El objetivo de estas líneas hacer unas consideraciones generales y más teóricas sobre esta fragilidad estructural de la economía acrecentada desde mediados de los 70 con la excepción de la convertibilidad y el modelo Lavagna-Néstor Kirchner.
La inflación es el aumento sostenido de los precios de la economía de un país. El mismo distorsiona las decisiones de ahorro e inversión, acortando los niveles de predicción tanto de las firmas como de los individuos.
Los empresarios no pueden prever el nivel de precios del futuro, lo que impacta sobre las cantidades que eligen producir, los trabajadores, por otro lado, sufren una pérdida del poder adquisitivo de su salario, por lo que la inflación es un mal que afecta a todos. La falta de previsibilidad genera una puja a la hora de las negociaciones salariales que retroalimenta a los niveles de precios dándoles un nuevo piso cada nuevo año en el que se discuten las paritarias. El aumento de los salarios debería estar en concordancia con los aumentos de productividad y rentabilidad de cada sector.
La elevada inflación se relaciona con un deseo de los agentes de deshacerse de la moneda nacional, especialmente para ahorrar, generan una demanda en ascenso de divisas extranjeras, elección por excelencia del ahorrista común. Esta es una de las razones para la implementación, por parte del gobierno, de restricciones a la compra de divisa que generó una importante expansión del precio del dólar paralelo que actualmente se encuentra rondando los 140 pesos por dólar contra un tipo de cambio oficial de alrededor de 75 pesos por dólar.
El gobierno estima el dólar oficial a fines de 2021 en 101 pesos. Parece un número bajo. Las tasas elevadas de inflación generan un alto nivel de volatilidad macroeconómica. La inestabilidad macroeconómica puede tener efectos severos en la economía real.
El aumento en el nivel de precios genera una expansión de los ingresos que percibe el gobierno a partir del impuesto inflacionario. Un sistema de cambio fijo puede ser una solución para nivelar la inflación, en el corto plazo, el mismo actúa como un ancla nominal ya que los precios se “atan” a los de una economía que presenta niveles de inflación más bajos. Muchos bancos centrales de varios países presentan una política de metas de inflación aunque para que la misma se cumpla debe generarse una confianza por parte de los agentes de la economía de que la inflación será la que la meta establece, junto con la necesidad de independencia del banco central por sobre el tesoro junto con una política monetaria para que se cumplan las metas. La independencia del BCRA ha disminuido ante la mayor dominancia fiscal. Los altos niveles de gasto estatal, que han crecido más que los ingresos generando un déficit primario, pueden encontrarse como una de las causas de la generación del aumento de precios sostenido en el tiempo.
Sumado a este punto, en los últimos meses la emisión monetaria ha crecido mucho por los gastos de emergencia asociados a la pandemia. El déficit fiscal primario se encuentra en los niveles de finales de los 70’s estimado en un 9% del PIB liderado por el gasto en subsidios en la emergencia, IFE y ATP. Otras teorías atribuyen como causa del fenómeno a la pérdida de independencia del Banco Central. Por otro lado, también es necesario destacar que el aumento de precios puede deberse al aumento del precio de las commodities que impacta sobre el mercado doméstico. De esta forma puede observarse como las causas de inflación son atribuidas a distintos fenómenos: la devaluación, el exceso de demanda ante cuellos de botella; los incrementos salariales; la elevada concentración económica; el alza de los precios internacionales de los alimentos; la emisión monetaria o las expectativas de inflación.
Por su parte, el gobierno actual atribuye la suba a un clima político y social que afecta las expectativas de los agentes; en su opinión, estamos ante un “reacomodamiento de precios” que se disipará cuando se recuperen las expectativas favorables. Es de alta complejidad erradicar el fenómeno a partir de la implementación de “controles de precios” ya que la inflación es de índole macroeconómica.
Por otro lado, la idea de “enfriar” la economía para generar una disminución de los precios puede ser peligrosa y no generar los efectos esperados. Según el Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), la inflación es el mayor problema que posee la Argentina a la hora de hacer negocios.
El nivel de precios de Argentina se encuentra en los peldaños más elevados comparándolo con el resto del mundo, sólo países como Venezuela tienen niveles de inflación más altos. De esta forma puede observarse como en nuestro país continúan existiendo la tensiones características de un país exportador primario aún en proceso de industrialización, entre sectores con productividades distintas, lo que en su momento Diamand llamó “la estructura productiva desequilibrada”, esto se vio plasmado, en su punto máximo, con el “voto no positivo” a la 125 ante la implementación de retenciones móviles.
Las causas de la inflación se asocian también a la imposibilidad del desacople de los precios domésticos de los internacionales, junto con la imposibilidad para contener las prácticas de los grupos concentrados.
Estamos frente aun fenómeno bien complejo que la sociedad no ha podido resolver. Llevamos 10 años en un nivel promedio de 30%mensual.
La dolarización plena no es viable políticamente, la sociedad la rechaza como una profundización de larigidez de la convertibilidad que ha quedado muy desprestigiada a pesar de muchos de sus logros. La solución defondo de un ajuste fiscal no tiene hasta el momento consenso social. Es probable que debamos convivir coninflación como si fuese una enfermedad crónica en la analogía médica. La dirigencia política que consiga estabilizarval país obtendrá un fuerte respaldo en las urnas.