La curva de los bonos del Tesoro americano suele ser un buen indicativo de las expectativas que tienen los inversores sobre las perspectivas futuras de la actividad económica, reflejada principalmente en la pendiente de la curva. La curva se invierte cuando el term spread es menor a cero, es decir, cuando las tasas cortas ofrecen un mayor rendimiento que la parte larga. Hay diversas formas de calcularlo, pero la más efectiva suele ser la diferencia entre la tasa que paga el bono del Tesoro a 10 años y la que paga una letra a tres meses. A lo largo de la historia, una curva invertida suele ser un poderoso indicador para predecir recesiones. En el siguiente cuadro, nos propusimos estudiar las últimas inversiones de la curva y evaluar dónde nos encontramos actualmente.

  • La curva se invirtió en octubre del 2022, y lleva invertida ya 400 días. El promedio histórico de la duración de la inversión en cada periodo es de 313 días. Podemos afirmar que la longevidad de esta inversión superó el promedio, pero observamos periodos en que la inversión se prolongó aún más, como en los años 68, 73 y 78.
  • Históricamente desde el día en que se invirtió la curva, la recesión tardó en promedio 358 días en impactar a la economía. Actualmente nos encontramos excedidos del promedio, pero observamos datos en los que tardó más, como en 1980, 1989 y 2007. 
  • Al observar la profundidad de la inversión de la curva, nuevamente podemos notar que estamos por encima del promedio, pero encontramos periodos anteriores en donde se llegó a duplicar el nivel de profundidad actual. 

Como conclusión, podemos decir que de los últimos ocho periodos en donde se invirtió la curva de 10 años y tres meses, se materializó una recesión en la economía norteamericana. En las tres variables que estudiamos, actualmente nos encontramos excedidos al promedio histórico, aunque también encontramos casos de mayor magnitud. La pregunta sigue en pie: ¿entrará la economía norteamericana en recesión o conseguiremos el tan buscado soft landing?