Internacional
¿Qué pasó?
El aumento de casos de COVID-19 y el comunicado de la FED le dieron volatilidad al mercado. Los contagios en EE.UU siguieron en alza, y en la última semana el promedio diario superó los 150 mil casos, casi duplicando los de inicios de agosto, mostrando un aumento exponencial respecto a los 62 mil contagios de un mes atrás. El avance de la variante Delta también se nota en las hospitalizaciones y en las muertes, que superaron las 1.000 por día -vs 250 un mes atrás-.
Promediando la semana, la FED publicó las minutas, destacando que varios participantes consideran que las condiciones necesarias para iniciar el tapering podrían alcanzarse antes de fin de año, aunque una cantidad no menos importante de los miembros cree más probable que se inicie a principios del año 2022. Con este marco de fondo, aumentó la incertidumbre y esto se reflejó en un alza en la volatilidad, el aplanamiento de la curva de los bonos del Tesoro, el fortalecimiento del dólar y la caída de los commodities. Concretamente, el índice VIX pasó de un rango de 15 a 21 puntos, en tanto que la UST10Y, que había arrancado la semana en 1,30%, cerró en 1,26%, y la diferencia con la UST2Y -que mide las expectativas de crecimiento en el corto plazo- cayó hasta 1,04%.
El dólar se fortaleció contra todas las monedas: el DXY subió 1,1% en la semana y cerró en su nivel más alto del año. Los commodities tuvieron fuertes caídas: el índice de precios general cayó 4,2% en la semana, el petróleo cayó 8,9%, soja 9,6% y el cobre 5,9%, siendo el oro el único que escapó a la tendencia general (marcó un alza de 1,7%). El S&P 500 cerró la semana con una baja de 0,4% debido a la fuerte caída de las acciones de los sectores cíclicos, entre los que se destacaron las del sector energético y los bancos, que cayeron 8,2% y 3% respectivamente. Contrario fue el caso de las acciones de los sectores defensivos (salud, servicios públicos y consumo) y las tecnológicas, que marcaron ganancias en torno al 2% y el 1% respectivamente.
Los mercados emergentes continuaron bajo presión, con todas las monedas debilitándose (el Real brasileño perdió 3% en la semana y superó los USDBRL 5,40) y con importantes bajas en los principales índices bursátiles: se destacaron China y Brasil, con caídas de 7,6% y 5,4% respectivamente.
Lo que viene
Entre los datos relevantes de la semana, sobresalen: la segunda estimación del PBI del 2Q21, las primeras estimaciones del PMI de agosto, los ingresos y gastos personales y -lo más destacado- el índice de precios PCE de julio. El viernes será la exposición que dará Jerome Powell en el Foro de Política Monetaria de Jackson Hole.
Local
¿Qué pasó?
Si bien en la última semana el contexto global para el país empeoró -dada la debilidad del real brasileño y la fuerte caída del precio de la soja que llegó al nivel más bajo del año-, Argentina tiene una dinámica propia. Esta se caracteriza por un estricto control de cambios, reservas internacionales que no alcanzan para eludir cualquier intento de acuerdo con el FMI y un desequilibrio fiscal creciente que no cuenta con financiamiento estable, y que además presiona con más emisión monetaria. Este contexto se refleja en un riesgo país que no logra alejarse de los 1.600 puntos, y un Merval que no logra superar los USD 400.
En la última semana, el BCRA quebró 3 semanas consecutivas de caídas y logró que las reservas subieran USD 65 MM, cerrando la semana con un stock bruto de USD 42.048 M y reservas netas en torno a los USD 5.400 M. Con muy buena oferta del agro (liquidó USD 580) y menor presión de la demanda, el BCRA compró en el mercado cambiario USD 105 M, acumulando en el mes compras netas por USD 282 M. El tipo de cambio oficial subió 0,2% en la semana -manteniendo las tasa de devaluación en torno al 12% anualizado-, en tanto que el CCL volvió a tomar impulso: el implícito en el AL30 subió 2,4%, mientras que el CCL promedio de operaciones libres aumentó 1.7%. Con este resultado, el CCL libre retornó a los niveles que tenía previo a la última normativa del BCRA y la brecha con el tipo de cambio oficial se mantuvo en torno al 85%.
Con este marco de fondo, la curva de futuros Rofex continuó empinándose: en promedio, los contratos de 2021 cayeron 0,5%, mientras que los de 2022 subieron 2,5%. La mayor expectativa de devaluación e inflación favoreció la performance de los bonos dollar linked y los ajustables por CER. La semana, además, estuvo cargada de indicadores económicos. En primer lugar, la actividad económica mostró signos de recuperación: tras cuatro meses consecutivos en la que había acumulado una baja de 3,6%, en junio el EMAE subió 2,5% respecto a mayo y quedó 1% por debajo del nivel que había registrado en enero.
En cuanto al sector externo, la balanza comercial de julio marcó un superávit de USD 1.537 M, con las exportaciones subiendo 47,1% i.a -impulsadas por suba de 33,3% de precios- y las importaciones 65,6% i.a. (suba de 35,1% en las cantidades y de 22,6% en los precios).
Finalmente, el resultado fiscal de julio marcó una importante aceleración del gasto: el déficit primario fue de $98.570 M, y el financiero llegó a $163.150 M. Los ingresos marcaron un crecimiento de 73% i.a., en tanto que el gasto primario creció 45% i.a., aunque si se excluye el gasto Covid el crecimiento se eleva al 74% i.a.
Lo que viene
Se vendrán los DEGs del FMI y, dado el 0,67% de participación en el organismo, a Argentina le corresponderán USD 4.355 M de los USD 650.000 M a distribuir. Hoy el BCRA publicará su informe de Política Monetaria (IPOM), el jueves hará lo propio con el informe de Bancos de junio y el viernes será el día del resultado del Balance Cambiario de julio.