¿Qué pasó?
Internacional
Nuevamente la volatilidad fue la principal protagonista de la semana. Los principales índices de bonos y acciones volvieron a operar a la baja. La inflación no dio señales de moderación y pone presión sobre la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) quienes se muestran proclives a seguir endureciendo la política monetaria. Esto llevó a un aumento de las expectativas de subas de tasas para su reunión de noviembre.
La persistente inflación, suba de tasas de interés y riesgos geopolíticos fueron los principales argumentos del FMI para estimar una caída en el crecimiento global para 2023. La buena noticia la aportaron los sectores que se vieron beneficiados por los sólidos resultados empresariales publicados. Además de continuar con la temporada de balances, la mira de la semana estará puesta en las nuevas declaraciones de los miembros de la FED así como también en el adelanto del PBI del 3Q 22 de China.
Aceleró la inflación. El IPC de USA de septiembre volvió a superar las expectativas al resultar en 0,4% m/m -vs. 0,2% m/m- y 0,1% m/m en agosto-. Con este resultado, en los últimos doce meses el IPC acumuló un alza de 8.2%. Peor resultó el IPC Core, que igualó al dato de agosto en 0,6% m/m y superó así al pronóstico de 0,5% m/m. De esta manera, el índice acumula en el último año un alza de 6,6% i.a., el mayor registro desde el año 1982. Cabe destacar que los servicios fueron los principales impulsores del índice general al avanzar un 0,7% m/m, acelerando así respecto a los dos meses previos, y marcando un 7,4% i.a., el mayor valor de los últimos 40 años. El peso de los salarios continúa haciendo presión, y hace más difícil que el índice marque una fuerte contracción en los meses siguientes. La presión de precios también se reflejó en la inflación mayorista: el índice de precios al productor (IPP) superó las estimaciones al resultar en un 0,4% m/m -vs. expectativas de 0,2%m/m- y una contracción de 0,2% m/m en agosto-, acumulando en el último año un alza de 8,5% i.a. Este contexto presiona aún más a la FED, que a pesar de haber realizado cinco alzas de tasas en lo que va del año no logra que los precios muestren señales de desaceleración.
Postura firme. En las minutas de la FED de la última reunión de septiembre, los miembros confirmaron que las tasas se mantendrán altas hasta no ver una caída sostenida de la inflación. Esto desestima la posibilidad de que la Reserva Federal haga retroceder las tasas en el corto plazo ya que serán necesarios varios datos consecutivos de inflación a la baja para establecer un cambio de rumbo en su política monetaria. Cabe destacar que la entidad viene marcando esta postura agresiva en las últimas reuniones, lo que nos lleva a pronosticar -con casi un 100% de probabilidades- un alza de 75pb en su reunión de noviembre. Con el dato de inflación conocido el jueves, se daría la sexta suba consecutiva de sus tasas, que se ubicarían en 3,75% -4%, dejando poco margen para realizar una nueva suba y no superar el pronóstico de 4,4% estimado para fines del 2022 por la entidad.
Ventas estancadas. Las ventas minoristas se mantuvieron sin variaciones respecto al mes previo, ubicándose así por debajo de las estimaciones de 0,2% m/m y del 0,4% m/m publicado en agosto. Esto demuestra que la inflación está impactando en la demanda de los consumidores, lo que deriva a un mayor consumo de servicios y golpea negativamente en los bienes. Esto concluyó en un resultado interanual de 8,4%, el menor valor de los últimos cuatro meses. Por su parte, -excluida la gasolina y los automóviles- el dato resultó en un 0,3% m/m también por debajo del dato anterior de 0,6% m/m.
Mejora la confianza, pero suben las expectativas de inflación. El índice preliminar de octubre de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan marcó una mejora de 59,8 puntos vs. 59 esperados -y 58,6 el mes previo- gracias al repunte en las condiciones presentes que compensaron el deterioro en las expectativas futuras. Sin embargo, la mala noticia la aportó el alza de las expectativas de inflación, que quebró la tendencia a la baja que venía marcando: la de 12 meses subió de 4,7% a 5,1% mientras que la de 5 años pasó de 2,7% a 2,9%, registrando así los mayores valores de los últimos cuatro meses.
Arrancó la temporada de balances. Con el 7% de los resultados presentados, el S&P registra actualmente una tasa de ganancias esperada de 3,6% i.a. para el 3Q22, mientras que la tasa de ingresos se ubica en 10,1% i.a., ambas por encima de las estimaciones de la semana previa. Sin embargo, estos datos solo se ubican en -3,1% y 6,5% si no se toma en cuenta al sector energético. Entre las empresas que publicaron sus balances se destacó PepsiCo (5,6%), la cual superó las expectativas y mejoró sus estimaciones para el último trimestre del año a pesar de verse afectada negativamente por la suba del dólar. Por su lado también se dieron a conocer los datos de varias de las principales empresas financieras: JP Morgan (5,4%), Wells Fargo (4,3%) y Citigroup (2,5%). A pesar de recortar sus proyecciones futuras, las tres firmas sorprendieron al presentar tanto ganancias como ventas por encima de los pronósticos.
Cayeron los commodities. El crudo cerró la semana a la baja (-7,6%) -cercano a los USD 85- afectado por la desaceleración de la economía global que impacta negativamente en la demanda del mismo. A los datos de Estados Unidos, se sumó una mayor preocupación respecto a nuevos cierres en China con el objetivo de controlar la ola de COVID-19. Esto hace retroceder al crudo a pesar del recorte de producción que anunció la OPEP+ en su última reunión. Por su parte, el gran ganador de la semana fue el aluminio, que avanzó un 1,8% luego de que se diera a conocer que Estados Unidos podría prohibir la importación proveniente de Rusia, quien exporta un 6% de la producción mundial del metal.
Malas perspectivas para 2023. Las estimaciones del FMI mantuvieron las proyecciones de crecimiento global para el 2022 en 3,2% mientras que recortaron el crecimiento en 0,2% para el 2023 hasta 2,7%. La persistente inflación, mayores precios de la energía, suba de tasas de interés y el riesgo geopolítico serán los factores de riesgo más importantes para la economía que viene. Los principales impulsores serían los mercados emergentes, que este año crecerían 3,7% i.a. –sin cambios respecto a la estimación anterior-. A su vez, repetirían esta performance el año que viene dado que China aceleraría su crecimiento a 4,4% i.a. -desde 3,2% en 2022- y compensaría así la desaceleración del resto, especialmente de Latam quien moderaría su expansión a 1,7% i.a. –vs 3,5% en 2022-. La mayor corrección en las estimaciones la tuvieron las economías desarrolladas, para las cuales se espera una expansión del PBI de 2,4% i.a. para 2022 y de 1,1% para 2023. –vs 2,5% y 1,4% respectivamente que se estimaba en julio pasado-. La inflación continuará siendo una de las mayores preocupaciones a nivel global: tras el 9,1% que marcaría la inflación global este año, en 2023 bajaría a 5,1% i.a., pero se mantendrá aún muy por encima a los niveles previos a la pandemia. La inflación en economías emergentes pasaría de 10,6% i.a. a 6,4%, y la de las economías desarrolladas de 7,0% a 3,2%.
Mercado de bonos en rojo. El resultado del IPC por encima de lo esperado llevó a aumentar las expectativas de suba de tasas, lo que terminó impactando negativamente en los bonos del Tesoro. De esta manera, toda la curva de rendimientos cerró al alza con el tramo corto marcando la principal suba. Concretamente, la USD2YR avanzó 19 pb hasta 4,5% mientras que la USD10YR lo hizo en 11pb hasta 3,02%, ampliando así la reversión de la curva. Este escenario sólo favoreció a los bonos indexados por inflación (TIPS) -que avanzaron un 0,2%- mientras que los emergentes (-1,8%), los de alto rendimiento (-0,8%) y mayor calidad (-2%) sufrieron caídas en su demanda.
Acciones con resultados dispares. El escenario internacional golpeó nuevamente a los principales índices, con el S&P y el Nasdaq retrocediendo 1,4% y 3,1% respectivamente. Sin embargo, el Dow Jones logró diferenciarse y avanzar un 1,3% favorecido por resultados empresariales que hicieron avanzar a los sectores defensivos. Concretamente, los sectores de consumo no cíclico (1,5%), de salud (1%) y el financiero (0,3%) fueron los únicos ganadores de la semana. Entre los restantes, el de consumo discrecional (-3,8%) y el tecnológico (-3,3%) fueron los principales detractores.
Emergentes golpeados. Las elecciones de Brasil continúan generando volatilidad en el mercado, el cual cerró un 5,7% a la baja a pesar de presentar un nuevo IPC mensual negativo (-0,3%). A esto se le sumó la caída de 5,5% que marcó el mercado de Chile, lo que llevó a que el índice de LATAM retroceda un 4,5%. La región se vio fuertemente afectada por mayores expectativas de desaceleración global que se sumaron a una débil proyección de crecimiento para el 2023 por parte del FMI. Por su parte, China se desplomó un 7,3% luego de darse a conocer el menor dato de superávit comercial de los últimos tres meses, muy por debajo de las estimaciones del mercado. Con los mercados emergentes cayendo un 4% y Europa un 0,6%, el mundo cerró una nueva semana en negativo al retroceder un 1,8%.
Local
La demora en el ajuste de tarifas le dio cierto “respiro” a la inflación, que en septiembre fue menor a la esperada. Esto permitió cierta convergencia durante ese mes entre inflación, tipo de cambio y tasas de interés. Mientras tanto, la falta de oferta presiona sobre el mercado cambiario y el BCRA vuelve a vender divisas y amplía las restricciones a la demanda con un nuevo esquema de importaciones y un nuevo tipo de cambio “turista”. En este contexto, las letras fueron los únicos activos que tuvieron una semana positiva. Los bonos ajustables volvieron a operar a la baja, especialmente los duales, al igual que el Merval y los bonos soberanos en moneda extranjera, que no escaparon a la tendencia global. Para esta semana las miradas estarán puestas en la publicación de los datos fiscales de septiembre y en la evolución de las ventas de divisas del BCRA.
Inflación menor a la esperada. La inflación de septiembre marcó un alza de 6,2% m/m acumulando un incremento de 66% en lo que va del año y de 83% en los últimos doce meses (acelerando desde el 78.5% de agosto). El dato del mes estuvo por debajo de nuestras expectativas y de las del mercado -6,5% y 6,9% respectivamente-, lo cual puede explicarse por la postergación de la segmentación tarifaria (la cual afecta a regulados) y por la estabilidad que mostró el mercado cambiario en el último mes. Con esta performance, durante el 3Q 22 el IPC Nacional marcó un promedio de 6.9% mensual, el peor desde el 1Q 91. El alza de septiembre estuvo determinada por los precios regulados, que subieron a un ritmo récord de 11,7% m/m -122% i.a.- en tanto que los precios estacionales subieron 4,5% m/m -62,4% i.a.- impulsados por el alza de precios del transporte y de los combustibles. La mejor noticia en el margen la aportó el IPC core que moderó la suba (5,5% m/m -82% i.a.-) En cuanto a Alimentos y Bebidas, se dio un 6,7% (86,6% i.a.), desacelerando respecto a agosto (7,1%). De cara a octubre, estimamos un alza entre 6,0% y 6,5% que dependerá del ajuste de las tarifas que fue postergado en septiembre.
El BCRA vende divisas. Ya sin el shock de oferta del agro por el dólar soja, el faltante se hace sentir y el BCRA vende cada vez más divisas. Concretamente, en la última semana la oferta de divisas del agro fue de apenas USD 287 M (USD 72 M por día vs USD 89 por día de la semana anterior) mientras que la demanda de divisas marcó un leve repunte. De esta manera, el BCRA vendió USD 253 M, lo que acumula ventas netas por USD 299 M en lo que va de octubre. Pese a estas operaciones, las reservas internacionales sumaron USD 2.711 M gracias al ingreso de USD 3.860 M del FMI que compensaron el resto de los pagos a organismos internacionales y la devaluación del Yuan. Así, el stock bruto de reservas internacionales cerró la semana en USD 39.258 M, mientras que las netas quedaron en USD 5.500 M.
Dólar turista y más. En este marco de faltante de divisas y frente a una demanda que no cede, el gobierno dio otro paso en el control de cambios. Al nuevo esquema de importaciones –el TRAZ- la AFIP anunció más recargos para el turismo (“dólar Qatar”), consumos en el exterior, algunos bienes suntuarios y recitales que requieren pagos en moneda extranjera (“dólar Coldplay”). Las medidas oficiales no afectarán los consumos mensuales con tarjeta de crédito en el exterior de hasta USD 300 mensuales, el pago de aplicaciones o de servicios de streaming (como Spotify o Netflix, entre otras) ni al llamado “dólar ahorro”. El esquema implica ampliar la base imponible y –en el caso del turismo y consumos en tarjetas de crédito- agregar más impuestos al dólar oficial (35% de impuesto País, 40% de adelanto de ganancias y ahora un 25% de adelanto de bienes personales) lo que eleva el tipo de cambio implícito para estas operaciones a $315.
Mantiene el ritmo de devaluación. El tipo de cambio oficial promedió un alza de 6,3% m/m (6,5% en lo que va de octubre). En este contexto, si bien las nuevas restricciones cambiarias y la apreciación del dólar a nivel global ponen más presión sobre los dólares paralelos, estos terminaron la semana con un alza modesta: el MEP subió 2,0% hasta $299 y el CCL lo hizo 1,0% hasta $310, lo que da como resultado una brecha con el tipo de cambio oficial de 100% y 108% respectivamente.
El riesgo país siguió subiendo. Acompañando el escenario negativo global, los bonos soberanos en moneda extranjera tuvieron una mala semana al anotar una caída promedio del 2,6%, donde se destacó la baja de 3,8% en los de legislación local y de 1,6% para los de ley extranjera, rescatando la única suba de 1,7% para el GD41. En los últimos 30 días, los bonos soberanos cayeron 16%. En este contexto, el riesgo país avanza un 2,1% en la semana -21% en los últimos 30 días- y alcanza los 2827 bps, uno de los niveles más altos del año.
Mejor las Letras. La curva de pesos tuvo un comportamiento heterogéneo con una buena performance de las letras, mientras que los bonos continuaron en baja. Las Ledes aumentaron un 1,5% promedio semanal y las Lecer lo hicieron un 0,6%. Los bonos ajustables por Cer tuvieron una pérdida del 2,1% -siendo la mayor caída la del TX25 en 8,2%- acumulando en octubre una baja de 2,5%. La curva Dollar Linked acumuló una caída semanal del 0,8% (de 3,7% en lo que va del mes) en tanto que los duales ajustaron 1,8% en la semana (4,5% en el mes). El mayor castigo lo tuvieron los bonos a tasa fija, donde el TO23 cayó un -11,4% semanal y el TO26 un -22,4%.
Acciones sin rumbo. El índice de acciones argentino no logró acumular otra semana al alza y cerró en terreno negativo tanto en moneda local (-5,1%) como medido en dólar CCL (-6,1%). Al escenario internacional se le sumó la incertidumbre del mercado local, lo que terminó por hacer caer a todas las acciones que componen al panel líder. Entre estas, TGN (-10,5%), Telecom Argentina (-8,5%) y Sociedad Comercial del Plata (-7,3%) fueron las principales detractoras. Respecto a las empresas argentinas que cotizan como CEDEARs los resultados fueron similares, con sólo Corporación American Airports (2,7%) cerrando al alza. Las tecnológicas marcaron las principales caídas de la semana: Globant con un -18,5% y MercadoLibre con un -12,3%.
Lo que viene
Internacional
La mira de la semana estará puesta en el dato del PBI de China del 3Q22, en la que el consenso espera un alza de 3,5% t/t, recuperando dinamismo tras el 0,4% t/t del 2Q22. A su vez, continuarán las declaraciones de los miembros de la FED y se espera que den indicios de la suba de tasas esperada para la reunión de noviembre. Por su parte, continuará la temporada de balances y el foco estará puesto en empresas del sector financiero (Bank of America, Goldman Sachs y American Express). A su vez, se publicarán los datos de Johnson & Johnson, Tesla y Netflix, con este último en la mira dado el desplome que sufrió el precio de su acción en las últimas dos temporadas de balances.
Local
Además de la evolución de las operaciones del BCRA en el mercado cambiario y el impacto que puedan tener las nuevas restricciones sobre la demanda de divisas, las miradas de la semana estarán puestas sobre importantes indicadores económicos correspondientes a septiembre. Lo más importante será la publicación del resultado fiscal de dicho mes, en el que se espera un buen resultado de la mano de mayores ingresos por retenciones, aunque será importante observar el análisis de la evolución del gasto. También se destaca la publicación del saldo comercial de bienes, en el que además del impacto del dólar soja debe tenerse en la mira la evolución de las importaciones.