El año 2020 comenzó con una pandemia en curso que fue seguida por una baja de -35% en el S&P 500. El contraste con la manera en que finalizó no podría ser mayor, el índice S&P 500 subió 67% desde aquel mínimo marcado el 23 de marzo y cerró el año con un alza de 15%.

El Nasdaq, dominado por empresas tecnológicas que se beneficiaron de las cuarentenas y de las nuevas modalidades de trabajo, lo hizo aún mejor y terminó el 2020 con una suba de 45%. Si agregamos dividendos los resultados son incluso mayores.

Estas recuperaciones se explican en gran medida por la pronta y contundente reacción de los gobiernos y bancos centrales, que implementaron planes de estímulos fiscales y monetarios sin precedentes en la historia. También influyó positivamente la creciente resiliencia de las empresas para adaptarse al contexto cambiante.

Sobre el final del año 2020 tuvimos tres eventos definitorios que posibilitaron el gran rally de fin de año: las elecciones en Estados Unidos, la aprobación del demorado segundo paquete fiscal también en Estados Unidos y la llegada de las primeras vacunas contra el COVID-19.

El mercado no esperaba con tal prontitud este último punto, la autorización de las vacunas y el comienzo de las inoculaciones. Se trata de una gran lección que nos deja el 2020, la capacidad y flexibilidad del mundo para responder a desafíos aumenta continuamente. En esta ocasión, la coordinación y el esfuerzo de la comunidad científica permitieron algo considerado imposible: desarrollar y comenzar a aplicar una vacuna en menos de 12 meses. Para poner en perspectiva, el tiempo considerado como “normal” para el desarrollo de una vacuna suele rondar los 10 años.

La segunda lección que nos deja el año es que debemos estar preparados para las sorpresas, una lección que se repite asiduamente. En finanzas esto se traduce en la necesidad de diversificar entre clases de activos, monedas y países.

El cierre de año se da con tasas de interés en mínimos históricos e índices accionarios en máximos históricos, dos caras de una misma moneda. Los bonos corporativos high yield norteamericanos están ofreciendo rendimientos nunca antes tan bajos (4,3%) al igual que los investment grade (1,3%).

Los créditoshipotecarios a 30 años (Freddie Mac) se están ofreciendo a una tasa de 2,7%,mínimos nunca antes vistos. Por otro lado, la mayor demanda de casas por lasnuevas modalidades de trabajo con home office y las reducidas tasas de loscréditos están generando un aumento en el precio de las propiedades en EstadosUnidos, que también cerraron 2020 en máximos históricos. Según el índiceCase-Shiller las viviendas subieron 7% en el año.

Con miras al 2021 y considerando que valuaciones altas suelen ser el preludio de rendimientos menores en los años venideros, se hace imprescindible buscar valoren activos que presenten una combinación de fundamentos alcistas y valuaciones que aún no hayan reaccionado. Y es en esta búsqueda donde aparecen los activos cíclicos y mercados ligados al precio de los commodities.