El creciente uso de dispositivos digitales y la dependencia de la tecnología en la sociedad ha generado un riesgo para muchas empresas y gobiernos expuestos a ciberataques. Esta situación ha originado un nuevo mercado destinado a dar solución a las preocupaciones que emergen en el mundo virtual. La demanda de productos y servicios de ciberseguridad se encuentra en aumento y ciertas empresas destacan por su habilidad para aprovechar esta necesidad potencial. Examinaremos sus oportunidades de inversión en el mercado local.
La ciberseguridad se refiere a la práctica de proteger los sistemas críticos y la información confidencial y sensible de diversas organizaciones y gobiernos contra los ataques cibernéticos. Esta necesidad surge debido a la creciente dependencia de la tecnología y la digitalización en la sociedad del siglo XXI, lo cual hace imperativo tomar medidas para contrarrestar las constantes amenazas presentes en los sistemas y aplicaciones en línea. En respuesta a esta realidad, las empresas están implementando políticas de ciberseguridad más sofisticadas y los gobiernos están estableciendo medidas para mejorar el marco normativo tecnológico, proporcionando así un respaldo adicional al desarrollo de la industria de la ciberseguridad.
Podemos distinguir varios tipos de amenazas a los que estamos expuestos: i) el malware, software malicioso que proporciona acceso no autorizado causando daños a una computadora; ii) el ransomware, destinado a secuestrar datos bloqueando archivos, datos o sistemas y amenazando con destruir o hacer públicos los datos y; iii) el phishing, donde se engaña a los usuarios para que proporcionen información de identificación personal o confidencial. En otras palabras, cada individuo, al hacer uso de su computadora personal y/o móvil, se encuentra expuesto a una serie de peligros como el robo de contraseñas, acceso a cuentas bancarias y redes sociales, así como también la usurpación de identidad.
La ciberseguridad ha venido creciendo en los últimos años debido a tres grandes factores. Por un lado, las tensiones geopolíticas alimentan el aumento de ciberataques. A nivel global, en 2022 los ataques cibernéticos incrementaron un 38%. Si desglosamos los datos de los países de la OTAN, dicho crecimiento alcanza el 300%, particularmente impulsado por Rusia como principal responsable. Por otro lado, el uso de la inteligencia artificial se ha convertido en un insumo clave para los hackers que emplean el reconocido ChatGPT para mejorar sus ataques en línea. De esta forma, se entrenan para generar correos de phishing más creíbles y legítimos, propagar desinformación y crear softwares malignos. A esto se suma la tendencia hacia el trabajo remoto que genera que las personas conecten a los datos de las empresas a través de redes domésticas o públicas, aumentando el riesgo de ataques para los ciberdelincuentes.
El mercado mundial de la ciberseguridad ha experimentado un sólido crecimiento en los últimos años, con un aumento de los ingresos desde los USD 83.000 M en 2016 hasta los USD 147.000 M en 2022. La crisis del COVID-19 fue el gran impulsor de esta transformación debido a la vulnerabilidad de la seguridad del trabajo remoto. Se proyecta que los ingresos en el mercado de la ciberseguridad alcancen los USD 162.000 M en 2023, siendo América del Norte la región dominante. Este año, la mayor parte de los ingresos provendrá de EE. UU., totalizando USD 68.000 M, seguido, respectivamente, por China con un total de USD 14.300 M, Reino Unido con un valor de USD 9.800 M y en cuarto lugar, Japón con USD 8.700 M. La tasa de crecimiento proyectada para el periodo 2023-2028 es del 10%, resultando en un volumen de mercado de USD 256.500 M para 2028.
Un aspecto a destacar es que los ciberataques se han vuelto cada vez más costosos para las compañías, lo que incrementa la demanda por servicios de ciberseguridad y añade desafíos adicionales a la industria. El costo del cibercrimen ha venido creciendo a una tasa de 6% anual y actualmente se ubica en USD 8.000 M. Se estima que para 2028 supere los USD 10.000 M. Por eso, es importante que las empresas alcancen una economía de escala con el fin de reducir los costos de implementación de los servicios de ciberseguridad. Hay empresas que están desarrollando soluciones de seguridad de última generación que, sumadas a la continua demanda que enfrenta el sector, les permite consolidarse en el mercado.
La necesidad de implementar nuevas medidas de seguridad se refleja en el mercado de valores. La empresa destacada es Palo Alto Networks. Fundada en 2005 y proveniente de EE. UU., provee servicios globales de ciberseguridad a empresas y entidades gubernamentales. Esto incluye la protección de sus redes, fuerzas de trabajo remotas y nubes públicas.
En lo que va del año, la acción de Palo Alto Networks ha acumulado un alza del 75%, mientras que sus competidores más cercanos, como Fortinet y CrowdStrike, subieron 57% y 47%, respectivamente. Mientras tanto, el ETF relacionado con la ciberseguridad e innovación tecnológica —el Global X Cybersecurity ETF— experimentó una subida del 19%.
También es positiva la performance de Palo Alto Networks comparada con el ETF de sectores tecnológicos prometedores y con gran potencial de crecimiento. El ETF tecnología Blockchain aumentó un 66%, le sigue el de semiconductores con un 50%, el de Inteligencia artificial aumentando un 43% y Cloud Computing y Robótica con alzas del 35% y 26%, respectivamente.
Al comparar la evolución histórica de los últimos cuatro años, se observa que Palo Alto creció solo un 8% desde junio 2019 hasta octubre 2020. Desde esa fecha hasta ahora, su crecimiento fue del 232%. En ese periodo, el ETF de ciberseguridad subió un 13% y el ETF de innovación tecnológica un 25%. De esta forma, Palo Alto ha superado ampliamente a empresas de su mismo rubro y a los ETFs que replican el sector de ciberseguridad.
Los balances de la empresa corroboran esta tendencia positiva. En su balance fiscal de 2022, tuvo una facturación de USD 5,50B, mientras que el promedio de la industria de ciberseguridad alcanzó tan solo USD 1,02B. Para este año, la compañía estima tener ingresos de USD 6,89B, lo que supondría un crecimiento del 25%. Por su parte, el EBITDA ascendió a USD 93,80M, considerablemente superior a la mediana de la industria que se sitúa en USD -7,51M. Además, tiene un Beta de 1,21 y una capitalización de mercado de USD 75B. El EPS (ganancias por acción) es de 0,64, en contraposición a la media de la industria, que es -1,68. Esto evidencia que la empresa está generando más ganancias por acción en relación con el resto de sus competidores, siendo más rentable y eficiente en sus operaciones. En cuanto al ratio de precios con relación a las ventas (P/S), el de Palo Alto es de USD 13,81, comparado con la mediana del sector que es de USD 2,19.
En síntesis, la ciberseguridad es un mercado de inversión que está teniendo un ritmo de adopción cada vez mayor en la sociedad. Con la tecnología informática infiltrándose en todos los rincones de la economía global, la ciberseguridad es una de las tendencias en crecimiento más importantes de la próxima década. Las empresas destacadas que desarrollan servicios de seguridad informática, si bien pueden presentar cierta volatilidad, son un buen nicho para posicionarse en un negocio próspero en el largo plazo. En Argentina, es posible invertir en Palo Alto a través del CEDEAR PANW.BA.