En la primera semana de 2024, la devaluación se mantuvo al 2,0% mensualizado y los contratos subieron 3,8% promedio. Las mayores subas estuvieron en los contratos de agosto (+7,1%), septiembre (+7,6%) y octubre (+6,5%).
Se despertó nuevamente la demanda por cobertura cambiaria. Con la inflación corriendo al 20% promedio para el próximo trimestre, la rápida apreciación real hace que la devaluación de 2% no sea sostenible por mucho tiempo. Los precios comienzan a anticipar que la salida de este esquema podría hacerse mediante un segundo salto discreto.
El contrato de enero cerró en $835 y marca una devaluación de 2,8% hasta fin de mes (3,2% mensualizada). Febrero cotiza en $887, por lo que mantiene una devaluación mensual baja de 6,2%. A partir de ahí los precios comienzan a reflejar crawling pegs superiores a los dos dígitos: 14,5% en marzo, 11,7% en abril y 11,1% en mayo. Finalmente, los precios señalan una devaluación de 7,3% promedio en junio y octubre.
La curva de tasas (TNA) muestra una pendiente positiva que se empinó por el encarecimiento relativo de los contratos largos. El contrato de enero rinde TNA 39%, el de febrero TNA 61% y el de marzo TNA 106%. A partir de ahí, los rendimientos aumentan progresivamente hasta alcanzar un máximo de TNA 148% en septiembre.
El volumen operado sigue muy bajo: en la semana se comerciaron 1,8 millones de contratos. El interés abierto también continúa en mínimos desde principios de 2020: El viernes 5 de enero el interés abierto cerró en USD 1.078 M; una caída de 12% m/m y de 60% i.a.