Internacional
¿Qué pasó?
La última semana de julio transitó con las miradas puestas en la evolución de la variante Delta, los resultados corporativos, el comunicado de la FED y los indicadores económicos de EE.UU. Si bien en el Reino Unido los casos marcaron una importante caída, en EE.UU los contagios siguen en ascenso: julio empezó con 12 mil casos diarios y cerró con 78 mil nuevos contagios, el mayor número desde febrero. Aunque se nota un alza en las hospitalizaciones, por el momento el número de muertes se mantiene estable, reflejo de que las vacunas funcionan (los mayores contagios y muertes se registran en las personas no vacunadas).
En cuanto a los datos económicos, la primera estimación de PBI del 2Q21 marcó que la actividad creció 6,5% t/t -levemente por encima del 6,3% t/t del 1Q 21-, destacándose la muy buena performance del consumo de servicios, que creció 12% t/t. Este resultado estuvo por debajo de las estimaciones del 8,5% que tenía el consenso, lo que probablemente estuvo afectado por la fuerte caída en los inventarios, que le restaron 1,1 pp de crecimiento al PBI.
La luz amarilla la marcó la inversión residencial, que cayó 10%, la peor performance de los últimos 4 trimestres. Con este resultado, el PBI de EE.UU quedó 0,8% por encima del nivel del 4Q19, aunque con comportamiento heterogéneo entre los componentes de la demanda: mientras que el consumo de bienes y de inversión está 17% y 4% arriba respectivamente, el consumo de servicios y de las exportaciones aún se ubican 3% y 10% abajo respectivamente. La aceleración de la inflación se reflejó en el deflactor del PBI, que marcó un alza de 6% t/t, la más alta desde 1980, por lo que el PBI nominal marcó un alza de 13% anualizado.
La buena noticia llegó del lado del índice de precios PCE -el preferido de la FED dado que, a diferencia del IPC, es una canasta de consumo variable-, que en junio subió 0,5% (vs 0,9% que había marcado el IPC) y 0,4% el PCE Core. Esta diferencia se explica por la dispar performance de los precios de los bienes: mientras que los del IPC subieron 2,2%, impulsados por los autos usados, los del PCE tuvieron un alza de 0,7%. Este contexto le da aire a la FED, que en la semana mantuvo su diagnóstico de que la aceleración de la inflación es transitoria debido a problemas en las líneas de producción, y no ve motivos para modificar la hoja de ruta de la política monetaria.
La vuelta al tono más Dovish de la Fed continuó presionando a la baja el UST10Y, que terminó la semana en 1,24%, el nivel más bajo desde febrero. Del otro lado del atlántico, la primera estimación del PBI de la Eurozona marcó una expansión de 2% (8% anualizado), dejando atrás dos trimestres consecutivos de contracción. Los buenos datos de actividad de EE.UU y Europa coinciden con los pronósticos del FMI, que en la última publicación del WEO afirmó que este año el PBI marcará un alza de 6% y 4,9% en 2022. Si bien las estimaciones de crecimiento para este año quedaron igual a las publicadas en abril pasado, se corrigieron al alza las perspectivas de EE.UU (de 6,45 a 7,0%), Europa (de 4,4% a 4,6%) y de Latam (de 4,6% a 5,8%), aunque fueron compensadas por el menor crecimiento esperado para Asia Emergente (de 8,6% a 7,5%), debido a la corrección de las estimaciones de la India (de 12,5% a 9,5%).
A esta coyuntura se sumaron los datos de los balances corporativos que, si bien mostraron muy buenos resultados, con importantes alza en los ingresos (+15% i.a.) y las ganancias, las principales preocupaciones pasaron por las proyecciones para los próximos trimestres, siendo el caso de Amazon y el de Facebook los más destacados (las valuaciones cayeron 9% y 4% respectivamente). Con este marco de fondo, en la última semana los mercados de acciones cayeron en EE.UU (el S&P cayó 0,3% y el Nasdaq 1%), en Asia (2,6%, impulsado por China, que por las intervenciones del gobierno cayó 4,8%) y en Latam (1%, debido a la baja de 2,5% en Brasil), en tanto que Europa escapó a la tendencia global (subió 0,7% en la semana).
El dólar se debilitó contra todas las monedas y los commodities subieron, entre los que se destacó el cobre con un alza de 4.4% en la semana.
Lo que viene
Las miradas seguirán puestas en la evolución de los contagios en EE.UU y en Europa, dado que se temen nuevas restricciones que puedan golpear la recuperación del nivel de actividad. También se destacan las publicaciones de los PMI de los principales países (los primeros adelantos marcan cierta moderación del crecimiento, tanto en China como en EE.UU).
Sin dudas, lo más relevante estará en las publicaciones de los datos de empleo de julio, en la que el mercado espera la creación de más de 900 mil nuevos puestos. En cuanto a los balances corporativos, esta semana le toca a Alibaba, Berkshire Hathaway, General Motors y Uber (entre otros). En Brasil se publican los datos de comercio exterior de julio.
Local
¿Qué pasó?
Aumentó la tensión cambiaria y las reservas internacionales tuvieron la mayor caída desde octubre de 2020. Concretamente, las reservas internacionales brutas cerraron julio con un stock bruto de USD 42.582 M, lo que implicó una caída semanal de USD 526 M. Esto obedeció al pago de la primera cuota de la deuda con el Club de París por USD 230 M (la próxima cuota se abonará el 28 de febrero de 2022) y, lo más importante, a la venta de divisas en el mercado de cambios por USD 325 M, contrastando con las 4 semanas previas, en las que había comprado a razón de USD 260 M semanales.
El fuerte deterioro del mercado cambiario en la última semana se dio a pesar de que la liquidación del agro continuó siendo muy fuerte, con el ingreso de USD 761 M y acumulando en todo julio USD 3.500 M, levemente superior a lo ingresado en junio y casi el doble respecto a julio del año pasado. Así las cosas, el paso del BCRA de comprador a vendedor neto de divisas en la última semana de julio obedeció a un fuerte aumento en la demanda de divisas, ya sea por importaciones de bienes, pagos de tarjetas de crédito en moneda extranjera y cancelaciones netas de deuda por parte de las empresas, tendencia que esperamos que se profundice en los próximos meses.
Con este contexto cambiario más tenso, el BCRA subió levemente el ritmo de devaluación, del 12% al 15% anualizado, y el tipo de cambio oficial cerró julio en $96.685 (+1% en el mes, la menor suba desde enero de 2020). El dólar MEP y el CCL -medido a partir del AL30- subieron 1% en la semana (alcanzando los $168), ampliando la brecha con el oficial al 75%. En tanto, el CCL promedio de los activos sin restricciones aminoró su marcha y subió 0,2% en la semana, hasta $180, por lo que la brecha cerró en 86%, levemente por debajo a la de la semana previa.
Con un panorama fiscal cada vez más complejo, debido a que se viene una temporada de mayor gasto público y menores ingresos (de hecho, en julio el BCRA le transfirió al Tesoro $180 MM), el riesgo país subió 1,2% en la semana y cerró en 1595 puntos. En la última licitación de la semana, el Tesoro consiguió $150 MM, $13 MM menos que los vencimientos que debía afrontar. Con este resultado, en todo julio el Tesoro acumuló colocaciones por $316 MM, con vencimientos por $282 MM, por lo que el ratio de financiamiento bajó del 115% al 112%.
Pese a este contexto global y local más complejo, en la última semana el Merval medido en CCL repuntó 1,4%, aunque no le alcanzó para evitar la caída de 1,4% durante julio.
Lo que viene
Con la ampliación de la brecha cambiaria en el último mes, las miradas estarán puestas en las liquidaciones del agro, que deberían empezar a mostrar menor dinamismo, y en las intervenciones del BCRA. También es importante seguir el avance de la variante Delta, que ya circula en el país.
Las reservas tendrán una nueva presión a la baja, dado el pago de más de USD 300 M de intereses de la deuda con el FMI. En cuanto a datos económicos relevantes, se publican los datos de recaudación tributaria y comercio exterior con Brasil, mientras se esperan los primeros resultados de las estimaciones de inflación, que esperamos que se ubique en 3%.