- La política monetaria se enfrenta ante un panorama de incertidumbre económica. El rebrote COVID-19 genera necesidad de recursos para la economía doméstica que serían financiados desde la autoridad monetaria.
- El sector monetario nacional podría tener nuevos excesos ante los potenciales impulsos a la actividad económica. Se plantea una gran demanda de financiamiento ante el potencial nuevo nivel de restricciones.
RESUMEN
- La política monetaria podría tener una nueva fase acomodaticia respecto a las necesidades financieras del Tesoro Nacional derivadas de mayores restricciones sobre la actividad económica.
- Las potenciales restricciones que emergen desde el escenario sanitario actual generarían una nueva expansión de la base monetaria. En efecto y luego de un primer bimestre de contracción, la base monetaria volvió expandirse.
- El objetivo de converger hacia un menor desequilibrio fiscal para minimizar la asistencia monetaria parece desactivarse en el marco de la urgencia socioeconómica actual.
- La carrera entre el rebrote del virus y la vacunación determina el direccionamiento de mayores recursos para sostener la actividad económica. Para nuestro país, esto es equivalente a expandir fuertemente la emisión monetaria.
- La estabilización incipiente en el mercado cambiario deriva en cierta recuperación en las reservas internacionales brutas durante abril tras meses consecutivos de caídas registradas desde agosto de 2020.
- El nivel de reservas internacionales brutas se mantiene estable en los primeros cuatro meses del año. El saldo en la segunda semana de abril se registra en los U$S 39.801 millones.
- Durante abril el Banco Central sostiene el nivel de tasa de interés de política en 38% y no se espera un aumento ante las derivaciones del rebrote del virus. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%.
- Durante el mes de abril el tipo de cambio minorista continúa con variaciones diarias en el segmento formal resultando en una depreciación del 9% en lo transcurrido del año.
- La volatilidad en la cotización del mercado cambiario informal continuó en una fase de disminución en lo transcurrido de este año, lo cual generó un nivel menor de cotización respecto al formal, estableciéndose en $/U$S 143.
- El riesgo país medido por el EMBI+Arg aún se establece en un nivel relativamente alto, 1592p.b. durante la segunda semana de abril, nivel similar al de marzo.
- La política monetaria podría tener una nueva fase acomodaticia respecto a las necesidades financieras del Tesoro Nacional que responden a mayores restricciones sobre la actividad económica. El deterioro de las condiciones sanitarias nacionales dadas por el estrés en el sector salud, determinará un nuevo escenario de confinamiento y, por lo tanto, mayores necesidades de financiamiento monetario.
- La carrera entre el rebrote del virus y la vacunación determina el direccionamiento de mayores recursos para sostener la actividad económica. Para nuestro país esto se traduce en expandir la emisión monetaria lo cual implica riesgos inflacionarios y acumulación de desequilibrios macroeconómicos tales como el déficit interno y el crecimiento de los saldos monetarios en un entorno recesivo.
- En una coyuntura económica de estanflación y reanudación del confinamiento, los desequilibrios monetarios, fuente de desalineamientos nominales, plantean un riesgo temporal sobre la dinámica de precios y el mercado cambiario. Ante la reapertura de la actividad económica, la gestión monetaria deberá ser más intensa para abordar el objetivo de desinflación.
- El objetivo de converger hacia un menor desequilibrio fiscal y sustentar la dinámica macroeconómica parece desactivarse en el marco de urgencia socioeconómica actual lo que se traduciría en mayores impulsos monetarios y discrecionalidad en la gestión de política.
- En ese sentido, durante en marzo el Banco Central asistió al Tesoro Nacional con $ 135.000 millones a través del adelantos transitorios luego de 4 meses consecutivos sin utilizar este canal de financiamiento fiscal ni tampoco haber transferido utilidades, otro canal de financiamiento al sector público.
- El saldo de reservas internacionales brutas en la segunda semana del mes de abril es US$ 39.801 millones lo que implica un aumento incipiente de U$S 208 millones respecto del mes anterior y una recuperación de U$S 414 en relación a diciembre.
- Por otro lado, las reservas internacionales netas totalizarían los U$S 7.631 millones promediando el mes de abril y tras mantener el nivel de reservas brutas en un promedio de U$S 39.606 millones. La estimación del nivel neto se corresponde con el descuento de asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras.
- La depreciación nominal en el mercado minorista hacia la segunda semana del mes de abril fue 9% respecto de principios de año, con una cotización promedio de cierre en $ 98,3 aunque luego del impuesto País y la nueva retención, la cotización efectiva resulta en $ 162,24.
- El mercado informal sostiene cierta estabilidad durante el mes de abril aunque en un panorama de inflación que no se desacelera lo cual se traduce en un potencial nivel de tensiones sobre la moneda doméstica. La cotización informal se sitúa, hacia la segunda semana de abril, en los $/U$S 143, esto representa una disminución de 14,5% en lo transcurrido del año.
- El nivel de tasa de política monetaria en el cierre de la segunda de abril se establece en 38% situándose en un promedio similar al del año 2020. Las expectativas en relación a aumento del nivel de tasa se desactivan dado el potencial inicio de una fase de confinamiento estricto y sus efectos negativos sobre la actividad económica. Esto plantea un panorama menor de tensiones inflacionarias y distorsiones respecto al tipo de cambio.
- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia la segunda semana de abril registra 1592 p.b. Esto nota un nivel similar de fines de marzo cuando el nivel fue 1589 p.b.