Internacional
¿Qué pasó?

Semana volátil para los mercados financieros, que arrancaron con fuertes caídas y luego se fueron recuperando. Se combinó la incertidumbre generada por Evergrande con un comunicado más duro por parte de la FED, en un contexto en el que los contagios de COVID-19 dan señales más firmes de moderación.

Concretamente, los contagios en EE.UU bajaron a 123.074 casos por día, desde los 149.115 que había marcado la semana previa, siendo el nivel más bajo desde principios de agosto. Igual tendencia se registró en las hospitalizaciones, mientras que las muertes siguen en alza, promediando 2.062 diarias, aunque moderando el ritmo de crecimiento. El gran limitante para poder acelerar la caída sigue siendo el bajo ritmo de vacunación con dos dosis, dado que en la semana se aplicaron poco más de 2 millones de dosis y el porcentaje de población totalmente vacunada llegó a 55,7%, un número bajo teniendo en cuenta que no tienen un problema de oferta.

En cuanto a Evergrande, el gigante chino de real Estate que hizo tambalear al mercado por su probable incumplimiento de los vencimientos de deuda, la situación se estabilizó, ya que se disiparon -por el momento- los riesgos de un problema sistémico para la economía china y global. Por otra parte, en la reunión del FOMC, la FED dio señales un poco más duras en cuanto al proceso de normalización monetaria. Al respecto, Powell destacó que la mayor parte de los miembros creen que el proceso de reducción de estímulos debería concluir en junio de 2022. Considerando que se retirarían USD 15.000 M al mes, se espera que el Tapering comience en noviembre, un par de meses antes de lo previsto.

En cuanto a las tasas de interés, el Dot plot marcó que aumentó la cantidad de participantes que proyectan la necesidad de subir la tasa de referencia en 2022 (9, vs 7 en la reunión de junio, y 4 en la de marzo), dando ya como probable que la primera subida de tasas de interés se produzca en torno a seis meses después de que finalice el tapering. Además, 10 participantes opinan que a fines de 2023 las tasas de interés se deberían ubicar en un rango de entre 0,75% y 1%. Además, la FED corrigió las proyecciones para este año: las estimaciones de PBI bajaron de 7% a 5,9% i.a., la tasa de desocupación subió de 4,5% a 4,8% y la inflación volvió a corregir al alza, previendo 4% para el PCE general  -desde 3,4% en junio- y 3,0% para el PCE Core (desde 2,2%). La buena noticia fue que, para 2022, se elevaron las perspectivas de PBI, de 3,3% a 3,8%, dejando prácticamente sin cambios la tasa de desempleo y la inflación: 3,8% y 2,2%, respectivamente.

Con este marco de fondo, las tasas de interés reaccionaron al alza: la UST10Y cerró la semana en 1,46%, casi 1 pp por encima del cierre de la semana previa, llegando al nivel más alto desde junio. Esto golpeó al mercado de renta fija, especialmente a la parte más larga de la curva: los bonos a 20 años cayeron 1,6% en la semana, e igual performance tuvieron los bonos de mercados emergentes y los HY de EM, mientras que los bonos IG y HY americanos tuvieron caídas marginales. El dólar se fortaleció contra la mayoría de las monedas: 0,2% el DXY, acumulando 0,8% en el mes y 4,1% en lo que va del año; y el real brasileño se debilitó 1,0%, acumulando 3,7% de suba en septiembre y 2,9% en lo que va de 2021.

Los commodities operaron mixtos: subieron el petróleo (1,6% en la semana y 6,7% en el mes), el oro (0,3%, aunque en el mes cae 2,4), el aluminio (2,2% y 8,5% en el mes) y el acero y el hierro, que recuperaron algo del terreno perdido (+2,2% en la semana, pero en el mes acumulan bajas de 1,8% y 31%, respectivamente). El cobre y la soja, por su parte, cayeron 0,3%, y en septiembre acumulan caídas de 2,9% y 1,4%, respectivamente. En cuanto a renta variable, tras tres semanas de caídas, en la última hubo un leve repunte: el S&P 500 subió 0,3%. achicando la pérdida en lo que va de septiembre a 1,9%. El Nasdaq no corrió la misma suerte y cayó 0,5%, acumulando en lo que va del mes una caída de 2,1%.

A nivel sectorial, los ganadores de la semana fueron los sectores cíclicos, impulsados por el energético que, de la mano de la suba del petróleo, subió 3,1%  (en el mes de septiembre acumula un alza de 5,1%). Los bancos también aportaron lo suyo: acorde con la suba de la UST10Y, subieron 1,7%. El sector industrial, por su parte, registró un alza de 0.5%. Las acciones del sector tecnológico subieron 0,5%, impulsadas por la buena performance de Apple. El sector de comunicación cayó 1,2% en la semana, una caída que se explica principalmente por la baja en las acciones de Facebook.

Europa siguió los mismo pasos que el S&P, Japón cayó 1,2% y los emergentes no se recuperaron: cayeron 1,0% en la semana y 3,0% en lo que va del mes (solo India se diferencia del resto, al subir 1,3% en la semana, 2,8% en el mes y 24,3% en lo que va del año -vs la caída de 1,6% en EM-). Entre los emergentes, se destacó China, que cayó 3,2%, mientras que Brasil terminó neutral por la fuerte caída que presentó Vale (11% en la semana y 15% en septiembre), compensada por las subas en Petrobras y Gerdau, que permitieron achicar las pérdidas que viene mostrando en el mes.

Siguiendo en Brasil, la inflación minorista en la primera quincena subió 1,14% m/m, acumulando en el último año un alza de 10,25% -la más alta desde 2015-. En este contexto, el BCB subió la tasa de interés de referencia Selic otros 100 bp, hasta 6,25%, y muy probablemente vuelva a subirla en las próximas reuniones. La aceleración inflacionaria y la incertidumbre política le quitan brillo a la muy buena performance de las cuentas externas que, de la mano de los mejores términos de intercambio, la cuenta corriente continúa mejorando: en los primeros ocho meses, el déficit de la cuenta corriente fue de 0,6% del PBI (vs déficit de 1,4% en el mismo período de 2020).

El desafío de Brasil continúa siendo avanzar en reformas estructurales que le permitan bajar la desocupación y la pobreza, el déficit fiscal y la elevada deuda pública, además de bajar la inflación. Las proyecciones para Brasil se siguen deteriorando: para este año, el mercado espera un alza de PBI de 5,03% (vs 5,27% un mes atrás), y de apenas 1,57% para el 2022. En cuanto a la inflación, prevén que este año llegue a 8,45% (vs 7,11% un mes atrás), y a 4,12% el año que viene. En tanto, proyectan que la tasa Selic termine este año en 8,25%, y en 8,50% en 2022; mientras que el tipo de cambio en 5,20, y en 5,24 para 2022.

Lo que viene

Las miradas estarán puestas en la evolución de las tasas de interés de los bonos del Tesoro americano, que arrancan la semana en 1,5%. Continúa la tensión política en el Congreso por la ampliación del techo de deuda americano y la aprobación definitiva del plan de infraestructura de Biden.

En cuanto a los indicadores, esta semana se publicará el ISM de septiembre y la segunda estimación del PBI del 2Q 21. Lo más importante será la publicación de ingresos y gastos del consumidor: de allí deriva la tasa de ahorro de la familias y el índice de inflación implícita del consumo -el PCE, índice de referencia de la FED-.

Local
¿Qué pasó?

La euforia por el resultado electoral es un recuerdo lejano. La radicalización del gobierno, con medidas que apuntan a deteriorar aún más los desequilibrios macroeconómicos (más gasto público y un presupuesto 2022 con muy baja probabilidad de ocurrencia), continuó golpeando el valor de los activos argentinos. El riesgo país, que había bajado a 1.490 pb el lunes posterior a las elecciones, cerró la semana en 1.616 pb -uno de los niveles más altos del año-, en tanto que el Merval medido en dólares cayó 12% en la semana, acumulando una caída del 15% desde el lunes 14 y retornando a los niveles de mediados de agosto.

El deterioro de las expectativas se centra en el frente fiscal, dado que en los próximos meses el desequilibrio será creciente -de la mano del mayor gasto electoral-, en un contexto en el que el frente externo está cada vez más complicado. Por caso, en la semana se publicó el resultado fiscal de agosto, el cual marcó que el gasto -sin las partidas relacionadas con el COVID- subió al 90% i.a. de la mano de la aceleración del gasto social, en subsidios y en obra pública. Esto opacó la buena performance de los ingresos que, por la combinación de crecimiento e inflación, subieron al 70% i.a.

Así las cosas, el déficit primario del mes llegó a $125.000 M, acumulando en los ocho meses del año un rojo de USD 435.000 M. De acuerdo a nuestras proyecciones, en lo que resta del año el Tesoro deberá afrontar un déficit primario superior a los $1.300 billones, que se suma a los vencimientos de deuda en moneda local por casi el mismo monto.

En el frente externo, pese a los buenos precios internacionales y la mayor demanda de Brasil, lo que permitió una muy buena performance de las exportaciones en agosto (subieron 64% i.a., y el superávit comercial del mes se ubicó en USD 2.400 M), la tensión cambiaria continúa, y eso presiona a la brecha cambiaria, que subió al nivel más alto desde octubre del año pasado. Esto se debe a que la liquidación de las exportaciones se viene reduciendo -especialmente la del agro que, de liquidar a USD 145 M en agosto, en septiembre lo hace a USD 100 M por día-, en un contexto en el que los pagos por importaciones siguen escalando (en agosto llegaron a USD 6.400 M, alcanzando el nivel más alto desde 2013, cuando el TCRM era 15% más bajo).

Con este marco de fondo, en la última semana las reservas internacionales cayeron USD 2.204 M (cerraron en USD 43.131 M las brutas y en USD 6.400 M las netas), producto del pago de deuda al FMI por USD 1.800 M y las ventas en el mercado cambiario por USD 130 M. Con este resultado, en lo que va del mes el BCRA acumula ventas netas por USD 700 M, el peor resultado desde octubre de 2020. El tipo de cambio oficial subió apenas 0,2%, llevando la devaluación a sólo 9% anualizada.

Distinta fue la performance en las cotizaciones en el mercado financiero, con el CCL medido en GGAL subiendo más de 5% en la semana y llevando la brecha con el oficial al 95%. En cuanto a los bonos en pesos, en la semana se destacó la recuperación de los bonos CER, que subieron 2,6% en promedio, mientras que los bonos dollar linked se movieron a la baja, especialmente el TV22 -el más representativo-, que cayó 1,7% luego de la marcada suba que había mostrado las semanas anteriores. 

Lo que viene

La semana estará marcada por las novedades en la política, además de la presión del oficialismo por ampliar el presupuesto y tolerar mayor desequilibrio fiscal. El salto que tuvo la brecha cambiaria la semana pasada es un factor de riesgo que habrá que seguir de cerca, no sólo porque complica aún más la dinámica de las reservas internacionales, sino también porque le pone un piso más alto a la inflación futura.

Esperamos mayor emisión asistencia financiera del BCRA al Tesoro, dado el desequilibrio fiscal previsto para septiembre. En cuanto a los datos económicos, esta semana se publicará el EMAE de julio (se espera una contracción del nivel de actividad), y al cierre de la semana se conocería la recaudación tributaria de septiembre.