que se generó al inicio de la semana con la normativa del BCRA de limitar el acceso al MEP y CCL a las empresas que utilizaron “dólar soja”, la liquidación por este concepto no se vio afectada al registrar el ingreso por USD 1.900 M acumulando USD 5.400 M desde que comenzó el 5 de septiembre. Con esto, sumado al ingreso por otros productos no alcanzados por el programa, la liquidación del agro total en lo que va del mes roza los USD 6.200 M. Así las cosas, a una semana para que finalice el plazo establecido para liquidar a un dólar a $200, se superaron todas expectativas dado que se esperaban ingresos por USD 5.000 M y, de mantenerse este ritmo, podrían superar los USD 7.500 M. La incertidumbre comenzará la semana que viene dado que en los primeros 9 meses de este año el agro ya habrá liquidado todo lo previsto para este 2022, con lo que se registraría una fuerte caída de la oferta y una consecuente tensión en el mercado cambiario. A esto se suma la caída en el precio internacional que tuvieron los commodities agrícolas en la última semana.
Esperando el desembolso del FMI. Con la liquidación del agro a todo vapor, el BCRA aprovechó este contexto para comprar USD 1.160 M en el mercado cambiario, acumulando en lo que va de septiembre compras netas por USD 3.305 M, casi lo mismo a todo lo que compró en el acumulado de los 18 meses previos. Sin embargo, la compra semanal no fue suficiente para compensar los pagos de dos cuotas al FMI por USD 2.650 M, la caída del oro de 1,9% y la devaluación de 2,1% del Yuan, por lo que las reservas internacionales marcaron en la semana una caída de USD 2.019 M cerrando el viernes 23 con un stock bruto de USD 36.101 M. La buena noticia es que estas operaciones no afectan las reservas netas que terminaron la semana en torno a los USD 3.300 M. Se espera que, tras el acuerdo que lograron los representantes del FMI con el equipo económico el pasado lunes 19, el directorio del FMI apruebe el desembolso de USD 3.900 M en las próximas semanas.
Continúa la presión sobre la brecha cambiaria. Con la recuperación de las reservas internacionales, el BCRA moderó el ritmo de devaluación respecto a como lo venía haciendo las semanas previas. Concretamente, en la última semana el tipo de cambio oficial subió 6% mensual (1,4% entre puntas), cuando las dos semanas previas lo había hecho al 6,7% mensual. De mantener el ritmo de la última semana, el tipo de cambio oficial habrá terminado el mes con un alza de 6,3%. Sin embargo, continuó la presión sobre el MEP y el CCL que volvieron a estar demandados y marcaron subas semanales de 3,3% y 3,6%, por lo que la brecha con el tipo de cambio oficial llegó al 108% y 115% respectivamente.
Caen los soberanos. En un contexto muy adverso para la renta fija global y emergente en particular, los bonos soberanos en moneda extranjera local no fueron la excepción. Concretamente, los bonos emergentes de alto rendimiento cayeron 3,3% en la última semana mientras que los bonos locales marcaron una caída de 4,9% de la mano de los bonos legislación extranjera, que ajustaron 5,8% mientras que los de ley local lo hicieron 4,0%. Con este marco, el riesgo país subió 6,1% y cerró en 2.528 pb.
Mejor los dollar-linked. Ante la expectativa de lo que pueda ocurrir cuando finalice el dólar soja el próximo viernes, los bonos ajustables por tipo de cambio fueron los más demandados de la semana al marcar un alza de 2,9% - 7,0% en lo que va del mes- de la mano del TV24 que subió 4,8% - 12,2% en septiembre -. Le siguieron los bonos ajustables por CER que ganaron 1,6% en la semana - 7,8% en el mes - siendo los tramos más largos como el TX26 y TX28 los más demandados con subas 4,0% y 5,4% respectivamente. Por su parte, los bonos duales aflojaron su marcha y subieron 0,8% en la semana pero siguen siendo los de mejor performance del mes, con una ganancia de 8,3%.
Nueva caída del Merval. La apreciación del dólar CCL impactó directamente en el índice de acciones argentino que retrocedió un 5,5% medido en esa moneda, mientras que en pesos lo hizo un 1,8%. El contexto internacional golpeó fuertemente al Merval con la mayor parte de las firmas cerrando en terreno negativo. Solo BYMA (3,2%), Banco BBVA (1%) y Ternium Argentina (0,9%) se ubicaron al alza, las restantes promediaron una caída semanal de 2,6%. Por su parte, las compañías que cotizan como CEDEARs fueron las más golpeadas, todas marcaron caídas medidas en USD encabezadas por Bioceres (-15,5%) y Despegar (-14,4%).
Lo que viene
Internacional
Los mercados estarán expectantes tanto a los comentarios que darán los miembros de la entidad como al nuevo dato de PCE que se publicará el viernes. Luego de publicarse las proyecciones de la Reserva Federal, los inversores estarán atentos a si este dato retrocede en relación al resultado de 6,3% del mes de julio. Por su parte, la mira también estará en los ingresos y gastos personales: ambos se pronostican en un 0,1% m/m por encima del dato previo – 0,2% m/m y 0,1% m/m respectivamente–, lo que en caso de cumplirse sería tomado como una señal positiva para el mercado. Entre otros datos se darán a conocer las expectativas de la Universidad de Michigan: no se pronostica una mejora en la confianza del consumidor (59,5 puntos) mientras que se espera un retroceso del último dato de previsión de inflación a 5 años, que se ubicó en 4,6%. A esto se le agrega la tercera y última revisión del PBI del segundo trimestre donde, a pesar de que se mantiene en una contracción del 0,6%, se espera que las ventas corrijan a una contracción de 0,5% t/t vs una suba de 1,3% t/t.
Local
Estimamos que toda la tensión de esta semana estará puesta en las medidas que tome el gobierno y el BCRA para afrontar el mercado cambiario del último trimestre del año. Es que finalizado el período para liquidar productos del complejo sojero a un tipo de cambio de $200, la liquidación del agro se adelantó, lo que deja muy bajos stocks para lo que resta del año. Las alternativas son nuevos tipos de cambio diferenciales, mayor control de cambios, aceleración del tipo de cambio o una combinación de todas estas medidas.