¿Qué pasó?
Internacional
Los mercados volvieron a tener una semana negativa. El mal dato de inflación, en conjunto con la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, pudieron más que los buenos balances presentados. La volatilidad volvió a subir y cayeron los bonos y las acciones.
En el plano sanitario, los contagios siguen a la baja en la mayor parte del mundo. En EE.UU, el promedio de casos diarios bajó a 200.000 -vs los casi 300.000 de la semana anterior-, mientras que los fallecimientos continúan en caída desde el pico alcanzado la semana pasada. Esto, sumado a que la población vacunada con dos o tres dosis continúa en aumento, lleva a concluir que el peor momento de la tercera ola ya está siendo superado.
Pero mientras se descomprime la situación de la pandemia, la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania aportó incertidumbre e inestabilidad. Es un conflicto que tiene dimensión global, dado que Ucrania tiene el apoyo de EE.UU y Europa para formar parte de la OTAN, algo que le asigna a este conflicto una dimensión global, en la que se enfrentan potencias nucleares. El viernes por la tarde, Jake Sullivan -asesor de seguridad nacional de EE.UU-, en una sesión informativa en la Casa Blanca, advirtió que podría producirse una invasión rusa durante los Juegos Olímpicos. Esto provocó la caída de los rendimientos de los bonos del Tesoro, y a su vez un nuevo aumento en el precio del petróleo (el Brent escaló a USD 94)
Por el lado de los datos económicos, la semana pasada se dio a conocer el resultado de la balanza comercial de EE.UU de diciembre, que marcó un déficit de USD 80,7 MM, levemente por debajo de las expectativas. La diferencia se debió no sólo a un aumento en las importaciones, sino también a una caída en las exportaciones producto de una baja en las ventas a China. Este dato comercial revela que China se encuentra incumpliendo su parte del trato de “Fase 1”, donde había acordado determinadas compras hacia el país norteamericano para así afianzar sus relaciones comerciales. Con el resultado de diciembre, en todo 2021 el déficit comercial de bienes y servicios subió 27% i.a., hasta USD 859 MM, que en términos de PBI llegó a 3,7%, 0,5 pp superior al de 2020, y el peor resultado desde 2008. Las exportaciones subieron 18,5%, mientras que las importaciones ascendieron 20,5% i.a.
Lo más importante de la semana fue el IPC de enero, que marcó un alza 0,6% m/m, igualando así el resultado de diciembre, aunque superando las expectativas de 0,5% m/m. De esta manera, la variación interanual llegó a 7,5%, marcando un nuevo máximo desde 1981. El IPC Core -por cuarto mes consecutivo- marcó un alza de 0,6% m/m, quedando 6,0% por encima del de enero de 2020. Esto demuestra que la presión inflacionaria no se debe a factores estacionales o a la gran suba que están teniendo los precios energéticos. Ambos datos elevaron la presión sobre la FED para ajustar su política monetaria y así controlar la suba de precios que está afectando al país desde el inicio de la pandemia. Luego de publicado el dato, de acuerdo a las cotizaciones de tasas de futuros, se elevó el pronóstico de suba de tasas desde 0,25% a 0,5% para el mes de marzo, y las perspectivas del mercado indican que en 2022 las tasas se subirán en más de 6 oportunidades.
En este contexto, también fue negativo el resultado del índice de Confianza del Consumidor de la Universidad de Michigan, que en febrero profundizó la caída de enero y llegó 61,7, el nivel más bajo desde octubre de 2011, y muy por debajo de las previsiones del mercado (67,5). Las caídas recientes han sido impulsadas por el debilitamiento de las perspectivas financieras personales, en gran parte debido al aumento de la inflación, la menor confianza en las políticas económicas del gobierno y la perspectiva económica a largo plazo menos favorable en una década. El subíndice de condiciones económicas actuales bajó a 68,5, el más bajo desde agosto de 2011. Mientras tanto, los consumidores ven una inflación superior al 5% en un año, la más fuerte desde julio de 2008.
Bajo este escenario, el mercado de renta fija volvió a operar a la baja. La USD10Y llegó a superar el 2%, finalizando la semana con un rendimiento de 1,94%, y marcando así un nuevo récord desde agosto de 2019. Lo propio ocurrió con la USD2YR, que avanzó 22 pb y cerró la semana en 1,50% (cabe destacar que terminó diciembre con 0,75% de retorno). Esto demuestra cómo las futuras subas de tasas, sumadas al escenario inflacionario en aumento, están aplanando la curva de rendimientos, lo que proyecta cada vez más inflación y un menor crecimiento para el mediano y largo plazo. Este contexto volvió a perjudicar a los bonos, tanto a los de alto rendimiento como a los de mayor calidad, que terminaron la semana con caídas de 1,3% (-5% YTD) y 0,5% (-5.8% YTD) respectivamente.
Por el lado de la renta variable, los mercados empezaron la semana al alza impulsados por nuevos resultados de balances trimestrales, pero terminaron en baja, interrumpiendo la recuperación que habían marcado en las dos semanas previas. El índice Nasdaq cerró la semana con una caída de 3,1%, en tanto que el S&P y del Dow Jones retrocedieron 1,8% y 1,0% respectivamente. Dentro de los sectores que componen al S&P, sólo el energético (2,2%) y el de materiales (1,1%) resultaron al alza, mientras que, entre los restantes, el tecnológico marcó la mayor caída semanal (3%). A pesar de los sólidos resultados que presentaron la mayoría de las compañías que lo componen, la futura suba de tasas -que afectaría las valuaciones de estas compañías- provocó una caída en el precio de sus acciones.
Los principales commodities volvieron a cerrar la semana al alza. El petróleo del Brent avanzó un 1,3%, ante la preocupación de los inversores luego de que la OPEP pronosticara un aumento en la demanda del crudo como consecuencia de la rápida recuperación pospandemia que están teniendo los países. Sumado a esto, la publicación de los inventarios del crudo de EE.UU de la última semana mostró una caída en los suministros, lo que llevó a una suba en el precio del crudo. El oro, por su parte, terminó la semana con un alza de 3%, beneficiado por su rol de reserva de valor ante la situación actual. Otro de los destacados fue el aluminio, que avanzó un 3,7% debido a la caída en la producción en China y en Europa. La suba en los costos, sumado a la contaminación que producen estas industrias, hacen que las mismas no puedan expandir su producción, lo que contrae la oferta y eleva aún más el precio del commodity. Mientras se siguen corrigiendo a la baja las estimaciones de cosecha en el hemisferio sur, la soja continúa su rally alcista, subiendo 2,1% en la semana y acumulando un alza de 17% en lo que va del año.
Por el lado de los mercados emergentes, el ETF que mide a dichos países (EEM) cerró con una suba de 0,1%. Cabe destacar que la mayor ponderación de este ETF se encuentra en países asiáticos, que no lograron tanto rendimiento, como sí ocurrió en América Latina -medido en ETF ILF-, que rindió un 4,4% semanal. Entre los destacados de esta región se ubicaron Chile (7,9%) y Perú (7,7%), dejando a Brasil más rezagado (2,7%), aunque siendo el principal ganador de los últimos 30 días, con un rendimiento de 12,7%.
Local
La aprobación del acuerdo con el FMI sigue sin aparecer. La letra chica va llegando a cuentagotas y poco se sabe de la hoja de ruta que tomará el gobierno para cumplir las metas comprometidas. El Ministro Guzmán aún no fue a presentar dicho plan al Congreso, en un contexto en el que hay más incertidumbre en el oficialismo que en la oposición.
Restan poco más de cuatro semanas para el próximo vencimiento: demasiado poco, considerando todo el camino que queda por recorrer para que el directorio del FMI apruebe el plan. Mientras tanto, el BCRA sigue transitando este proceso sin reservas propias. Pese a la mayor oferta de divisas del agro, el mercado cambiario continúa tensionado, obligando al BCRA a acelerar el ritmo de devaluación y a endurecer el control de cambios. En este contexto, el valor de los activos argentinos no repunta y el riesgo país volvió a subir.
En la última semana el agro liquidó USD 665 M, prácticamente lo mismo que en la semana previa, acumulando en lo que va de febrero USD 1.200 M, casi 50% más de lo liquidado en el mismo período del año pasado. Pese a este buen ritmo de oferta de divisas, el BCRA sólo compró USD 57 M, lo que refleja la tensión que padece el mercado de cambios, donde la demanda de divisas sigue subiendo. En este contexto, el BCRA endureció el control de cambios, limitando los pagos de importaciones. Sin tener que afrontar vencimientos de deuda del sector público, con los encajes en moneda extranjera prácticamente sin cambios y con el alza del precio del oro, las reservas internacionales brutas subieron en USD 52 M, y cerraron la semana en USD 37.241 M. Lo más importante es que las reservas netas siguen en terreno negativo, y terminaron la semana en torno a USD 200 M negativos.
Con menos poder de fuego, el BCRA volvió a acelerar el ritmo de devaluación, que lo llevó al 42% anualizado, aún muy por debajo de la inflación, aunque ya muy cerca de las tasas de interés en pesos (Badlar bancos privados se ubica en 46% TEA). El CCL volvió a operar en baja, con un leve repunte hacia el cierre de semana: el CCL medido GD30 cayó 1,8% y el CCL con Galicia lo hizo un 0,9%, por lo que la brecha con el tipo de cambio oficial bajó a un rango de 103% / 105%.
Bajo este contexto, el mercado de renta fija terminó la semana con resultados dispares. Los bonos soberanos en USD con legislación argentina de corto plazo terminaron promediando bajas de 1%, mientras que los de mediano plazo avanzaron un 0,8% en promedio. Los de legislación extranjera, por su parte, terminaron la semana promediando caídas de 1,5%. El riesgo país cerró la semana en 1.786 pb, 11 pb superior al de la semana previa, acumulando un alza de 62 pb desde el día en el que se anunció el marco de entendimiento con el FMI. Los bonos soberanos en moneda local, por el contrario, lograron destacarse, con los dollar linked y los CER promediando subas de 1% a lo largo de la semana.
Por el lado de la renta variable, los mercados terminaron con una suba de 0,3% en moneda local, y de 0,8% en moneda extranjera. Dentro de los sectores, el industrial logró destacarse, mientras que el principal perdedor de la semana fue el sector de consumo discrecional. En cuanto a las acciones, dentro de las ganadoras aparecen Bolsas y Mercados Emergentes (7,1%) y Grupo Financiero Galicia (6,6%), esta última acumulando una suba de 18,7% en lo que va del 2022. Por el contrario, entre los mayores perdedores de la semana se encuentran Banco BBVA Argentina y Edenor, marcando ambos una contracción de 4,8%. A diferencia de Galicia, Banco BBVA acumula una caída de 8,9% en lo que va del mes, y marca un alza de sólo 0,4% en lo que va del año.
En la licitación de la semana, el Tesoro logró aliviar parte de los vencimientos de deuda de febrero. Colocó $98.270 M en la primera ronda y otros $8.562 M en la segunda, muy por encima de los $18.500 M que vencían. Así, consiguió financiamiento neto por $88.300 M. El 60% de la demanda estuvo concentrada en el segmento indexado (vs 46% en la anterior licitación). También canjeó títulos que vencían a fin de mes por $247.000 M (32% de las Ledes y el 62% de las Leceres a febrero), lo que despeja parte de los problemas de fin de mes.
Lo que viene
Internacional
La tensión entre Rusia y Ucrania continuará en el centro de la escena. Esto le seguirá poniendo presión al precio de la energía y, de complicarse aún más, podría generar un fligth to quality que beneficiaría a los bonos del Tesoro americano.
Esta semana se dará a conocer el índice de precios al productor de enero, que se proyecta en 0,5% m/m -vs 0,3% en diciembre-, lo que implicaría una suba de 9,1% i.a. El próximo miércoles se publicarán las minutas de la última reunión de la FED, en las que se podrá notar mejor cómo es el debate interno de la entidad. En cuanto a los balances, será el turno de Walmart, Nvidia y ViacomCBS.
Local
Las miradas seguirán puestas en la aprobación del acuerdo con el FMI en el Congreso. Pese a esto, el ministro aún no fue a la legislatura a informar el plan, y no se espera que lo haga esta semana. La mayor presión estará en la política de subsidios a las tarifas de los servicios públicos, cuyo monto llegó al 3,0% del PBI, y reducirlo es una de las prioridades del FMI.
El gobierno informó la segmentación en zonas de Capital Federal, pero parece muy poco para poder reducir más de 0,5 pp de PBI. Además de la quita de los subsidios a la energía, también aparece en el horizonte el conflicto con la Ciudad de Buenos Aires por la quita de subsidios al transporte. Será difícil evitar lograr dicho objetivo sin un aumento considerable en las tarifas.
El reloj corre y faltan menos de 5 semanas para el próximo vencimiento de deuda con el FMI. Por otro lado, el martes se publicará el IPC de enero, en el que estimamos un alza de 3,8% m/m (56% anualizado) y de 50,6% i.a. El REM estima 3,8% en promedio, con un desvío de 0,3 pp, un máximo de 4,5% y un mínimo de 3,1%.