Desde sus comienzos en la década de los 70, la industria de inversiones alternativas se consolidó alrededor de empresas especializadas en captar fondos de terceros para invertirlos en mercados privados, es decir, todos aquellos activos que no cotizan en bolsa, desde compañías hasta propiedades.

Los ingresos de estos gestores provienen de las comisiones que perciben por administrar las inversiones. Estas rondan el 2% anual sobre el capital, más un 20% sobre las ganancias, siempre y cuando estas superen un mínimo del 8% anual.

De esta manera, los gestores cuentan con un ingreso estable producto del 2% anual fijo aplicado sobre el capital, sumado a un ingreso altamente volátil que depende del rendimiento de las inversiones y se percibe al momento de desprenderse de estas.

Estas elevadas comisiones podrían dificultar la captación de fondos de terceros si no estuvieran respaldadas por los rendimientos excepcionales que obtienen los inversores, con una media histórica cercana al 12% anual después de comisiones.

Como es natural, la industria se ha ido concentrando en un grupo reducido de gestores que han logrado sostener los mejores rendimientos a lo largo de diferentes contextos económicos. Estos líderes son Blackstone, KKR y Brookfield.

Combinados, estos tres líderes cuentan con USD 2,73 billones en activos bajo gestión, los cuales crecieron a un ritmo de 14% anual en los últimos tres años.

Blackstone es el líder indiscutido, con una diversificación significativa y una fuerte presencia en todos los segmentos, desde private equity (empresas) hasta crédito privado. No obstante, su principal fortaleza radica en el segmento de real estate (propiedades).

KKR fue pionera en la industria al lanzar uno de los primeros fondos de private equity a mediados de los 70, manteniéndose desde entonces entre los líderes de este segmento. Además, logró desarrollar importantes unidades de real estate y crédito privado, entre otros.

Brookfield es una firma canadiense con más de 100 años de historia, originada como un conglomerado. Desde principios de los 2000, la empresa se reconvirtió hacia la gestión de fondos, creando una categoría que hoy lidera: infraestructura, que abarca puertos, redes de energía y autopistas, entre otros. También cuenta con una destacada presencia en el segmento de energías renovables.

Como se observa en la tabla a continuación, los accionistas de estas empresas han obtenido rendimientos tan sorprendentes como los de sus clientes, con tasas que oscilan entre el 13% y el 38% anual en los últimos cinco años.

A primera vista, sus valuaciones actuales, entre 32x y 40x sus ganancias de los últimos 12 meses, parecen elevadas. Sin embargo, este múltiplo se calcula sobre ganancias deprimidas, dado que la persistencia de tasas de interés elevadas han dificultado la liquidación de inversiones y el cobro de comisiones variables. En este sentido, el 2025 se perfila como un año relativamente menos desafiante.

Adicionalmente, se trata de un sector altamente rentable, con barreras de entrada y en rápido crecimiento. Empresas con características similares, como Mastercard (39x) o Moody’s (43x), cotizan a múltiplos comparables sobre sus ganancias.

En conclusión, el negocio de gestionar inversiones alternativas continúa experimentando un ascenso acelerado (para más información Las inversiones alternativas llegan a la bolsa) y sus líderes están fuertemente posicionados para beneficiarse de esta tendencia.