Los contratos subieron 7,6% promedio durante la semana pasada y recuperaron algo luego de su desplome post primera vuelta. El rebote no tuvo catalizador claro y parece estar relacionado a la incertidumbre sobre quién ganará las elecciones, lo cual definirá el próximo esquema cambiario. Mientras que de Massa se espera algún tipo de desdoblamiento formal (menor devaluación), del candidato Milei se espera algo más cercano a una unificación cambiaria (mayor devaluación).
En tanto que el único contrato en registrar una caída fue el de noviembre (-0,8%), las mayores subas se dieron en diciembre (+10,0%), marzo (+11,0%) y abril (+10,5%).
El BCRA limita su intervención al contrato de noviembre que cerró en $394 –devaluación del 12%–. Mientras, diciembre cerró en $669 –y descuenta un ajuste cambiario mensual de 70%–. Los contratos marcan una devaluación mensual promedio del 13% entre enero y marzo; de 7% entre abril y junio; de 5% entre julio y septiembre.
La curva de tasas (TNA) se amplió en 6.647pbs y su pendiente profundizó su inversión. El contrato de noviembre rinde TNA 168%. En diciembre tiene un salto discreto a TNA 574%, donde la curva alcanza su máximo. Luego, a partir de enero (TNA 498%) se reduce gradualmente hasta alcanzar su nivel más bajo en agosto (TNA 320%).
Con el margen el BCRA concentrando su poder de fuego únicamente en noviembre, el volumen operado fue muy bajo en la primera semana del mes: se comerciaron 2,8 millones de contratos, el monto más bajo desde principios de octubre. El viernes 3 de noviembre el interés abierto cerró en USD 2.674 M; una caída de 0% m/m y de 16% a/a.