Internacional
¿Qué pasó?
En la última semana los mercados cerraron bajistas, luego de que se publicara la noticia sobre una nueva cepa de COVID-19, proveniente de Sudáfrica -denominada Omicron-, que generó una nueva ola de pánico que arrastró a todos los mercados. La llegada de la nueva cepa, de la que no se sabe aún el grado de contagio que posee, se dio en un contexto en el que los contagios ya venían mostrando una fuerte suba, especialmente en Europa. Como venimos destacando en informes anteriores, la buena noticia es que los casos graves y de fallecidos sigue siendo muy bajo, reflejo de la efectividad de las vacunas.
En el frente económico, los indicadores publicados fueron mixtos. Entre los positivos, se destacó que los subsidios por desempleo cayeron 70.000 en la semana, hasta llegar a 199.000 peticiones, la marca más baja de las últimas 5 décadas. En cuanto a los datos del mercado, las ventas de viviendas usadas aumentaron por segundo mes consecutivo, reduciendo el stock de inventarios y presionando al alza los precios, que en el último año subieron 13%.
Actividad manufacturera: el adelanto del PMI manufacturero de noviembre superó al del mes anterior y se ubicó en 59 puntos, en línea con lo esperado. Contraria fue la performance del PMI de servicios, que se ubicó en 57 puntos, empeorando respecto a octubre, cuando había marcado 58,7. Con esto, el PMI compuesto se ubicó en 56,5 puntos, ubicándose por debajo del mes anterior (57,6 puntos) y de las expectativas del mercado (58,2). Con este resultado, en lo que va del último trimestre, el PMI compuesto promedia 56,8 puntos, prácticamente idéntico al del 3Q21. Si bien este resultado pone una luz amarilla a las perspectivas de recuperación, el buen dinamismo que presentó el consumo y gasto del consumidor siguen siendo el soporte para que en el 4Q21 el PBI se expanda por encima del 8% trimestral anualizado, recuperándose del 2,1% que se registró en el 3Q21.
La inflación también fue noticia: la medida de la encuesta sobre los precios pagados por las empresas para los insumos saltó a 78,1, siendo la más alta desde 2009 (supera al 74,1 de octubre). Esto le pone más presión a la inflación, que continúa en niveles altos. De hecho, el índice de precios PCE de octubre subió 0,6%, el más alto desde junio y, además, acumula en los últimos doce meses un alza del 5,0%. Igual tendencia marcó el IPC Core, que subió 0,4% en octubre y 4,1% en el último año. Las minutas de la FED de la última reunión indicaron que, ante una persistente inflación, podría darse una aceleración del tapering, así como también una suba en las tasas de interés, para así hacer más efectivo el control sobre los precios.
Sin embargo, la principal noticia se dio el día viernes en el frente sanitario, cuando la OMS indicó que se está analizando una nueva cepa del virus COVID-19 proveniente de Sudáfrica, que podría ser aún más contagiosa y hasta presentar inmunidad frente a algunas vacunas. Esta medida sacudió a todos los mercados de renta variable, que cerraron con el ACWI con una variación semanal de -3,4%. El S&P y el Nasdaq cerraron con caídas de 2,3% y 2,5%, respectivamente, reduciendo las ganancias acumuladas en el año al 23% y 25% -respectivamente-. Todos los sectores presentaron bajas, encabezadas por el de comunicaciones (3,4%).
Ante esta aversión al riesgo, los inversores migraron al mercado de renta fija, por lo que la demanda hizo disminuir las tasas de interés. Concretamente, la tasa de bonos del tesoro a 10 años acumulaba una semana alcista, hasta que el día viernes tuvo una caída de 16 pb, por lo que cerró en 1,48% ante la alta demanda de activos más seguros. De esta forma, cerró la semana con una caída de 7 pb, alcanzando así el valor más bajo de las últimas tres semanas.
Del lado de los commodities, el petróleo también se vio afectado por la noticia, y cerró la semana con una caída del 10,2% -acumulando una baja mensual del 16,3%-. ante la preocupación de que un nuevo cierre podría frenar su demanda. Lo propio ocurrió con el cobre y la soja, que tuvieron una caída semanal de 2,48% y 0,81%, respectivamente, recortando así las ganancias que venían generando desde hace 15 días. El oro, a pesar de ser uno de los grandes beneficiados -al ser considerado una reserva de valor-, terminó la semana con una caída del 2,81%, y acumula una baja de 5,47% en lo que va del año.
Con respecto a las monedas, el euro se vio fortalecido frente al dólar un 0,4% en la semana, gracias a la rapidez de reacción ante la noticia de la cepa. Por su ponderación en el índice, esto hizo caer al índice DXY, por lo que terminó con un resultado neutral. En cuanto a los países emergentes, las monedas tomaron impulso frente al dólar. Concretamente, el real se apreció el día viernes para cerrar la semana con una variación nula. Mismo resultado semanal tuvo el EWZ que, afectado por la noticia, descontó toda la ganancia que había acumulado en la semana y cerró con una pérdida de 20,7% en lo que va del año.
Lo que viene
Los mercados seguirán atentos a las noticias que lleguen del COVID-19, sobre el aumento de contagios y el avance de la variante Omicron. En cuanto a los datos económicos, el miércoles se publicará el dato final del PMI de noviembre y el viernes se conocerá la tasa de desempleo del mismo mes (el mercado espera que se ubique en 4,6%).
Sumado a esto, se dará el dato de nuevas nóminas no agrícolas de noviembre, en el que el mercado espera 550 M, levemente por encima de los 531 mil registrados en octubre.
Local
¿Qué pasó?
El mercado aún se encuentra a la espera de medidas concretas por parte del gobierno y avances en el acuerdo con el FMI. Esta incertidumbre sigue golpeando a los activos argentinos, que volvieron a cerrar en rojo, mientras el riesgo país no deja de aumentar.
Concretamente, en la última semana el BCRA aprovechó la buena liquidación de divisas del agro (liquidó más de USD 500 M), casi lo mismo que la semana previa pese al feriado, y logró cerrar la semana con compras netas por USD 90 M, tras 4 semanas consecutivas de saldo negativo. Pese a estas intervenciones, en lo que va noviembre se acumulan ventas netas por USD 730 M. El stock bruto de reservas internacionales cayó USD 131 M, cerrando la semana en USD 42.144 M, en tanto que las reservas netas cerraron en USD 4.850 M. En concreto, el nivel de reservas netas viene cayendo y es lo que le marca el tiempo a las negociaciones con el FMI, dado que no alcanzarían para pagar los vencimientos con el organismo más allá de marzo del año que viene.
Pese a la debilidad del activo del BCRA, el sistema financiero se mantiene líquido y sólido en moneda extranjera: entre encajes y efectivo, cubren el 81% de los depósitos totales y el 96% de los depósitos del sector privado. Ante este escenario de reservas, el BCRA volvió a tomar medidas para evitar el drenaje, eliminando la compra de pasajes al exterior en cuotas. Vale destacar que, si bien estas operaciones venían subiendo -dada la reapertura del turismo-, los montos son minúsculos (de hecho, en el mes de octubre, los gastos totales por viajes fueron de USD 240 M). Otra de las medidas tomadas fue mantener la norma que impide a los bancos aumentar su posición en dólares.
Mientras tanto, el BCRA aceleró levemente la devaluación al 20% anualizado, e incluso el viernes aceleró al 31% anualizado, aunque sigue muy por debajo de la inflación, que en noviembre marcaría una suba superior al 50% anualizada. El Dólar MEP cayó a $200 y la brecha con el oficial se redujo al 98%. Igual tendencia marcó el CCL no regulado, que en la semana cayó 1,5% y redujo la brecha al 111%.
Con respecto al mercado de renta variable, el Merval cerró la semana con una baja del 10,5% -con un acumulado anual de 3,2%-, afectado tanto por el escenario local como por el internacional. La caída fue generalizada y estuvo encabezada por el sector energético (9,7%) y el financiero (9,1%) -este último afectado también por malos resultados de balances-. El riesgo país, por su parte, marcó en la semana nuevos máximos desde la reestructuración, hasta cerrar el viernes en 1.869 puntos. Con respecto al mercado de renta fija, sólo los bonos CER tuvieron subas que promediaron el 2% semanal, mientras que el resto de los bonos cerraron la semana en rojo.
En cuanto a los datos económicos publicados en la semana, lo más importante pasó por el resultado fiscal de octubre que, tal como se esperaba, marcó un fuerte deterioro, debido al gran incremento del gasto primario. Concretamente, mientras el gasto primario subió al 20% en términos reales, los ingresos subieron al 10%, por lo que el déficit primario del mes llegó a $209.000 M, muy superior a los $82.000 M que había marcado un año atrás. La aceleración del gasto fue generalizado en todas las partidas, entre las que se destacaron los subsidios, asistencia social y transferencias a provincias. Considerando el pago de intereses, el déficit global llegó a $277.000 M.
Fue alentador que en el mes que el Tesoro refinanció todos los vencimientos y tuvo colocaciones netas por más de $130.000 M, lo que permitió reducir la asistencia del BCRA. Lo mejor de la semana pasó por la publicación del EMAE de septiembre, que marcó un alza de 1,2% m/m, alcanzando el nivel más alto de los últimos dos años y acumulando en lo que va de 2021 un alza de 11%.
Lo que viene
Las miradas seguirán puestas en las negociaciones con el FMI. Con los bonos en un nivel mínimo y con un escenario global volátil, el mercado espera señales concretas del gobierno sobre los avances en las negociaciones y la posibilidad de lograr un acuerdo que mejore las expectativas.
Al cierre de la semana, se conocerán los datos de recaudación tributaria y comercio exterior con Brasil, lo que será una buena medida de cómo se comportó la actividad y las exportaciones durante noviembre.