- El mercado cambiario presenta fuertes tensiones materializadas en la cotización informal. La autoridad monetaria deberá ajustar la cotización en el mercado formal a los efectos de que el diferencial de las cotizaciones no presionen excesivamente los precios.
- El aumento en la expansión monetaria es necesario en un contexto de crisis y de necesidad de proveer liquidez a la estructura económica. Hay que notar que los efectos potenciales en el escenario pospandemia pueden generar expansiones no controladas de la dinámica inflacionaria
Resumen
- Los impactos del shock COVID-19 motivaron políticas de expansión monetaria y fiscal en los países desarrollados y emergentes. Esto parece no evitar las contracciones generadas por la interrupción temporal de la producción.
- El desafío que se presenta en la segunda instancia de esta crisis es contener los efectos no deseados de las medidas tomadas para evitar la aceleración de contagios. Estos están relacionadas con las tensiones de precios y descapitalizaciones de los establecimientos productivos.
- La autoridad monetaria nacional sostiene la disminución de tasa de interés de referencia y expansión de la base monetaria respondiendo a la necesidad de un mejor marco para la reactivación económica. Este accionar está limitado a la sostenibilidad y el contexto interno.
- En el contexto de cuarentena social el sector público debió gestionar fuertes medidas de liquidez hacia el sector privado. Esto generó necesidades de financiamiento desde el Banco Central a través de adelantos transitorios y transferencias de utilidades por un total de $ 340.000 millones.
- La autoridad monetaria sostiene el nivel menor de la tasa de interés de política en 38%. Mientras que la tasa de referencia efectiva anual es de 45,44%. Siendo el nivel más bajo desde mayo de 2018.
- Adicionalmente esa decisión se establece con el objetivo de conformar una referencia de costo del crédito menor hacia la producción lo que aún parece no transmitirse desde las entidades bancarias.
- El poder ejecutivo presentó la propuesta de reestructuración de deuda pública externa con una quita del 62,4% sobre los intereses y del 5,4% sobre el capital, con una agenda de pago a partir del año 2023.
- Durante el mes de abril el tipo de cambio minorista mostró leves variaciones en el segmento formal, registrando una depreciación del 3,5% en lo transcurrido de abril.
- Mientras que se observan fuertes tensiones en el mercado informal de la divisa registrándose un alza de 44% mensual durante abril.
- El riesgo país medido por el EMBI+Arg se establece en los 4037 p.b. durante la última semana de abril principalmente como consecuencia del shock mundial Coronavirus y la incertidumbre respecto a la resolución de la deuda soberana.
- Las gestiones monetarias expansivas constituyen un instrumento de corto plazo en el objetivo de proveer liquidez a las economías y evitar rupturas sistémicas en la cadena de pagos. No obstante, hay consecuencias dinámicas que generan tensiones Esto debe ser notado por los hacedores de política monetaria principalmente en la instancia pospandemia.
- En ese sentido, en la pospandemia de la economía argentina la política monetaria deberá minimizar absorber los excedentes de liquidez provistos para financiar las transferencias al sector privado. Si esto no sucede, los excesos pueden canalizarse hacia presiones en el tipo de cambio y alimentar tensiones inflacionarias.
- La inyección de liquidez y la generación de líneas de crédito es importante para evitar esas consecuencias, pero las autoridades también deben tener en cuenta que sin las garantías adecuadas y en un contexto de contracción económica, es dificultosa la toma de riesgo por parte de las entidades para efectivizar las líneas de crédito.
- El ritmo de depreciación diario del tipo de cambio oficial se mantuvo casi durante abril. La depreciación nominal finalizando el mes fue de 3,5% con una cotización promedio de $ 68,90. Esto se circunscribe en un mercado de cambios con fuertes restricciones y sin el ritmo de operaciones habitual dada la cuarentena social.
- Sin embargo, en el mercado informal se registran tensiones por una menor oferta de divisas y el menor rendimiento de la moneda nacional derivado de la disminución de tasas de referencia. La cotización informal registra una depreciación del orden del 44% durante abril con un nivel de $/U$S 120.
- El saldo de reservas internacionales hacia la última semana de abril fue US$ 43.735 millones, lo que implicó una reducción de US$ 174 millones respecto al cierre de marzo. Las restricciones cambiarias y las regulaciones de liquidez siguen constituyendo un factor favorable para que la entidad monetaria pueda sostener el nivel de reservas.
- El nivel de tasa de política monetaria tasa de abril se mantiene estable respecto del mes anterior. En el cierre del mes se situó en 38,7% anual desde el 63% que había dejado la gestión previa, es decir, una acumulación de 24,3 puntos de recorte en el rendimiento de las LELIQ. A su vez, el nivel de tasa efectiva se estableció en 45,4% anual.
- La expansión monetaria registrada desde el comienzo de la cuarentena social aumentó significativamente debido a que el sector público debió gestionar fuertes medidas de liquidez para el sector privado. Esto genero el financiamiento desde el Banco Central a través de adelantos transitorios y transferencias de utilidades por un total de $ 340.000 millones, lo cual representó un 61% del monto total de todo el año anterior.
- El poder ejecutivo presentó la propuesta formal a los bonistas privados para reestructurar un monto de deuda de U$S 66.238 millones. Se intentará cambiar la estructura de la deuda, con un período de gracia de tres años para comenzar con pagos a partir de 2023, a una tasa de interés del 0,5%, con una quita de capital de U$S 3.600 millones (5,4% sobre el stock adeudado) y una reducción de pago de los intereses de U$S 37.900 millones (equivalente a una quita del 62%).
- El riesgo soberano medido por el EMBI+Arg, hacia la última semana de abril registra 4037 p.b. Esto nota un aumento de 6% respecto de fines de marzo. El efecto de la pandemia y la incertidumbre respecto a la reestructuración de la deuda soberana son factores preponderantes en el índice.