A principios de diciembre se registró un nuevo máximo histórico en el precio del oro, alcanzando cerca de USD 2.100 la onza. Debido a este acontecimiento, nos propusimos estudiar la relación histórica entre la tasa de interés real y el precio del oro durante los últimos años. Históricamente se ha detectado una correlación negativa entre las dos variables. El oro, al ser un activo de refugio, no genera rendimientos, y en momentos de tasas de interés reales altas, los inversores suelen preferir capturar ese interés. Es decir, en entornos de tasas de interés reales altas, el oro tiene un costo de oportunidad mayor. Para profundizar esta relación, nos propusimos realizar el siguiente estudio. En el gráfico se muestra la relación entre el logaritmo del precio del oro deflactado, y el nivel de tasas reales desde 2006 hasta la actualidad, en donde podemos destacar los siguientes puntos:

  • Nuestro análisis revela una clara correlación negativa entre dichas variables, en donde el valor del oro y la tasa de interés real generalmente se mueven en direcciones opuestas de manera consistente (notar que el eje vertical derecho se encuentra invertido).
  • Esta relación se rompió durante 2022. Durante ese año, mientras la tasa de interés real comenzó a aumentar, el precio del oro se mantuvo relativamente estable. Esta divergencia se profundizó aún más a lo largo de este año, en donde el precio del oro subió considerablemente, acompañado de un leve incremento en la tasa real.

 En resumen, aunque históricamente se observa una clara relación entre las tasas de interés y el valor del oro, esta tendencia parece haber cambiado a partir de 2022. Sin embargo, en contextos de incertidumbre económica y geopolítica como los actuales, el oro puede aumentar independientemente del nivel de tasas reales. Esto refleja su rol como refugio, en donde se valoriza por su estabilidad más que por la suba de la tasa de interés real.