- El contexto monetario nacional sigue expuesto a tensiones vinculadas con las necesidades de financiamiento fiscal. En lo transcurrido del año, la autoridad monetaria aumentó en más de dos veces el financiamiento al fisco en comparación a todo el año 2019.  

- El gobierno busca resolver la reestructuración de la deuda externa en el marco de una negociación con resultados inciertos. Las negociaciones continúan durante julio a los efectos de converger posiciones lo cual es cardinal para estabilizar las expectativas económicas.  

Resumen

- El escenario monetario nacional se encuentra esencialmente restringido a las necesidades financieras del sector público en el marco de una economía principalmente en confinamiento.  

- El accionar fiscal anticíclo que demanda la coyuntura pone en evidencia el deterioro previo de la economía nacional, especialmente la dinámica no sostenible derivada del financiamiento del déficit fiscal primario.

- Nuevamente, el desafío que se presenta en la segunda instancia de esta crisis, fundamentalmente para los países emergentes, es contener los efectos no deseados de las medidas tomadas para financiar parcialmente los ingresos de sector privado.  

- La negociación de deuda aún está definida a pesar de que los aspectos financieros se están coordinando para ambas partes. La gestión política deberá cerrar el acuerdo.  

- El Banco Central sostiene el nivel de tasa de interés de política en 38%. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%. Siendo el nivel más bajo desde mayo de 2018.  

- Durante el mes de julio el tipo de cambio minorista mostró variaciones en el segmento formal. Se registró una depreciación del 2% en lo transcurrido de julio.  

- Mientras que las tensiones observadas en el mercado cambiario informal conformaron un nivel más alto de cotización durante julio la cual se estableció en los $/U$S 132 hacia la última semana julio.  

- El riesgo país medido por el EMBI+Arg se establece en los 2220 p.b. durante la última semana de julio lo cual representa una disminución desde los 2495 del último día de junio.  

- Los países emergentes presentan restricciones de distinto grado en la utilización de instrumentos monetarios dados los riesgos cambiarios,  inflacionarios y de volatilidad financiera. Esto se transforma en limitaciones de mayor profundidad en países como Argentina que vienen presentando desequilibrios monetarios y cambiarios estructurales.

- Debemos notar que la economía argentina, debido a la persistencia de esos desequilibrios, presenta dificultades en los canales de transmisión de política económica. En ese sentido, una política monetaria de estabilización no tendrá la misma eficacia que en contextos de mayor estabilidad. Este es un desafío de importancia para el Banco Central.    

- El poder ejecutivo continúa en proceso de negociación con los acreedores privados con títulos bajo ley extranjera. Si bien hay convergencia económica entre ambas partes, se deben resolver ajustes, desde nuestra perspectiva, técnicos legales para arribar a un acuerdo definitivo. Pues, la diferencia en el flujo de pagos (capital e intereses) los bonos es de menos de U$S 1.000 millones, lo que representa la posición más cercana desde que se inició la gestión de negociación.

- El accionar fiscal anticíclo que demanda la coyuntura pone en evidencia el deterioro previo de la economía nacional. Las necesidades de subsidios y transferencias al sector privado y provincias por parte del fisco, comprimen el margen de política monetaria dado que no se avizora modificaciones de tasa de interés.

- Ciertamente, si la política monetaria intenta estabilizar la expansión de masa monetaria y sus potenciales presiones sobre el tipo de cambio, el costo se situará en un sesgo contractivo sobre la actividad económica.      

- Es importante destacar esos aspectos debido a que la profundización de la ventanilla de emisión monetaria como único prestamista del sector fiscal debe tener límites definidos ya que el sesgo inflacionario de la economía argentina puede generar fuertes desalineamientos de precios y tipo de cambio.  

- La expansión monetaria registrada desde el comienzo de la cuarentena social aumentó significativamente. Esto generó que el financiamiento desde el Banco Central a través de adelantos transitorios y transferencias de utilidades ascienda al total de $ 1.115.000 millones, lo cual representó un 200% del monto total de todo el año anterior.

- Por lo tanto, es crucial minimizar las tensiones sobre el tipo de cambio no solo por los efectos directos sobre la cotización, sino que la demanda de dinero nacional no debe caer abruptamente para evitar generar una situación de apremio monetario mayor.  

- El mercado de cambios comienza a evidenciar la necesidad de un ajuste debido a la divergencia que presentan los mercados oficial e informal. Esto será un desafío cada vez más importante a medida que los precios de la economía comiencen a ajustarse.  

- La depreciación nominal finalizada la tercera semana de julio mes fue 2% con una cotización promedio de $ 75,90, aunque luego del impuesto País la cotización efectiva resulta en $ 98,7.  

- Sin embargo, en el mercado informal continúan registrándose tensiones por una menor oferta de divisas, el menor rendimiento de la moneda nacional derivado de la disminución de tasas de referencia y la incertidumbre financiera de corto plazo. La cotización informal marco su máximo histórico en julio llegando a los $/U$S 140.  

- Hacia la última semana de julio el mercado informal de la divisa norteamericana se sitúo en $/U$S 132, registrándose una depreciación mensual de 5,6% respecto de junio.

- El saldo de reservas internacionales promediando el mes de julio fue US$ 43.122 millones, lo que implicó un leve aumento de US$ 157 millones respecto al cierre de junio. Las restricciones cambiarias y las regulaciones de liquidez siguen constituyendo un factor favorable para que la entidad monetaria pueda sostener el nivel de reservas.  

- Por otro lado, las reservas internacionales netas totalizan los U$S 9.136 millones al cierre de julio. Esto es, descontados las asignaciones por derechos especiales de giro del FMI, las obligaciones monetarias con otras entidades (swaps) y los depósitos por encajes en moneda extranjeras de entidades financieras.

- El nivel de tasa de política monetaria de julio se mantiene similar respecto del mes anterior. En el cierre de la tercera semana de mayo se situó en 38% anual desde el 63% que había dejado la gestión previa, es decir, una acumulación de 25 puntos de recorte en el rendimiento de las LELIQ, derivado de una política expansiva. A su vez, el nivel de tasa efectiva se estableció en 45,4% anual.

- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia la tercera semana de julio y en la instancia de negociación de deuda, registra 2220 p.b. Esto nota una disminución de 11% respecto de fines de junio. Si bien es un indicador de gran volatilidad, expone los efectos adversos sobre el lado financiero de la económica doméstico y la incertidumbre respecto de la reestructuración de la deuda soberana.