La dinámica de las reservas internacionales en las últimas décadas refleja las consecuencias de las políticas económicas (más malas que buenas) implementadas por los últimos gobiernos, mostrando una notable volatilidad. En particular, en la última década se observó un aumento desde 2015 hasta 2019, donde las reservas pasaron de valores cercanos a USD 25.000 M (netas: USD -2.200 M) a casi USD 80.000 M, gracias a préstamos del FMI. Sin embargo, hubo una marcada tendencia a la baja hacia fines de 2023, regresando a valores aproximados de USD 21.000 M (netas: USD -11.500 M). El año pasado, las reservas experimentaron una caída cercana a USD 22.000 M, impulsada por una abrupta reducción del superávit comercial debido a la sequía, aunque esta situación fue atenuada por la deuda comercial, junto con mayores intereses y pagos netos al FMI.
Uno de los grandes logros del nuevo gobierno fue la reversión de la mala dinámica de las reservas internacionales y la significativa acumulación de divisas desde el inicio de su gestión. Específicamente, desde el 10 de diciembre hasta el cierre de abril, las reservas aumentaron casi USD 6.400 M, pasando de un stock bruto de USD 21.200 M a casi USD 27.600 M, lo que representa un incremento de aproximadamente el 30%. Observando las reservas netas, aunque aún negativas, mejoraron significativamente, pasando de -USD 11.500 M a -USD 1.000 M.
La mejora registrada en las reservas se explicó principalmente por un saldo positivo de la balanza comercial de casi USD 16.000 M. Es importante destacar que esto se debió en gran medida al nuevo esquema de pagos de importaciones, que permitió pagar solo la mitad de las compras, lo que a su vez derivó en un aumento de la deuda comercial. Esta situación fue parcialmente compensada por pagos netos en servicios y rentas de aproximadamente USD 1.400 M y por el saldo negativo del sector público, organismos internacionales (incluido el FMI) y el BCRA, que alcanzó casi USD 7.500 M.
En el segundo trimestre del año, la favorable estacionalidad permitiría expandir el superávit comercial devengado. Sin embargo, un aumento gradual en el pago a las importaciones y una menor deuda comercial reducirían el saldo de bienes en comparación con el primer trimestre (USD 7.000 M frente a USD 9.362 M en el 1Q24). No obstante, se espera una acumulación de reservas algo mayor (USD +4.400 M vs. USD +4.054 M en 1Q24), gracias a mejoras en el saldo de servicios, intereses y préstamos financieros, principalmente.
El desafío para el gobierno llegaría en el segundo semestre, afectado por una estacionalidad que ya no favorece (menores exportaciones), una mejora en la actividad y atraso cambiario que incrementaría las importaciones, además de la devolución de la deuda comercial. Específicamente, el saldo de bienes disminuiría notablemente, cerrando el año por debajo de los USD 2.000 M, en comparación con más de USD 9.362 M en el 1Q24. Paralelamente, la cuenta de servicios reales volvería a incrementar el déficit por encima de los USD 1.000 M, resultando en un déficit de cuenta corriente cambiaria en el 4Q24 de más de USD 1.400 M. En este contexto, la acumulación de reservas se desaceleraría a unos USD 500 M en el 3Q24 y, ya en el último período, el saldo se tornaría negativo en más de USD 1.300 M.
En este marco, el nivel de reservas internacionales cerraría el año en torno a los USD 31.000 M, es decir unos USD 2.500 M más que ahora y USD 8.000 M más que el cierre de 2023. La buena acumulación durante el primer semestre sería suficiente para cumplir con las metas del FMI, pero hacia 2025 aparecen muchos interrogantes de como sostener la acumulación de divisas para hacer frente a vencimientos y el crecimiento de la economía.