Comencemos con un poco de perspectiva. En el mercado existe una relación riesgo-rendimiento inevitable: los activos que más rinden son también los más volátiles. No hay escapatoria, si se desea obtener un rendimiento más alto, se debe pagar el precio de una mayor volatilidad.

Las empresas de pequeña capitalización, popularmente conocidas como Small Caps, experimentan mayores fluctuaciones de precio que las empresas grandes y consolidadas. Es por esto que, en el largo plazo, existe un premio de rendimiento para el segmento Small Cap.

En concreto, las Small Caps retornaron un 12,7% anual en los últimos 50 años, superando a las grandes empresas incluidas en el índice S&P 500, que rindieron 11,3% anual en igual lapso. 

Fuente: Bloomberg. Valores acumulados de los últimos 50 años.

Ahora bien, durante los últimos 10 años, el índice S&P 500 subió 231%, mientras que el índice S&P Small Cap 600 se quedó atrás, con un retorno de 140%. Es decir, el histórico premio por pequeña capitalización se transformó en un castigo.

Esto se debió al ascenso de las grandes tecnológicas. Puntualmente, a un grupo de 6 empresas altamente competitivas que logró un crecimiento exponencial, explicando la mayor parte del rendimiento del S&P 500 (ver cuadro a continuación).

El rezago de las Small Caps se intensificó a partir de 2022, momento en el cuál los avances de la inteligencia artificial generaron un renovado auge en las grandes tecnológicas. 

Esta tendencia fue amplificada por la precipitada suba de tasas de la Reserva Federal, que incrementó el costo del dinero desde 0% en 2022 hasta 5,5% en 2023. 

Las mayores tasas de interés beneficiaron a empresas consolidadas con amplia disponibilidad de caja al tiempo que cerraron el acceso al crédito para las empresas pequeñas, caracterizadas por mayores niveles de endeudamiento.

Fuente: Bloomberg (dividendos incluidos)
Fuente: Bloomberg (dividendos incluidos)

Del mismo modo que la suba de tasas perjudicó a las Small Caps, una baja de tasas las beneficiaría. Es por ello que, a medida que aumenta la certeza de un primer recorte de tasas en septiembre, comienza a ganar relevancia el trade de la gran rotación. Esta estrategia consiste en migrar posiciones desde empresas consolidadas hacia Small Caps.

La gran rotación tiene entonces dos sólidos fundamentos. Por un lado, el largo y pronunciado rezago de las Small Caps frente al S&P 500. Por otro lado, el inminente inicio del proceso de recorte de tasas por parte de la Reserva Federal.

Reminiscencias de la crisis punto-com

La burbuja punto-com presenta un punto de referencia interesante sobre la forma en que un rezago de las Small Caps puede traducirse en oportunidad. 

Si bien existen importantes diferencias de valuación y rentabilidad en las empresas que conformaban el índice S&P 500 en aquel entonces respecto de la actualidad, también existe un punto en común: la vorágine generada alrededor de una tecnología disruptiva. A fines de los 90s era internet, en la actualidad es la inteligencia artificial.

Entre 1994 y finales del año 2000, el S&P 500 subió 271%, impulsado por el avance de las empresas vinculadas a internet y la llamada nueva economía. Ello se tradujo en elevados múltiplos de valuación para el S&P 500 y en un reducido interés por las tradicionales Small Caps, que subieron en menor medida.

No obstante, a finales del año 2000 las valuaciones llegaron a su techo y la burbuja punto-com comenzó su precipitado final. En aquel entonces se produjo una importante migración hacia Small Caps, lo que les permitió seguir subiendo en un contexto de crisis y corrección del mercado de valores en general. 

Para finales de 2004 el premio por pequeña capitalización se hizo presente, y las Small Caps terminaron acumulando un retorno del 267% en 10 años, superando al S&P 500, que subió 215% en igual lapso. 

Conclusión

Todo indica que estaríamos en el umbral de un cambio de ciclo en los mercados financieros. Después de una década dominada por las grandes tecnológicas, las empresas de pequeña capitalización se presentan como una atractiva oportunidad de inversión. Con la expectativa de una reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal, estas empresas, que han estado rezagadas debido al alto costo del crédito, podrían beneficiarse significativamente. La combinación de su actual rezago y la posible flexibilización monetaria crea un entorno propicio para considerar una rotación de inversiones hacia estas compañías, replicando el patrón observado tras la burbuja punto-com.